Un monstruo a la vista: La banca, un negocio dinámico y fabuloso

En 15 años superó todas las otras actividades; maneja recursos que pasan ya de los 100 mil millones.

El desarrollo de la BANCA en los últimos 15 años ha sido espectacular. Ha superado con creces a casi todas las otras actividades económicas. Actualmente maneja recursos que sobrepasan los 100 mil millones de pesos.

Los recursos totales de la BANCA en 1950 ascendían a 12,315 millones de pesos; para 1965 se habían elevado a 105,161 millones de pesos. Esto significa una tasa de crecimiento de más del 50% anual, en promedio durante los 15 años considerados, o sea, que los recursos manejados por las instituciones de crédito del país, se duplicaron cada dos años.

Paralelamente a la expansión de los recursos, la Banca ha aumentado las utilidades que deriva de sus operaciones. Así, mientras que en 1950 las utilidades totales declaradas por los negocios bancarios ascendieron a 77 millones de pesos, en 1965 por ese mismo concepto la Banca recibió 478 millones de pesos. Esto significa un ritmo de crecimiento del 34% anual, en promedio.

En el marco de la economía mixta que prevalece en nuestro país, correspondió a la Banca Privada el mayor desarrollo. En 1950 la Banca Privada disponía de 6,160 millones de pesos, que representaban el 54% del total del país. Para 1965 los recursos de la Banca Privada habían ascendido a 61,600 millones de pesos, con lo que mejoró su participación al elevarse al 59% del total. Esto quiere decir, que mientras la Banca Privada avanza en importancia en el negocio bancario, el sector gubernamental va perdiendo terreno. Resultados de la economía mixta en acción.

Se consolidan los grupos oligárquicos

El desarrollo espectacular de la Banca Privada ha llevado a una mayor concentración en esta importante rama de la economía nacional. Los grandes grupos han mejorado notoriamente su posición en el conjunto, especialmente los dos grupos más importantes: el Banco Nacional de México y el del Banco de Comercio.

El Banco Nacional de México, además de controlar una extensísima red de sucursales en el país, domina también los cuatro bancos de depósito siguientes: Banco del Noroeste de México, Banco de Oriente, Banco Ganadero y Banco de Tuxpan. La posición de este importante banco ha ido mejorando a través del tiempo, tanto en términos absolutos, como en su posición relativa en el conjunto. En 1962 el sistema del Banco Nacional de México disponía de 5,090 millones de pesos en recursos de la Banca Privada de Depósito del país. Para 1965 el total de recursos se había elevado a 8,107 millones de pesos, o sea más de 3,000 millones más que en 1962, lo que representa un aumento promedio anual de 1,000 millones de pesos. Los recursos de este importante grupo representan ahora (1965) el 26.6% del total.

El Banco de Comercio, que es el segundo grupo bancario del país, logró también un desarrollo vertiginoso. De 5,119 millones que tenía de recursos en 1962, aumentó a 8,101 millones en 1965. Esto representa un aumento anual en promedio, de 994 millones de pesos. En cuando a su importancia relativa en el conjunto, el Grupo del Banco de Comercio mejoró también su importancia. En 1962 le correspondió el 24.9% de los recursos totales de la Banca Privada de Depósito, y en 1965 su participación se elevó al 26.5%

Lo anterior quiere decir que en el proceso de acelerado crecimiento de la Banca Privada, los dos grandes grupos han aumentado su dominio sobre los demás, aumentando su participación en el conjunto, del 50.4% al 53.1%. Desde luego que esta mejoría significa que los bancos independientes menores, declinaron todavía más en su importancia relativa.

El Banco de Londres y México registró aumentos de consideración en el monto de sus recursos, aunque apenas logró sostener su posición relativa. En 1962 el BLyM dispuso de un total de recursos de 1,889 millones de pesos, los que para 1965 se elevaron a 2,421 millones de pesos. Esto significa un incremento anual de 177 millones de pesos, en promedio, en el período de tres años considerado. La importancia relativa de este grupo se mantuvo al mismo nivel, ya que en 1965 le correspondió el 7.9% de los recursos totales de la Banca Privada de Depósito, y en 1965 exactamente la misma proporción.

Los otros tres grupos bancarios importantes lograron aumentar en alguna cuantía sus recursos, pero empeoraron en su importancia relativa, en el conjunto. La reducción, sin embargo, fue de poca consideración.

El negocio bancario, por lo tanto, a medida que pasa el tiempo, se va concentrando a favor de los dos grandes: el Grupo del Banco Nacional de México y el Grupo del Banco de Comercio.

En el panorama de las actividades bancarias del país se observa con claridad que mientras que sus operaciones crecen en forma acelerada, se va produciendo una mayor concentración de dichas actividades en favor del sector privado, por una parte, y dentro del sector privado los dos grandes grupos han resultado más favorecidos.

¿Qué significado tienen estos fenómenos para el desarrollo económico del país? En términos generales podemos decir que no favorecen al desarrollo equilibrado, democrático y con justicia social al que aspiramos.

En primer lugar, la reducción relativa del gobierno en el conjunto de las actividades bancarias es contrario a los intereses nacionales. Con esta reducción de la actividad gubernamental se limitan las posibilidades de que el financiamiento del desarrollo económico se realice sobre bases más convenientes para el conjunto de la clientela, especialmente para los ejidatarios, pequeños agricultores y empresarios mexicanos independientes. En segundo lugar, la preponderancia de los banqueros privados, especialmente la de los dos grandes, significa que aumenta el poder monopolista de la oligarquía. Porque no solamente los dos grandes controlan cada vez más los recursos de la comunidad, sino que ese control sobre el dinero les permite acrecentar su dominio sobre las demás actividades económicas del país. Ya no hay empresa importante que se forme, nacional o mixta, en la que no figuren como principales accionistas los grandes banqueros. Y eso, gracias a que han logrado controlar los ahorros del país.

La nacionalización de la banca, única solución

Los serios problemas que plantea al desarrollo acelerado, armónico y democrático del país, la fuerte concentración bancaria no tiene otra salida que la de la nacionalización de la Banca Privada de Depósito. Tal medida además de ser necesaria, tiene fundamentos sólidos para llevarse a cabo. Entre ellos debemos señalar los siguientes:

1.- El crédito es vital para el desarrollo. Por esta razón debe ser manejado en función de los intereses generales del país y no de un pequeño grupo que ahora lo detenta.

2.- Los bancos modernos tienen funciones muy importantes, entre las cuales se encuentra la de crear dinero, en forma de depósitos bancarios. La función de crear dinero ha sido secularmente una función gubernamental y por razones muy atendibles. En México el gobierno se ha reservado la exclusividad en acuñar moneda metálica y en emitir billetes, pero ha dejado a los bancos la creación de depósitos. Y es necesario señalar que en el conjunto de la circulación de dinero los depósitos bancarios constituyen el renglón más importante. En el año de 1965 la circulación monetaria ascendía a 29,519 millones de pesos, de los cuales la moneda y billetes en poder del público ascendía a 12,507 millones y a cuentas de cheques (depósitos bancarios a la vista) 17,012 millones.

3.- En la dinámica de los negocios se tiende a la concentración de la Banca en pequeños grupos, los que utilizan los recursos para monopolizar las otras actividades económicas. Esto significa que dejar en manos privadas el negocio de la Banca de Depósito es un factor de concentración de la riqueza, que tiene serias consecuencias para el desarrollo del país y sobre todo para la justicia social.

4.- Los banqueros que logran dominar el dinero de la comunidad se constituyen en una fuerza económica y política que puede poner en jaque al propio gobierno, lo que desde todos puntos de vista es inconveniente.

Existen pues razones suficientes y poderosas para justificar la nacionalización de la Banca de Depósito. No basta con crear instituciones gubernamentales paralelas; ni tampoco tratar de dirigir o influir sobre las actividades de los bancos privados. La experiencia demuestra que ese camino no da resultados tangibles. Tampoco basta con proteger a los banqueros privados respecto a la amenaza de que sean desplazados por banqueros extranjeros. La única solución no puede ser otra que la de proceder a la nacionalización y cuanto antes mejor.♦

Ceceña, José Luis [1967], "Un monstruo a la vista: La banca, un negocio dinámico y fabuloso", México, Revista Siempre!, 732: 28-29, 5 de julio.