La devaluación de la Libra Esterlina o el Ocaso de un Imperio

1.- Es un error que está pagando caro el pueblo inglés, querer seguir viviendo de pasadas glorias: no se justifican los grandes gastos militares ni las inversiones en el exterior como en el pasado.

2.- Aunque la devaluación de la Libra Esterlina sólo fue del 14.3%, puede tener grandes repercusiones porque el Dólar se ha estado tambaleando y la caída de la Libra puede ser la puntilla. Además actualmente hay un problema creciente de mercados que está planteando problemas a los demás países.

3.- Si se devaluara el Dólar nuestro Peso tendría que seguirlo en su caída, por la enorme dependencia de nuestra economía respecto a Estados Unidos.

4.- La devaluación de la Libra o de cualquier otra moneda significa una pesada carga para los pueblos que son los que pagan los platos rotos. Si se produce una ola de devaluaciones será un factor más que va a gravitar sobre las masas populares y demostrará que algo anda muy mal que obliga a los pueblos a soportar cargas de errores ajenos o de incapacidad del sistema económico para proporcionar mejores condiciones a las mayorías.

Por segunda vez en la postguerra la Libra Esterlina ha sido devaluada. En realidad la Libra ha estado en una crisis casi permanente desde la Gran Depresión de 1929-1932. Pero sus dificultades se han ido acentuando en las últimas dos décadas. Bajo la superficie de las dificultades de la Libra Esterlina subyacen factores estructurales, de fondo, que han estado actuando en la vida de la Gran Bretaña, con marcada persistencia. Entre esos factores los más importantes a nuestro juicio son dos: primero la desintegración del Imperio Colonial que era la base fundamental de sustentación del desarrollo y del poderío inglés, y segundo, el surgimiento de los Estados Unidos como una gran potencia económica y militar en el presente siglo.

Desde 1816 en que Inglaterra adoptó el Patrón Oro, estableciendo la equivalencia de 113.0016 granos de oro fino por una Libra Esterlina (El Soberano Oro o Esterlina Oro), hasta 1914 en que estalló la Primera Guerra Mundial, la moneda inglesa no tuvo grandes problemas y reinó soberana como la divisa más sólida, de más prestigio y más solicitada en el mundo. En todo este período la Libra Esterlina se mantuvo firme y se convirtió en una moneda de reserva para muchos otros países, porque “La Libra Esterlina era tan buena como el Oro”.

También en esta época floreciente, Londres se constituyó en el centro financiero por excelencia, no solamente para los integrantes del Imperio, sino para muchos países que encontraban conveniente mantener depósitos ahí y aprovechar sus grandes facilidades financieras. Fue la Edad de Oro de la Gran Bretaña.

La solidez financiera de Inglaterra y la preponderancia de la Libra Esterlina en escala mundial correspondía al vigoroso desarrollo que registraba y que estaba firmemente fincado en el más vasto Imperio que conoce la historia. A pesar de ser una pequeña isla, la Gran Bretaña logró llegar a ser la primera potencia económica y militar del mundo, gracias a los extensos territorios coloniales y al dominio de los mares.

En 1914,  en vísperas de estallar la Primera Guerra Mundial, el Imperio Inglés comprendía 55 colonias, que tenían una extensión de 12 millones de millas cuadradas y una población de 391.5 millones de habitantes. Entre los integrantes del Imperio destacaban países de dimensiones casi continentales como la India (la gema más preciada de la Corona, por lucrativa), Australia, Nueva Zelandia, Canadá, Malaya, Birmania, y un buen número de territorios del África.

Con este vasto imperio, Inglaterra pudo disponer de materias primas  baratas para su producción industrial, de mano de obra barata para las empresas que estableció en esos territorios y mercados seguros para vender su enorme producción manufacturera. También dispuso de alimentos muy variados que sirvieron de base de sustentación a la población metropolitana.

En tales condiciones es evidente que la economía británica se desarrollara a grandes pasos y que colocara a ese país en el primer lugar entre todos los países del mundo.

La Primera Guerra Mundial marcó el inicio del fin de la preponderancia de Inglaterra. La propia  guerra fue manifestación de que otras naciones le estaban disputando su prepotencia. El largo y costoso conflicto armado produjo cambios irreversibles que determinaron la iniciación del ocaso de la Inglaterra Imperial. Entre esos cambios cabe señalar, por su relevancia, el surgimiento de los Estados Unidos enormemente fortalecidos por la guerra; el advenimiento de un país socialista, la URSS; los grandes desajustes económicos en el mundo y en especial en los principales países beligerantes; y el debilitamiento de la poderosa gran potencia británica.

La Gran Crisis de 1929, que se prolongó por muchos años, vino a acentuar el descenso de Inglaterra, cuya economía fue afectada seriamente dislocando su comercio exterior y su sistema monetario. En 1931, por ejemplo, la Gran Bretaña abandonó el Patrón Oro y sufrió su primera gran devaluación, teniendo además que caer en una política proteccionista y de discriminación comercial, modificando su tradicional política de libre cambio.

La Segunda Guerra Mundial no hizo sino acentuar las dificultades que Inglaterra había venido sufriendo en las anteriores décadas. La primera potencia de antaño se convirtió en una potencia de segundo orden, supeditada grandemente a los Estados Unidos, que de nuevo, aumentaron su poderío con la guerra. Para agravar su situación, una tras otra las colonias fueron adquiriendo su independencia, aunque en ocasiones de tipo limitado, que redujeron substancialmente los ingresos y el apoyo que Inglaterra recibía de ellas.

La enorme ayuda que recibió Inglaterra de los Estados Unidos en la forma de créditos de gran cuantía y de otro carácter, como el de 3,750 millones de dólares que se le otorgó en los primeros años de la postguerra, no fueron suficientes para ponerla a flote. Tanto fue así que en 1949 Inglaterra tuvo que devaluar la Libra Esterlina en un 30.5%, devaluación que hizo caer a la moneda inglesa a niveles nunca antes registrados, ya que la nueva cotización con el Dólar fue de 2.80 dólares por Libra Esterlina, frente a la de 4.866 que regía anteriormente.

La devaluación de la Libra Esterlina de 1949 provocó una serie de devaluaciones en cadena, llegando a 26 los países que en cuantías variables, se decidieron a devaluar sus monedas. Hubo además otras repercusiones en el mundo, dada la importancia todavía considerable de la Gran Bretaña en esa fecha. Sin embargo, la devaluación de la Libra Esterlina no produjo una catástrofe, por las condiciones en que se encontraba el mundo en esa época.

En 1949 los Estados Unidos se encontraban con una gran fortaleza económica y con un vigor expansionista. Ello permitía dar a la Libra Esterlina toda la ayuda que fuera necesaria para evitar que se siguiera derrumbando. Por otra parte, los países europeos y la misma Inglaterra se encontraban empeñados en su reconstrucción y su problema era el de producir más y más, porque existían grandes carencias y existía poder de compra considerable.

La devaluación de estos momentos, en cambio, se produce en condiciones bien distintas. Los Estados Unidos tienen grandes problemas económicos y el Dólar se encuentra con el piso poco firme. En estas condiciones la ayuda que el Dólar puede aportar a la Libra Esterlina es precaria, y antes bien, la caída en la devaluación de la moneda inglesa puede arrastrar consigo al propio dólar. Por otra parte, existe actualmente un problema creciente de mercados que está dejándose sentir en la mayoría de los países más desarrollados, lo que los hace más susceptibles ahora a los trastornos monetarios y a la especulación con el oro y con las divisas.

En esas condiciones es probable que la devaluación de la Libra Esterlina, a pesar de que es de menor cuantía que la de 1949, ya que solamente fue de un 14.3%, tenga repercusiones que la de 1949. Ya un buen grupo de países ha devaluado sus monedas y está en marcha un proceso de especulación con el Oro de grandes proporciones. Se habla insistentemente de que aumenta la desconfianza en la estabilidad del Dólar ya que las existencias de Oro de los Estados Unidos se encuentran a un bajo nivel, a casi la mitad de lo que eran en 1948.

¿Qué pasará? Es evidente que no se puede predecir con certeza lo que ha de ocurrir en los próximos meses (¿o días?). Pero existen síntomas de que estamos en la antesala de grandes ajustes monetarios y de comercio internacional. Parece ser que no es solamente Inglaterra la que se encuentra en crisis por el derrumbe de su gran imperio, sino que es todo el sistema capitalista el que está en dificultades. Lo peor del asunto es que estos trastornos van a gravitar sobre los pueblos. ¿Será que ya el capitalismo ha agotado todas sus reservas y no podrá recuperarse?♦

Ceceña, José Luis [1967], "La devaluación de la Libra Esterlina o el Ocaso de un Imperio", México, Revista Siempre!, 754: 24-25, 6 de diciembre.