- La guerra ya no es “solución” para los problemas que aquejan a los países imperialistas, sino el camino directo hacia su derrumbe.
- La producción de cañones, como medio de asegurar empleo y pan para el pueblo, ha dejado de ejercer su poder “mágico”. Ahora es incompatible la producción de cañones y la producción de pan.
- La Guerra de Vietnam ha demostrado la debilidad del coloso, a pesar de sus 800 mil millones de producción total. El pequeño Vietnam está sacudiendo al gigante norteamericano.
- Una pequeña guerra está poniendo en serios aprietos al país más poderoso de la Tierra. En lo económico está causando peligrosos desajustes internos y en escala mundial, y en lo social y político está poniendo en una situación y comprometida al poderoso.
- La decisión de Johnson de no aspirar a la reelección y de hacer ofertas de paz a Hanoi, no es sino el reflejo de la tremenda crisis del imperialismo norteamericano. Ya no puede atropellar impunemente a los pueblos.
El mundo recibió una fuerte sacudida por la decisión de Johnson de renunciar a aspirar a un nuevo término en la Casa Blanca y por su anuncio de suspender los bombardeos a Vietnam del Norte como un primer paso hacia la paz en el Sureste Asiático. No cabe duda que ambos hechos tienen una enorme trascendencia: Tanto es así que la opinión pública mundial está atenta al desarrollo de los acontecimientos y se hacen una serie de conjeturas sobre el significado real de ambos hechos y se especula y se adelantan previsiones sobre las consecuencias que tendrán, estos hechos, en el próximo futuro, no solamente de los Estados Unidos y de su víctima, sino de todo el mundo.
La renuncia de Johnson
Algo debe pasar, de extremada gravedad, para que el gobernante norteamericano, se decida a dejar el enorme poder que tiene y se retire a la vida privada. ¿Qué factores determinaron la decisión de Jonhson para dejar el mando? Tratemos de precisar algunos de los que consideramos de mayor relevancia.
La impopularidad del mandatario norteamericano es ciertamente uno de los más importantes. Tanto las encuestas que realizan constantemente algunos organismos especializados, como los primeros resultados de la lucha preelectoral del Partido Demócrata dan testimonio muy claro de la falta de apoyo popular del actual presidente. Pero ¿a qué se debe esa impopularidad? Es aquí en donde encontramos algunos de los elementos básicos de lo que está sucediendo en los Estados Unidos ¿y en el mundo? Y que explican la conducta de Johnson.
La guerra de Vietnam, la “guerra sucia”, ha convulsionado a la opinión pública norteamericana y no solamente ha determinado la impopularidad del mandatario sino que está produciendo cambios de enorme alcance en la opinión pública estadounidense. Es evidente que nunca como ahora, la sociedad norteamericana se encuentra sacudida por una intervención armada de los Estados Unidos. En la larga cadena de intervenciones de las fuerzas armadas norteamericanas nunca se había producido y una reacción tan vigorosa y generalizada como en el caso de la de Vietnam. Es cierto que desde la intervención norteamericana en México (la guerra de México, como suelen llamarla los círculos imperialistas de los Estados Unidos) se produjeron reacciones contrarias de parte de algunos sectores de la opinión pública en ese país, pero dichas reacciones siempre fueron de tipo limitado y no llegaron a ejercer una influencia apreciable en las decisiones de su gobierno. ¿Por qué ahora, la oposición a la guerra de Vietnam se ha generalizado? ¿por qué en este caso se oponen a la guerra al igual los intelectuales, los estudiantes, los dignatarios de las más diversas agrupaciones religiosas y hasta sectores amplios del mundo de los negocios? ¿porque se trata de una guerra injusta contra un pueblo débil y pacífico? Igualmente injustas fueron las intervenciones armadas contra México, contra los países centroamericanos, contra los del Caribe, contra el de Filipinas, contra el de Corea y muchos otros pueblos más. ¿Qué factores nuevos concurren ahora, para provocar la oposición generalizada en el pueblo norteamericano a la intervención en Vietnam?
La aguda crisis económica que registra el sistema imperialista en general y el de Estados Unidos en particular, es sin duda uno de los nuevos factores responsables de lo que está pasando. Esta crisis se manifiesta en dificultades de empleo, en problemas de comercio internacional, en déficit presupuestales, en desajustes de la Balanza de Pagos, en debilitamiento del dólar y en pérdidas de oro del Tesoro Norteamericano, etc.
La guerra ha dejado de ser la “solución” a los problemas económicos de los Estados Unidos (¡Enhorabuena!). La guerra de Vietnam lejos de servir de solución a los problemas que aquejan a la economía imperialista de los Estados Unidos, los ha agravado. La política de construir cañones para dar empleo y pan al pueblo norteamericano ya no produce sus efectos. Anteriormente, cuando el imperialismo de los Estados Unidos tenía reservas suficientes y tenía el vigor interno necesario, las guerras servían de estímulo a la actividad económica y al tiempo que ayudaban a mantener un alto nivel económico, proporcionaban a los grandes monopolios enormes riquezas en el exterior. Tal fue el caso de las guerras del siglo pasado, las dos grandes guerras de este siglo y hasta la guerra de Corea. Por decirlo así, la guerra ayudaba a resolver las crisis temporales que afectaban a la economía norteamericana. Con la guerra de Vietnam ha desaparecido ese efecto mágico. Y no solamente eso, sino que por el contrario, esta guerra está resultando de efectos letales para los Estados Unidos. A pesar de las proporciones colosales de la producción norteamericana, que alcanza los 800 mil millones de dólares al año, la guerra con un minúsculo país está provocando su desquiciamiento, como es conocido de todos. Esto no es sino la demostración de que ya la guerra no es el fabuloso negocio que había venido siendo. Y demuestra también la debilidad del imperialismo norteamericano que ya no tiene vigor suficiente para atropellar impunemente a los pueblos débiles.
La toma de conciencia del propio pueblo norteamericano del carácter esencialmente injusto de las intervenciones armadas y del sentido imperialista de la política exterior de su gobierno, que está determinada por los intereses de los grandes monopolios yanquis. Esa toma de conciencia es desde luego producto de la transformación que ha registrado el mundo por la lucha de los pueblos por su liberación y resultado de los problemas económicos y sociales que afectan al pueblo norteamericano. La producción de cañones está impidiendo la atención de las innumerables carencias que también el pueblo norteamericano padece. Se ha determinado, por ejemplo, que existen en los Estados Unidos 35 millones de pobres, que existen enormes necesidades de habitación, de escuelas, y de servicios sociales, además de existir crecientes problemas de empleo. Y la guerra es el obstáculo principal para que esos problemas se resuelvan. Y, por encima de todo ello, el pueblo norteamericano ya no quiere exponer su vida en aventuras imperialistas que lo único que producen son sufrimientos a otros pueblos y enconos irreconciliables hacia su país. La obstinada resistencia del pueblo de Vietnam los ha hecho despertar.
Todo este mar de fondo se encuentra en la base de la decisión de Johnson de renunciar a la reelección. Su política belicista es contraria al sentir general del pueblo norteamericano y a sus intereses vitales.
¿Estallará la Paz?
Ante la decisión del Presidente de los Estados Unidos de dar pasos para terminar el conflicto en Vietnam está dando lugar a “temores” de que si se hace la Paz en Vietnam, se provocará una contracción económica que puede ser de grandes magnitudes. A veces se llega hasta el absurdo de considerar a la guerra como un mal menor, que hay que aceptar porque es un factor que permite tener más empleos y mejores condiciones económicas, desde luego para el poderoso y para los países a los que no llega el conflicto. Hasta ese grado llega la miopía y el egoísmo. ¿Qué tipo de sistema es el imperialismo que necesita de la guerra para poderse sostener? Aquí se revela el carácter antisocial y destructor del imperialismo. Por eso es que se encuentra actualmente en bancarrota.
Pero los temores son completamente infundados. No se necesita la guerra para mantener altos niveles de actividad económica. Como ya dijimos en las actuales circunstancias hasta esa “virtud” ha perdido la guerra. El único camino para la abundancia para el aseguramiento de trabajo para todos; de mejoría constante de las condiciones de vida de los pueblos es el de la Paz. Solamente con la Paz puede haber verdadero progreso. La historia nos da testimonios categóricos de esta verdad.
Por otra parte, no existe el peligro de que al lograrse la Paz en Vietnam y mejorarse el clima internacional, se produzca una contracción en los negocios. Existen enormes necesidades individuales y sociales que deben satisfacerse. En lugar de producir cañones habrá que producir bienes y servicios para satisfacer esas necesidades. Y esto, llevará a la armonía internacional y al respeto mutuo de las naciones.
Pero para que así sea, es necesario que cambien radicalmente las condiciones que prevalecen en los países poderosos, especialmente en los Estados Unidos que hoy por hoy, es el foco de la agresión hacia los países débiles. Es necesario que le juego de fuerzas en los Estados Unidos se modifique en favor de los sectores populares y que se logre arrebatar el poder a los círculos financieros dominantes que son los responsables del imperialismo. Ese es el camino. Afortunadamente hay indicios muy claros de que se avanza en esa dirección.♦