Don dinero ese poderoso caballero

Con el dinero y el poder obtenido a través de la especulación y el despojo, han nacido a la leyenda hombres como Aristóteles Onassis: Todo, amor y política, cae bajo su hechizo, pero son los últimos vestigios de un mundo que agoniza.

Aristóteles Sócrates Onassis —así es su nombre— reputado como uno de los hombres más ricos del mundo, ha contraído matrimonio con Jaqueline Bouvier, ex Primera Dama de los Estados Unidos y seguramente la mujer más famosa del mundo en estos momentos.

El enlace de estos dos personajes del mundo actual ha sido difundido con gran profusión por la prensa y demás medios de difusión masiva del mundo, y ha provocado amplios y variados comentarios no solamente en los círculos sociales y oficiales, sino aún en los eclesiásticos en donde ha dado lugar a abiertas controversias entre altos dignatarios, y hasta en' algunos círculos científicos que han intentado interpretar las motivaciones psicológicas que han llevado a una bella, famosa y relativamente joven dama, a unirse en matrimonio a un sexagenario.

Al ocuparnos de ese sonado acontecimiento, que puede considerarse "El Matrimonio del Siglo"', nuestro interés estriba no, precisamente en los aspectos anecdóticos y circunstanciales que lo rodean, sino en el significado que tiene como un hecho revelador de la escala de valores que caracterizan a la sociedad contemporánea.

Poderoso caballero, es Don Dinero.

Onassis el "Griego de Oro'" según lo llaman sus compatriotas por su gran fortuna, es considerado como un ejemplo típico de las grandes oportunidades que existen en la nuestra sociedad para quienes tienen la decisión, el empuje y la audacia suficiente para elevarse desde abajo y escalar los más elevados rangos de la vida social. Es verdad, Onassis es un claro ejemplo de los "ideales" de nuestra sociedad, que coloca al dinero y a la riqueza en el centro de las preocupaciones humanas, en el motivo esencial de las aspiraciones de los ciudadanos. El dinero es considerado como el "ábrete sésamo" que permite a quienes lo poseen en abundancia alcanzar todo lo que desean, poder, distinción, acceso a los más exclusivos círculos sociales y la satisfacción de todos los apetitos y caprichos, por más extravagantes y costosos que ellos sean. Es, efectivamente, la encarnación de los ideales de la sociedad contemporánea.

Aristóteles Sócrates Onassis inició su fortuna con 60 dólares y al cabo de pocos años se convirtió en millonario. Actualmente su fortuna se estima en varios centenares de millones de dólares. ¿Cómo logró el "Griego de Oro" amasar esta inmensa fortuna y alcanzar "la cúspide de los elegidos"? ¿Es acaso un inventor genial o un científico preclaro que a través de largos años de un esfuerzo creador haya hecho descubrimientos técnicos o científicos que constituyan aportaciones efectivas para el progreso y bienestar de la sociedad humana? ¿O acaso en un golpe de suerte descubrió yacimientos o depósitos de metales preciosos, de diamantes o de minerales de gran valor? Evidentemente Onassis no se encuentra en ninguno de estos casos. Entonces, ¿cómo logró acumular su gran fortuna? Solamente dedicando su vida a alcanzar los ideales de su sociedad, de acumular riqueza sin importar los medios utilizados para ello. Efectivamente, la historia de la fortuna de Onassis es semejante a la de la inmensa mayoría de las fortunas acumuladas por los Cresos de ayer y de hoy. La especulación, los negocios fáciles y lucrativos, el soborno, los favores y concesiones gubernamentales las casas de juego, etc.

Con su fortuna inicial de 60 dólares, Onassis se dedicó al comercio de tabaco en su país de adopción, Argentina, logrando en pocos años convertirse en millonario, y como se sabe en el mundo de los negocios, el trabajo es hacer el primer millón, porque dinero llama dinero. Ya millonario Onassis pudo emprender negocios de mayor envergadura aprovechando la coyuntura de la Gran Crisis adquirió a precio de regalo una flota de seis barcos de carga en Canadá, con los que se inició en la actividad que le ha reportado muchos millones. Posteriormente Onassis se dedicó a la construcción y explotación de tanques petroleros, que durante la Segunda Guerra Mundial y en los años que la siguieron le proporcionaron jugosos dividendos. Actualmente su flota petrolera se compone de unos 100 barcos-tanque

En los años de la post-guerra los negocios de Onassis se ampliaron enormemente, tanto en las actividades del transporte marítimo como en otras ramas. Organizó una flota ballenera en la década de los cincuentas, compuesta de 20 embarcaciones; que después de algunos incidentes legales con el Perú, que confiscó sus barcos por invadir sus aguas territoriales, se decidió a venderla a los japoneses, pero derivando una utilidad de 8.5 millones de dólares, en la operación.

En 1952 en forma sorpresiva adquirió el control de la empresa Societé des Bains de Mer, que maneja el famoso Casino de Montecarlo, en el Principado de Mónaco. Cuando, por presión de las autoridades tuvo que deshacerse de esa inversión, se decidió a venderla obteniendo en esta transacción 5 millones de dólares. En 1956 adquirió la empresa aérea Olimpia que es la única de Grecia y que dispone de una amplia flota de modernos aviones a propulsión a chorro.

En este proceso ascencional Onassis ha tenido también algunos fracasos y contratiempos, Así, por ejemplo, al terminar la Segunda Guerra Mundial adquirió en forma ilegal, algunos barcos de los "'excedentes de guerra" a muy bajo precio, operación que le costó un litigio con el gobierno norteamericano y el pago de 7 millones de dólares. Otro de sus fracasos lo tuvo cuando trató de monopolizar el transporte del petróleo de la Arabia Saudita, debido a la oposición de los grandes intereses petroleros internacionales.

Actualmente, Onassis tiene negocios de gran cuantía en su propio país, en donde colabora con la Junta Militar en una serie de obras que incluyen la construcción y modernización de puertos, la construcción de una planta de aluminio (en sociedad con la Reynolds norteamercana) y la construcción de hoteles. Estas obras las está realizando mediante un contrato con la junta que asciende a 360 millones de dólares.

Como se ve, Onassis no ha hecho más que seguir el camino de los grandes magnates que han logrado acumular las grandes fortunas que conocemos. Su historia es semejante a la de las fortunas de los Vanderbilt, de los Morgan, de los Rockefeller, de los Du Pont, de los Patiño, para citar sólo algunos de los casos más conspicuos.

En la cúspide.

Convertido en multimillonario Onassis entró en el círculo de los privilegiados, de los que todos lo pueden, y se ha dedicado a disfrutar su inmensa fortuna, al mismo tiempo que continúa en su obsesión de acumular más y más riqueza, como un enajenado. Su principal residencia en la Isla de Scorpio, que adquirió en 86 mil dólares y en la que ha invertido muchos millones para adecuarla a sus deseos; posee el Yate Cristina. que está acondicionado a todo lujo y que es un tesoro artístico, y en el que ha Viajado por todo el mundo, y en el que ha compartido con personajes como Churchill, el presidente Kennedy, la famosa cantante María Callas, y otros personajes del mundo, Tiene un avión de propulsión a chorro para su uso personal, y una verdadera legión de ayudantes, empleados y servidumbre está a su servicio prestos a atender sus deseos. En una palabra, vive como un rey oriental. Y ahora, ha contraído matrimonio con la mujer más famosa de nuestro tiempo.

Onassis, sin embargo, es un personaje de un mundo que tiende a extinguirse. Las nuevas generaciones del mundo ya no consideran que la acumulación de riqueza sea el ideal a alcanzar. Estas nuevas generaciones buscan afanosamente otros horizontes, más elevados, más humanos, más justos. La ostentación, la vida de disipación les parece una manifestación de una sociedad que tiene una escala de valores negativa, antisocial. El multimillonario, ostentoso y dilapidador, ya no les puede servir de ejemplo. Y es una fortuna que esto sea así.♦

Ceceña, José Luis [1968], "Don dinero ese poderoso caballero", México, Revista Siempre!, 802: 24-25, 6 de noviembre.