Un territorio de dimensiones continentales, con un pueblo numeroso y trabajador y con un alto nivel técnico; pero con clara tendencia militarista y pragmática que busca expansión.
Un jalón de enormes proporciones en la expansión norteamericana fue la compra de la Lousiana en 1803, que pertenecía a Francia. Napoleón accedió a vender, en 15 millones de dls., ese enorme territorio porque era muy difícil mantener su control, dada la lejanía y las constantes luchas que tenía que sostener el gobernante francés en sus intentos de asegurar su posición hegemónica en Europa. Si no hubiera vendido, los Estados Unidos, lo habrían ocupado de todas maneras, dada la política expansionista que habían puesto en marcha. |
No cabe duda que provoca admiración el fabuloso desarrollo que han logrado alcanzar los Estados Unidos de América que de un status colonial a finales del siglo XVIII se convirtió en algo más de un siglo (plazo breve en la historia humana) en la primera potencia económica del mundo.
¿Qué factores permitieron a la ex colonia desarrollarse de manera tan rápida y superar a todos los grandes países que iban a la vanguardia en el progreso, incluyendo a su propia ex metrópoli? ¿Por qué los Estados Unidos de América dejaron tan atrás a todos los países del continente americano a pesar de que al lograr su independencia apenas contaban con una población de 4 millones de personas y su extensión territorial era de reducidas dimensiones? ¿Por qué México y otros grandes países de este continente no siguieron un desarrollo al menos paralelo al de los Estados Unidos?
Todas estas cuestiones tienen una enorme importancia, particularmente para nosotros que somos vecinos obligados de ese poderoso y por muchos conceptos gran país, por lo que se hace insoslayable que quienes en una forma u otra, nos dedicamos al estudio del desarrollo económico, social y político en general, demos una especial atención a los factores que han determinado el crecimiento espectacular de esa nación.
Se destacan como principales factores en el desarrollo de los Estados Unidos los siguientes: 1.— Un enorme territorio de dimensiones continentales, con inmensas riquezas naturales y climas muy variados; 2.— Un pueblo numeroso y trabajador; 3.— Un alto nivel técnico; 4.— Una marcada tendencia utilitarista y pragmática; 5.— La expansión económica en el exterior, y 6.— Una serie de guerras victoriosas.
Desde luego se debe considerar que los factores señalados han actuado en una estrecha interrelación sumando sus efectos, y no de manera separada o contrapuesta por otra parte el orden de la enunciación no obedece a la importancia relativa que cada uno de ellos tiene ya que sería difícil determinar el peso que cada uno ha tenido en el desarrollo de ese país. Debe considerarse por lo tanto, que el orden presentado sólo tiene carácter enunciativo y no deja de ser algo arbitrario.
Las 13 estrellas se convirtieron en una galaxia
Los Estados Unidos al lograr su independencia del coloniaje inglés, estaban formados por solamente 13 Estados, pero desde los primeros años de vida independiente, iniciaron un proceso de expansión incontenible. En la primera etapa, la expansión tuvo lugar hacia el Oeste a costa de las tierras pertenecientes a distintas tribus indígenas. Aun antes del logro de la independencia se habían organizado grandes compañías tales como Ia Ohio Company y la Transylvania Company que se dedicaron a la conquista y colonización de tierras del oeste para ser luego incorporadas a la nación. De esta suerte, ya en 1792 se pudo sumar el nuevo estado de Kentucky (gracias a los éxitos logrados por Daniel Boone por cuenta de la Pennsylvania Company), en 1796 el de Tennessee y en 1803 el de Ohio.
Un jalón de enormes proporciones en la expansión norteamericana fue la compra de la Louisiana en 1803, que pertenecía a Francia. Napoleón accedió a vender en 15 millones de dólares ese enorme territorio porque era muy difícil mantener su control, dada la lejanía y las constantes luchas que tenía que sostener el gobernante francés en sus intentos de asegurar su posición hegemónica en Europa. Si no hubiera vendido, los Estados Unidos lo habrían ocupado de todas maneras, dada la política expansionista que habían puesto en marcha.
Con la compra de la Louisiana los Estados Unidos aumentaron su territorio en cerca de un millón de millas cuadradas que incluía el rico valle del Río Mississippi y que se extendía. desde las costas del Golfo de México, con el importante puerto de Nueva Orleans, hasta el Canadá. Nuevos Estados vinieron a aumentar el número de estrellas de la bandera norteamericana: Arkansas, Oklahoma, Missouri, Nebraska, Iowa, South Dakota, Kansas (parte), Colorado (parte), Wyoming (parte), Montana (parte), North Dakota (parte) y Minnesota (parte).
El siguiente paso en la expansión de la nueva nación fue la compra de la Florida a España, que se consumó en 1819. Esta compra se produjo como resultado de una larga lucha de presiones y aun de tipo militar, en la que los Estados Unidos aprovecharon las serias dificultades por las que atravesaba España a raíz de los movimientos independentistas de las colonias latinoamericanas; cuando España accedió a ceder el territorio de la Florida, recibió 5 millones de dólares que serían aplicados a compensar a los terratenientes españoles por la pérdida de sus propiedades. Con la Florida el territorio norteamericano aumentó en 58,666 millas cuadradas.
Un nuevo empuje de la política expansionista norteamericana le permitió extenderse de la costa del Atlántico hasta la costa del Océano Pacífico. En 1846 los Estados Unidos lograron la posesión de Oregon, desplazando de esos territorios a Inglaterra que desde que Francis Drake los descubrió reclamaban derechos sobre ellos. Con esta ampliación territorial los Estados Unidos incorporaron los actuales Estados de Oregon, Washingon, Idaho y partes de Montana y Wyoming. El cielo norteamericano Se iba cuajando de estrellas.
Para estas fechas la pujanza expansionista norteamericana era incontenible. Los círculos imperialistas buscaban más y más territorios que conquistar, y de manera cada vez más amenazadora volvían sus ojos hacía sus vecinos del sur, que apenas iniciaban su vida independiente en medio de grandes convulsiones. Así le tocó su turno a México.
En 1846 Texas proclama su independencia separándose de México después de un largo proceso de infiltraciones de colonos norteamericanos y de luchas militares contra el control del gobierno mexicano. Vino después la Invasión norteamericana y la derrota de nuestro país, que se consumó con la ocupación de la Ciudad de México en septiembre de 1847.
El vencedor, impuso el Tratado de Guadalupe que fue firmado en 1848 y mediante el cual nuestro país cedía a los Estados Unidos un territorio de 944,825 millas cuadradas, recibiendo como “pago” la cantidad de 26.8 millones de dólares. Los expansionistas norteamericanos intentaban quedarse con todo el territorio nacional pero se “conformaron” con la mitad de él, que comprendió los actuales Estados de Texas, Arizona, Nuevo México, California, Nevada, Utah; y parte de Wyoming; de Colorado, de Oklahoma y de Kansas. Unos años después mediante presiones los Estados Unidos lograron más territorio mexicano, mediante el Tratado de Gadsden firmado en 1853, pasando a su poder otras porciones que se incorporaron a los Estados de Nuevo México y Arizona. En esta ocasión los Estados Unidos también dieron el carácter de “compra” a la mutilación de nuestro territorio. “Como si la patria fuera objeto de compra venta.”
Dos años escasos de la terminación de la guerra civil (1861-65) los Estados Unidos reiniciaron su proceso expansionista. En 1867 compraron por 7.2 millones de dólares el territorio de Alaska a la Rusia Zarista. Con esta adquisición incorporaron un territorio de una extensión que era dos veces la superficie total de las 13 colonias iniciales de los Estados Unidos.
El apetito de los expansionistas norteamericanos se dirigió también hacía su otro vecino, el Canadá. Mediante luchas armadas lograron ocupar parte de su territorio, aunque no lograron su propósito final por la oposición de Inglaterra. Esta se vio obligada a otorgar al Canadá, su antigua colonia el status de Dominio en 1857, como una medida de defensa frente a las ambiciones territoriales de los norteamericanos.
Cuando los Estados Unidos habían logrado Consolidar su control sobre los grandes territorios continentales, se lanzó a la conquista de nuevas tierras en ultramar, sus miradas se dirigieron hacia el Oriente y el Pacífico Sur, y hacia la América Latina. De esta manera se proyectaba como una potencia imperialista mundial.
Continuará...