El informe del Banco de México, una nota de optimismo

El punto crítico: el mayor desequilibrio de la Balanza de Pagos. Aunque el turismo y las transacciones fronterizas dejaron un saldo favorable de 510 millones de dólares, el déficit de las compras y ventas de mercancías y servicios fue de 596 millones de dólares, frente a 81 millones en 1967. 

Aumentó la reserva de oro y divisas en 49 millones de dólares (ahora es de 670 millones de dls.) el aumento se logró, como en años pasados a los créditos exteriores y a las inversiones extranjeras. 

La capacidad de pago está seriamente comprometida: de cada 100 dólares que obtenemos por la venta de productos y servicios al exterior, tenemos que destinar 35 al pago del servicio de los capitales extranjeros que utilizamos, en forma de amortizaciones, intereses y envíos de utilidades. Sólo Colombia y Brasil se encuentran con una carga mayor en toda la América Latina. 

Sin olimpiadas y con la agitación de la campaña presidencial ¿qué nos espera en 1969? Afortunadamente tenemos al Banco de México que nos asegurará otro año con un crecimiento superior al 7%, con precios estables y con aumentos de la reserva.

La agricultura y la ganadería, las mayores fuerzas impulsoras en 1968

Los grandes diarios capitalinos dieron cuenta, el día 27 del pasado mes de febrero, de los aspectos sobresalientes del informe anual del Banco de México, sobre la situación económica del país durante el año de 1968. La información proporcionada, nos permite formarnos una idea general del desenvolvimiento de la actividad económica nacional, principalmente en lo que hace a los logros alcanzados en distintas ramas de la producción y en materia de cambios internacionales y de balanza de pagos. Sin embargo, además de omitir algunos aspectos fundamentales, la información que se dio a conocer adolece de falta de objetividad en muchos de sus aspectos, ya que exagera algunos logros (que sin duda los hay, pero no en la medida señalada por el Banco), presenta en forma intencionalmente imprecisa otros, y pasa por alto algunos de los problemas más apremiantes a que se está enfrentando nuestro país en estos momentos. Cabe pues que nos ocupemos de hacer algunas precisiones sobre el contenido del Informe del Banco y sobre lo que no contiene pero que debería contener.

Los logros alcanzados en 1968

Confirmando los vaticinios que en los últimos meses se venían haciendo por altos funcionarios del Gobierno y por significados representantes del sector privado, el informe del Banco de México consigna que en el año de 1968 la economía nacional se desenvolvió con bastante dinamismo, ya que logró superar en más del 7% el nivel correspondiente al año de 1961. Esta tasa de crecimiento es sin lugar a dudas bastante elevado y se compara muy favorablemente con los avances logrados por la mayoría de los países del mundo, tanto de los que se encuentran "en proceso de desarrollo", como de las grandes potencias industriales.

No basta, sin embargo, con saber que el valor total de la producción nacional (Producto Nacional Bruto) creció al ritmo del 7.1% y que superó al de 1967 en unos puntos, sino que debemos investigar cómo se comportaron las distintas ramas que integran esa producción. En este sentido, la información dada a conocer nos revela lo siguiente:

— Algunas ramas económicas importantes tuvieron un mayor dinamismo en 1968 que en el año precedente, siendo ellas las siguientes: la Industria Manufacturera que aumentó el valor de su producción un 9% mejorando el ritmo que había alcanzado en 1967 que fue del 8.2%; la Agricultura, que se desenvolvió a una tasa del 4%, frente al 1.5% en el año precedente; la Ganadería, que subió del 3.5% en 1967 al 4% en 1968; la Minería que aceleró un poco su ritmo respecto a los años anteriores, llegando al 2.7% en 1968 y el Comercio que elevó su tasa al 7.5%, frente a la del 6.4% que logró en 1967. Lo más significativo y favorable en este panorama fue que la manufactura mantuvo su alto crecimiento y aún lo mejoró, y que las actividades agropecuarias (especialmente la Agricultura) se recuperaron del relativo letargo en que se mantuvieron en el año de 1967.

Frente a estos importantes avances, se registró una caída, en otras actividades básicas que en algunos casos alcanzó proporciones considerables. El Petróleo y Coque redujeron su ritmo del 11.4 que logró en 1967, al 6.2% en 1968; la Energía Eléctrica cayó del 10.2 al 8.5%; la Industria de la Construcción, descendió del 11.3% al 9%, y finalmente, la Pesca que en 1967 había tenido una tasa de crecimiento muy elevada, del 11%, se desplomó en 1968 al grado de que el nivel alcanzado fue inferior en un 6% al que logró en el año precedente.

Como puede verse, el crecimiento de las actividades más importantes se desenvuelve de manera muy irregular, zigzagueante, desproporcionada. Mientras que algunas ramas mantienen su ritmo y aún lo mejoran, otras registran fluctuaciones considerables de un año a otro. De esta suerte, aunque el valor del Producto Nacional Bruto aumentó, según el Banco de México, en un 7.1%, no puede considerarse como satisfactorio el desarrollo general del país, ya que las industrias energéticas, que habían mostrado mayor dinamismo en años anteriores, perdieron mucho de su pujanza en 1968; igual ha sucedido con la Industria de la Construcción, lo que no deja de llamar la atención ya que en 1968 se vio beneficiada con las grandes obras olímpicas, las del Metro, drenaje y otras de importancia semejante. Se presenta aquí, por lo tanto, un serio problema de falta de planeación de la economía. Pero de todo esto, no dice una palabra la información proporcionada por el Banco de México.

Como otro de los logros importantes que la información periodística señala, se refiere al mantenimiento del equilibrio de la Balanza de Pagos a la solidez del peso y al incremento de 49 millones de dólares que registró la Reserva de Oro y Divisas del Banco de México, la que ahora asciende a 670 millones de dólares.

Es incuestionable que tiene un gran mérito y constituye un logro importante el que se pueda alcanzar una tasa elevada de crecimiento como la del 7.1 % y al mismo tiempo se pueda mantener y aún elevar el monto de la reserva y sostener el tipo de cambio del peso frente al dólar y demás divisas importantes del mundo. Sin embargo, y por desgracia cuando se revisan las cifras pertinentes el panorama "color de rosa" que presenta el Banco de México se desaparece para dar origen a serias preocupaciones. Con las propias cifras del Banco veamos cuál es la verdadera situación.

El valor total de las ventas al exterior, de mercancías y servicios ascendió en 1968 a 2,415 millones de dólares, lo que indica un incremento del 12.2% respecto a 1967. Por su parte, las compras que hicimos al exterior se elevaron a 3 071 millones de dólares, que representa un incremento del 13.4%. Como se ve, si bien nuestras ventas registraron una mejoría considerable, nuestras compras crecieron a un ritmo mayor, lo que indica que se amplió todavía más el déficit que se viene arrastrando desde hace años. En 1968 las compras de bienes y servicios superaron en 596 millones de dólares a las ventas que logramos hacer, déficit que revela un serio desequilibrio exterior de nuestra economía.

¿Cómo es que, a pesar de este enorme déficit, que casi iguala en un año el monto total de la Reserva de Oro y Divisas del país, no se produce el agotamiento de nuestra reserva y el desplome del peso? Porque entiéndase bien, el déficit de 596 millones de dólares ya toman en cuenta los superávit de 510 millones de dólares que arrojan las cuentas de Turismo y de Transacciones Fronterizas. La clave la dan los créditos exteriores y las inversiones extranjeras directas, Estas últimas, según los datos publicados, ascendieron a 100 millones de dólares en 1968. En cuanto a los créditos exteriores no se ha dado información, por alguna causa que desconocemos porque se llevan registros minuciosos y al día, pero puede estimarse que no hayan sido inferiores a los del año de 1967, cuando alcanzaron la cifra de 682 millones de dólares.

En estas condiciones ¿puede hablarse de estabilidad de nuestra economía con el exterior y de solidez del peso? Desgraciadamente tenemos, por la fuerza de los hechos, que llegar a la conclusión de que existe un desequilibrio exterior muy serio y nos vemos obligados a llamar la atención sobre los peligros que ello representa no solamente para la estabilidad de nuestra moneda sino para el desarrollo económico general. No es exagerado afirmar que en estos momentos el desequilibrio externo constituye el punto crítico de la economía nacional. Siendo esto así, es incomprensible que la información del Banco de México pase por alto este grave problema y lo que es más, que no se vea en el horizonte ningún indicio de que el Gobierno esté decidido a tomar las medidas correctivas necesarias para evitar un posible colapso.

Finalmente, merece un comentario la información que el Banco de México ha dado respecto a los precios. Según las estimaciones del Banco los precios se mantuvieron casi estables, pues solamente subieron en 1.9%. ¿Qué pensarán de estas estimaciones los obreros, los empleados, los campesinos, las amas de casa? La realidad que viven les enseñará que esa estimación es incorrecta, porque no hay mes, ni aún semana en que suban los precios de los artículos de primera necesidad y también los bienes de consumo durables. Por otra parte, si en 1968 los salarios mínimos subieron en, más del 16% como promedio ¿cómo fue posible que esto no repercutiera sobre los precios si los empresarios aprovechan siempre los aumentos de salarios para elevar los precios y en una proporción todavía mayor?

La importancia de los cálculos del aumento de precios es muy, grande, ya que sirve de base para las negociaciones sobre salarios, precios de garantía, y en especial, para estimar el valor del Producto Nacional Bruto. Si hiciéramos un ajuste en las estimaciones del Banco y en forma más realista consideráramos que los precios se elevaron no en 1.9% sino en un 4%, el cálculo del 7.1% de aumento del Producto Nacional Bruto se reduciría alrededor del 5%. Pero esto, aunque correspondería más a la realidad cambiaría el panorama "color de rosa" que el Banco se empeña en presentarnos.♦

Ceceña, José Luis [1969], "El informe del Banco de México, una nota de optimismo", México, Revista Siempre!, 820: 20-21, 12 de marzo.