Reto a México: el mar, una riqueza fabulosa al alcance de nuestra voluntad

Una riqueza fabulosa está al alcance de nuestra voluntad. 

Debemos despojarnos del complejo de pueblo débil y subdesarrollado y abordar en grande la conquista del mar no solo como desafío a nuestra imaginación, sino por lo que significa a muchos de nuestros grandes males. 

Aunque no existen estimaciones más o menos precisas de la magnitud de la riqueza pesquera del país, la mayoría de las opiniones coinciden en que alcanza proporciones considerables, dados los extensos litorales nacionales que tienen una longitud de 9,219 kilómetros, en ambos océanos, litorales a los que corresponde una plataforma continental de alrededor de medio millón de kilómetros cuadrados. Como se sabe, en la plataforma continental se localiza la mayor proporción de la vida marina explotable, extrayéndose actualmente alrededor de las tres cuartas partes de la pesca total del mundo.  

En sus esfuerzos por acelerar el desarrollo y asegurar el creciente bienestar de su pueblo, México necesita utilizar al máximo y de manera racional los recursos propios de que dispone. Mucho se ha logrado hasta ahora en la movilización de los recursos nacionales, pero todavía, y por fortuna, contamos con una proporción considerable de recursos que la naturaleza nos ha proporcionado y que deben y pueden incorporarse al proceso productivo para aumentar nuestra riqueza real en beneficio de la colectividad.

Entre los recursos que hasta ahora apenas han sido tocados, se destacan los de origen marino, tanto los de tipo mineral, como los de origen animal. Diversas razones explican la reducida intensidad con que hemos aprovechado esta riqueza, pero desde luego puede indicarse que es una manifestación de ese complejo de factores y circunstancias que se ha dado en llamar “el subdesarrollo” y que tiende a mantenemos dentro de una serie de círculos viciosos en donde el subdesarrollo genera el subdesarrollo, que luego tiende a perpetuarse y a impedir que se liberen las fuerzas dinámicas que nos proyecten hacia niveles superiores de desarrollo económico y de bienestar. Por fortuna y gracias al enorme esfuerzo que ha realizado el país para romper con las ataduras del subdesarrollo, hemos llegado a un punto que podíamos considerar como de mayoría de edad, en que disponemos de la energía, de los recursos y de la decisión que nos pueda permitir atacar en grande las tareas que demanda la necesidad imperiosa de alcanzar los altos niveles de bienestar que merece nuestro pueblo. Nos encontramos así en la coyuntura propicia para aprovechar al máximo nuestros recursos naturales, utilizando los instrumentos técnicos a nuestro alcance y lograr lo que otros países han podido alcanzar, y en no pocos casos con una dotación inferior de recursos naturales.

La actividad pesquera

Aunque no existen estimaciones más o menos precisas de la magnitud de la riqueza pesquera del país, la mayoría de las opiniones coincide en que alcanza proporciones considerables, dados los extensos litorales nacionales que tienen una longitud de 9,219 kilómetros, en ambos océanos, litorales a los que corresponde una plataforma continental de alrededor de medio millón de kilómetros cuadrados. Como se sabe, en la plataforma continental se localiza la mayor proporción de la vida marina explotable, extrayéndose actualmente de ella, alrededor de las tres cuartas partes de la pesca total del mundo.

A la consideración de la gran amplitud de nuestros litorales y de su extensa plataforma continental se viene a agregar el hecho real de que las flotas pesqueras extranjeras principalmente de los Estados Unidos y del Japón, logran realizar capturas de grandes proporciones en aguas mexicanas y en las cercanas a ellas, lo que demuestra la existencia de una considerable riqueza marina que podría sustentar una explotación pesquera de mayores proporciones a las actuales.

Ahora bien, si disponemos de una considerable riqueza marina ¿qué factores han obstaculizado el desarrollo de la actividad pesquera nacional, impidiéndole hacer la aportación que podría realizar tanto al aumento de la riqueza del país como al mejoramiento de la alimentación popular? Aunque el problema es bastante complejo, veamos algunos de los aspectos más relevantes tomando como base algunos de los estudios y opiniones de conocedores de la materia, así como la información oficial que se ha publicado en distintas fuentes.

Como punto de arranque, conviene que precisemos la situación que actualmente ocupa la actividad pesquera en la economía nacional y algunos de sus rasgos distintivos, así como las condiciones de la demanda de productos del mar, sus peculiaridades, las tendencias que se observan en ella y los factores más importantes que ejercen su influencia en su comportamiento. Haremos también algunas comparaciones con la situación de la actividad pesquera y de la demanda, que prevalece en otros países.

El valor total de la producción pesquera en 1968 alcanzó la cifra de 856 millones de pesos, lo que viene a representar el 0.26% del valor total de la producción nacional de bienes y servicios, que en ese mismo año ascendió a 334,300 millones de pesos. Como puede apreciarse, la importancia relativa de esta actividad en el conjunto de la economía nacional es reducida pues no llega a alcanzar ni el 1% del total y está muy por abajo de la importancia de las otras actividades que forman la estructura de la economía nacional.

Pero, no obstante la reducida importancia relativa de la actividad pesquera frente a las demás actividades económicas del país, alcanza ya un valor no despreciable, ya que se acerca a los mil millones de pesos anuales (en el año de 1967 la producción pesquera tuvo un valor de 947 millones de pesos).

Como generadora de divisas la pesca tiene también relevancia ya que algunas variedades, como el camarón y la langosta, tienen un buen mercado en los Estados Unidos. En el año de 1967 se lograron exportaciones de productos pesqueros por valor de 785 millones de pesos o sean, 63 millones de dólares.

Por el lado de la ocupación directa que la actividad pesquera proporciona, su importancia también es considerable. En 1966 se dedicaron a estas actividades 42,015 personas, de manera directa, correspondiendo 22,059 a cooperativistas, y 19,956 a permisionarios particulares y a pescadores a su servicio.

Finalmente, las actividades pesqueras sirven de base a una creciente industria de transformación que comprende el salado, ahumado, refrigerado, enlatado de productos y elaboración de harina de pescado y otros. Esta industria opera para surtir el mercado nacional, pero cada vez exporta mayores cantidades a distintos países en especial a los Estados Unidos.

Un rasgo importante de la producción pesquera nacional es que una sola especie, el camarón, representa más de la mitad del valor total. En 1967 la captura de camarón alcanzó 42,717 toneladas que tuvieron un valor de 486 millones de pesos, o sea, el 51.4% del valor total de la explotación pesquera del país. Esto hace depender en un grado elevado, a toda la explotación pesquera de las contingencias que pueden presentarse en la captura de ese producto, además de los riesgos de las fluctuaciones del mercado exterior.

Si al camarón agregamos las tres especies que le siguen en importancia (tortuga, langosta y sardina) encontramos que el valor conjunto de las cuatro variedades asciende a 621 millones de pesos, lo que viene a representar las dos terceras partes del valor total de la explotación pesquera nacional.

Aparte de las cuatro variedades señaladas, tienen alguna importancia por su valor anual las siguientes: guachinango, anchovetas, abulón, robalo, ostión y mero. El valor conjunto de estas seis especies alcanzó la cifra de 117 millones de pesos, que viene a representar apenas el 12% del total.

Del análisis de las variedades más importantes que figuran en la explotación pesquera nacional podemos ver que están prácticamente ausentes los especies que pueden considerarse como de consumo popular. De todas ellas solamente el mero y quizás el ostión, son productos que consumen los sectores de ingresos bajos, y esto, en reducidas cantidades. Esto quiere decir, que la actividad pesquera del país se ha orientado fundamentalmente hacia las variedades de exportación y a las que demandan los sectores de la población de ingresos altos.

 Continuará...

Ceceña, José Luis [1969], "Reto a México: el mar, una riqueza fabulosa al alcance de nuestra voluntad", México, Revista Siempre!, 822: 22-23, 26 de marzo.