El problema fundamental que tiene que ser resuelto en materia pesquera consiste en romper el círculo vicioso que ha mantenido aprisionada a esa actividad: producción baja, por escaso consumo... demanda reducida, por precios elevados...precios altos, por escasa producción...y así sucesivamente.
La complejidad de este círculo vicioso hace necesaria una política integral que aborde el problema desde sus distintos ángulos: por el lado de la producción, almacenamiento y distribución de los productos; por él ángulo de la demanda, tanto interna como externa, y por el lado de los precios. En el ataque de estos distintos aspectos del problema deberá tenerse muy en cuenta la estrecha interdependencia que existe entre ellos, para obtener los mejores resultados.
Elevar la producción. la meta primordial
Para romper el círculo vicioso de baja producción, consumo reducido y precios altos, el objetivo central de acción debe ser el de dar el mayor impulso posible a la producción. Sólo logrando un aumento substancial de la producción será posible reducir los precios y elevar el consumo (y las exportaciones) en una cuantía considerable; y solamente elevando la producción a un alto ritmo, será posible también mejorar las condiciones de vida de los trabajadores dedicados a esta actividad.
Ahora bien, elevar la producción pesquera en forma acelerada es una tarea bastante compleja que requiere de grandes esfuerzos, de considerables inversiones y de tiempo. Pero no queda otro camino, y además nuestro país ha alcanzado la madurez necesaria para abordar éste y los otros problemas nacionales, con la energía, recursos y decisión que la magnitud de dichos problemas requiera. Estamos en condiciones de superar la improvisación, la política de remiendos y de paliativos que corresponden a condiciones de atraso, y de inseguridad en nuestras capacidades y en el porvenir.
Para elevar la producción pesquera con el vigor necesario es imperativo que tratemos de atacar o fondo las grandes deficiencias y removamos los obstáculos de todo tipo que han frenado el desarrollo de esta actividad. Entre las deficiencias y obstáculos que deberán ser objeto de atención, cabe señalar los siguientes, por su importancia:
1.— Hasta ahora la actividad pesquera se ha llevado a cabo, en lo esencial, de manera empírica, a ciegas, en espera de un "golpe de suerte", a la manera como operan los "gambusinos'" en la minería. No se han hecho los estudios científicos para conocer con un grado aceptable de confiabilidad la riqueza marina del país ni siquiera de las zonas costeras dentro de la plataforma continental, ni se dispone de investigaciones sobre la dinámica de la vida de las especies marinas, que permitieron realizar una explotación racional y segura. Por esa razón la actividad pesquera es aleatoria, fluctuante y no ha podido desarrollarse.
2.— La pesca se realiza fundamentalmente en las aguas ribereñas y en los de esteros y bahías, no existiendo casi en absoluto la "pesca de alta mar", ni siquiera en las zonas cercanas a nuestro país, en donde flotas extranjeras logran realizar abundantes capturas de especies tan valiosas como el atún.
3.— Las técnicas pesqueras utilizadas son bastante rudimentarias en general, dando por resultado bajos rendimientos, grandes desperdicios. Las embarcaciones empleadas son pequeñas en su inmensa mayoría (el 85% tienen una capacidad menor a las 10 toneladas), y el equipo de que disponen es notoriamente inadecuado.
4.— 108 desperdicios resultantes de las deficiencias en las técnicas, en los equipos y en las embarcaciones; así como la falta de integración de la actividad pesquera, alcanzan proporciones muy elevadas, Solamente en la rama camaronera se estima que con cada tonelada de crustáceo capturado fuera de los esteros, se extraen del mar de 5 a 10 toneladas de otras especies, las que se devuelven al mar por falta de cupo de los barcos, insuficiente mercado y por la escasa integración industrial de la actividad pesquera. Resulta inconcebible que se tengan que devolver al mar miles de toneladas de pescado que ya ha sido capturado existiendo necesidades tan grandes en materia de alimentación de nuestro pueblo.
5.— La debilidad económica y técnica de las cooperativas pesqueras ha sido un factor que ha frenado el desarrollo de esta actividad. Las cooperativas apañan alrededor del 40% del volumen de producción nacional y el 67% del valor total siendo así el sector más importante de la producción pesquera nacional. Ahora bien, a pesar de que las cooperativas son beneficiarias del derecho de exclusividad para la explotación de las especies más valiosas, entre las que destacan el camarón, la langosta y el abulón, la situación financiera de las mismas ha sido siempre precaria, con muy pocas excepciones, debido a la pobreza de origen de los cooperativistas y al sistema de comercialización de su producción que les produce ingresos reducidos, con los cuales no les es posible disponer de los recursos necesarios para realizar las inversiones requeridas para modernizar sus equipos, introducir las técnicas más avanzadas y elevar la producción y la productividad.
En tales condiciones, la actividad pesquera de las cooperativas no ha podido desarrollarse con celeridad ni siquiera en las zonas ribereñas y en las esteras, y mucho menos en la pesca de alta mar. En este sentido cabe señalar un hecho que parecería increíble y que consiste en que la pesca de alta mar no ha podido desarrollarse porque las cooperativas no disponen de recursos para emprenderla y se ha dejado que flotas extranjeras sean las que aprovechen la gran riqueza de 109 mares adyacentes a nuestro territorio. Mientras no se fortalezca la economía de las cooperativas y se mejore su organización y funcionamiento, no podrá emprenderse la pesca de alta mar en gran escala, con los consiguientes perjuicios para el país en su conjunto. El fortalecimiento del sector cooperativo se presenta así, como uno de los más importantes y urgentes de una política de fomento pesquero.
6.— La comercialización de la producción pesquera ha estado dominada por monopolios que a la vez que fijan precios injustamente bajos para los pescadores, encarecen los productos para el consumidor final, ejerciendo una influencia negativa de doble signo: por un lado impiden el desarrollo de la producción, y por el otro, obstaculizan el crecimiento de la demanda, lo que a su vez, mantiene la producción a bajos niveles.
7.— Las características del consumo de productos del mar ha dificultado también el desarrollo de la actividad pesquera. Además de los precios altos, que constituyen un factor muy importante que frena la producción, existen otros elementos por el lado de la demanda que actúan en ese mismo sentido. Uno de los más importantes consiste en el carácter estacional del consumo que se concentra en la época de cuaresma, por razones religiosas y de tradición, época que no corresponde precisamente a la de condiciones más favorables para la pesca. Tratándose de un producto altamente perecedero, se requieren fuertes inversiones para lograr los almacenamientos necesarios para hacer frente a la fuerte demanda estacional, lo que tiende a elevar los precios. Durante el resto del año la demanda es bastante floja con excepción quizás en la época navideña.
Estos son, a grandes rasgos, algunos de los principales problemas que aquejan a la actividad pesquera nacional y que han impedido que se desarrolle con el dinamismo que sería necesario. Y son precisamente estos problemas los que deberán ser resueltos para transformar la actividad pesquera en una de las más importantes de la economía nacional.
Un anuncio alentador
El reciente anuncio gubernamental sobre la aprobación del Programa Nacional de Desarrollo Pesquero ha dado una justificada nota de optimismo sobre el futuro de la pesca en nuestro país. Al fin, parece ser que las preocupaciones de los funcionarios responsables de la pesca en nuestro país han logrado que sus esfuerzos a favor del desarrollo pesquero reciban el apoyo superior para poner en marcha un programa científicamente elaborado que permitirá aprovechar racionalmente y de manera óptima la riqueza pesquera nacional, para beneficio de los millares de familias que dependen de esta actividad, y del público consumidor que podrá mejorar su alimentación con los variados y altamente nutritivos productos del mar.
Por su gran importancia, habremos de ocuparnos de este programa en un futuro próximo.♦