Nelson Rockefeller, visitante imperial y en gira por sus dominios

El próximo mes de mayo recibiremos en México al señor Nelson Aldrich Rockefeller, quien trae la representación del presidente Richard Nixon en un viaje de amistad por los países de la América Latina. La importancia de la "misión" encomendada al señor Rockefeller y el relieve de su personalidad en el mundo político y de los grandes negocios, nos impone la responsabilidad de expresar nuestros puntos de vista sobre este importante acontecimiento.

Es fácilmente comprensible que el nuevo presidente de los Estados Unidos esté interesado en conocer a fondo la situación que priva en la América Latina respecto a los mil y un asuntos que forman la intrincada red de las relaciones comerciales, financieras, culturales y políticas con el país bajo su dirección y mando. En los actuales momentos ese interés tiene que ser aún mayor por las evidentes muestras de desajustes, resentimientos y malestar que han proliferado a todo lo largo y lo ancho del continente, y por las condiciones de crisis económica y política que vive el; mundo.

Por otra parte ¿quién podría poner en duda que también para la América Latina reviste un considerable interés, que el nuevo presidente y todo el aparato de dirección de los Estados Unidos conozcan a fondo el verdadero sentir de los pueblos latinoamericanos respecto a la política que tanto el gobierno como los hombres de negocios norteamericanos están aplicando en la América Latina? ¿Quién podría negar la necesidad de que se remuevan los obstáculos que hasta ahora han impedido el florecimiento de relaciones económicas justas y de una amistad verdadera entre nuestros pueblos y el de Estados Unidos?

La verdadera raíz de los problemas.

El gran obstáculo que ha impedido el fortalecimiento de una amistad verdadera de los pueblos de la América Latina con los Estados Unidos ha sido la política de gran potencia imperial que desde el siglo pasado ha seguido esta nación en sus relaciones económicos, políticas y diplomáticas con nuestros países. La historia de más de un siglo de la política norteamericana hacia la América Latina comprueba plenamente el carácter imperialista de dicha política.

La Doctrina Monroe, con sus ingredientes de "destino manifiesto", de "potencia policía", de “imperialismo protector" de "política del garrote" y de "diplomacia del dólar" ha tenido un carácter francamente imperialista. Con base en la Doctrina Monroe los Estados Unidos mutilaron el territorio de México; se apoderaron de Puerto Rico; ocuparon militarmente Cuba. Santo Domingo, Haití, Nicaragua; impusieron la Enmienda Platt a Cuba y se instalaron en Guantánamo; controlaron las aduanas de Santo Domingo y Haití ocuparon Veracruz desmembraron Colombia y se situaron en la Zona del Canal de Panamá; y se han constituido unilateralmente en "potencia policía" en toda la América Latina,

Sobre la base de la Doctrina Monroe, también los capitalistas norteamericanos han intentado hacer realidad el postulado de "América para los Americanos", es decir para los norteamericanos, controlando los recursos mineros petroleros, y forestales de la América Latina, así como sus medios de transporte sus finanzas, su industria y su comercio interior y exterior, y a través de los créditos tanto privados como gubernamentales y de los organismos multinacionales que controlan han tratado de completar el dominio sobre las economías latinoamericanas.

Esta es la causa fundamental de las dificultades que existen en las relaciones amistosas entre los Estados Unidos y los países de la América Latina. Entre la Metrópoli que domina e interviene constantemente en los asuntos internos (y externos) de los países dominados no pueden existir relaciones de verdadera amistad. La única manera que existe de estrechar los lazos amistosos es la de cambiar radicalmente la política de dominación imperialista de los Estados Unidos hacia los países de la América Latina, sustituyéndola por una de relaciones económicas justas, de respeto mutuo y de observancia rigurosa del principio de autodeterminación.

¿Podrá el presidente Nixon con el auxilio de su representante personal, Nelson Aldrich Rockefeller lograr este cambio? Más aún. ¿Intentarán hacerlo realmente?

Rockefeller, visitante imperial.

¿Quién es Rockefeller, enviado personal del presidente Nixon? Nelson Aldrich Rockefeller es actualmente gobernador del Estado de Nueva York, el más importante Estado de la Unión Americana. Forma parte de la Familia del Rey del Petróleo, siendo nieto del famoso y finado ya, John D. Rockefeller. Por razones de herencia es parte integrante del poderoso grupo financiero Rockefeller Chase-Manhattan Bank. Este Grupo Financiero constituye un verdadero imperio con inmensas propiedades en los Estados Unidos y en los cinco continentes. Veamos cómo está integrado este poderoso "gigante de gigantes".

El Grupo financiero Rockefeller-Chase Manhattan Bank está formado por cerca de un centenar de grandes empresas. Los recursos que manejan estas empresas superan los 120 mil millones de dólares, encontrándose entre ellas las siguientes:

Bancos: Chase-Manhattan Bank, encabezado por David Rockefeller hermano de Nelson A Rockefeller, First National Bank of Chicago y American Express Co., además de participaciones, en otros tres bancos.

Sociedades de Inversión: Participaciones en tres importantes empresas: Lehman Corp., Kuhn Loeb and Co., y Tri-Continental Corp.

Seguros: Metropolitan Life Insurance, Equitable Life Insurance y Travelers Insurance Co., además de participación en la New York Life Insurance.

Teléfonos y telégrafos: participación en la poderosa American Telephone and Telegraph, la empresa más grande de los Estados Unidos; y en la Western Union Telegraph.

Transportes: American Airlines, Southern Pacific Railroad y States Marine Corp., agregándose participaciones en la Grace & Co. y en el Great Northern Railways.

Industria: Standard Oil (New Jersey), la empresa petrolera más grande del mundo, la Standard Oil of California, la Standard Oil of Indiana, la Allied Chemical, la Continental Can y la National Leal Co., además de participaciones considerables en cuando menos otras 10 grandes empresas industriales entre las que destacan la General Motors, la Westinghouse la International Business Machines, la Caterpillar Tractor, la American Smelting and Refining Co., la Goodyear Tire y la Goodrich.

Como puede verse, el Grupo Rockefeller-Chase Manhattan Bank tiene una gran importancia en casi todas las actividades económicas importantes de los Estados Unidos. En el ramo petrolero su dominio es indiscutible y en las finanzas su importancia es de gran cuantía.

La América Latina, en las redes del Grupo Rockefeller-Chase

La mayoría de las grandes empresas que forman el Grupo Rockefeller-Chase tienen fuertes intereses en la América Latina. Se destaca la poderosa Standard Oil de New Jersey que tiene filiales en casi todos los países latinoamericanos y que domina dos terceras partes de la fabulosa riqueza petrolera de Venezuela. Al lado de ella se encuentra el Chase que tiene innumerables intereses en nuestra América Latina.

Las otras empresas industriales controladas por este Grupo Financiero tienen también numerosas filiales en nuestros países: la Allied Chemical, en la industria química; la Standard de California y la de Indiana, en petróleo y petroquímica; la Continental Can, en la industria productora de envases de metal; la National Lead, en la producción minera. A todo esto se agregan los intereses de las numerosas empresas: en donde el Grupo tiene participación, que como vimos abarcan grandes empresas de la industria automotriz, de llantas de equipo electrónico, minera, de papel etc.

Por ese camino no, Sr. Nixon.

Resulta evidente que el señor Nixon ha escogido un mal conducto para estrechar los lazos con los latinoamericanos. Por más que en lo personal el señor Rockefeller pueda ser todo un caballero, es muy dudoso que en su misión no jueguen un papel considerable sus intereses particulares, que son inmensos. ¿Cómo podrá ser imparcial el señor Rockefeller al juzgar los asuntos de las relaciones de los Estados Unidos con Venezuela, por ejemplo, en donde la Standard, Oil de New Jersey tiene prácticamente en sus manos la economía del país? Y ¿Cómo podrá conducirse con imparcialidad en el asunto del problema del gobierno del Perú con la International Petroleum Co., filial de: la Standard Oil of New Jersey?

La selección del señor Rockefeller para esa importante y delicada misión ¿será una simple equivocación del presidente Nixon? O será más bien una demostración de que la política de los Estados Unidos seguirá siendo dictada por los intereses de los grandes monopolios norteamericanos? Ante la fuerza de los hechos tendremos que concluir que desgraciadamente el señor Nixon prisionero de los grandes monopolios, no está tratando realmente de fortalecer los lazos de amistad con los países latinoamericanos, sino más bien busca las formas más apropiadas para mantener, y si posible aumentar el dominio que los grandes negocios tienen sobre nuestro continente. Esta parece ser la cruda realidad.♦

Ceceña, José Luis [1969], "Nelson Rockefeller, visitante imperial y en gira por sus dominios", México, Revista Siempre!, 828: 22-23, 7 de mayo.