Adolfo López Mateos
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Al Lic. Adolfo López Mateos le tocó gobernar en una de las etapas más difíciles de la historia de México y de la América Latina. A escasas semanas de su llegada a la Presidencia de la República sé produjo el triunfo de la Revolución Cubana que conmovió al Continente y que habría de plantear muy serios y complicados problemas por la decisión de los Estados Unidos de impedir que esa pequeña gran república saliera de su órbita imperial y construyera su propio destino. Se requirió la talla de un gran estadista como el presidente López Mateos para que México estuviera a la altura de su responsabilidad histórica como defensor intransigente del principio de no intervención y de autodeterminación de los pueblos.
La política independiente del gobierno del Lic. López Mateos no se limitó a la defensa del derecho del pueblo cubano de darse la forma de gobierno que mejor conviniera a sus intereses, sino que tuvo una serie de otras manifestaciones concretas que contribuyeron a fortalecer la soberanía nacional y a ampliar las bases de un desarrollo económico independiente. Por su importancia cabe señalar las siguientes:
Comercio y amistad con todos los pueblos. Rompiendo con las ataduras políticas que los Estados Unidos nos han impuesto de tiempo atrás, el Lic. López Mateos hizo grandes esfuerzos por fortalecer los lazos de amistad y de comercio con todos los países del mundo. Con tal propósito se organizaron misiones de amistad y comercio para estrechar lazos con los países de la América Latina (con la participación personal del propio Presidente), con los países de Oriente (incluyendo China Popular) y con los europeos tanto los llamados occidentales, como los de economía socialista.
Afirmando su política independiente el gobierno del Lic. López Mateos intensificó el comercio con ese país, lográndose exportaciones de algodón de 400 millones de pesos, en los años de 1963 y 1964. De la misma manera, se dieron facilidades para que se llevara a efecto una feria China en la Ciudad de México, feria que fue visitada por el propio presidente
Nacionalización de riqueza. Un paso de excepcional importancia para el desarrollo independiente del país constituyó la compra, por parte del gobierno, de los bienes de las compañías eléctricas extranjeras. Con esta adquisición se completó el control estatal de las dos principales fuentes energéticas, el petróleo y la electricidad y con ella el gobierno aseguraba importantes puestos de mando para la dirección de la economía.
Otro acto de política nacionalista de este Gobierno fue la decisión de mexicanizar la minería, que se encontraba controlada casi totalmente por empresas norteamericanas. Como resultado de esa política dos de las más grandes empresas mineras, la American Smelting y la American Metal Clímax, traspasaron a empresarios mexicanos (según se ha informado al público) el 51% de las acciones de sus filiales en México. Debemos señalar, sin embargo, que en la práctica los inversionistas extranjeros siguen teniendo el control de estas empresas porque a su 49% de acciones, añaden su gran fuerza financiera, su conocimiento y .dominio de los mercados y el control de puestos clave en el manejo de dichas empresas. El punto débil de esta mexicanización fue que el gobierno no participó como accionista, lo que habría, sido una garantía de reintegración al patrimonio nacional de la riqueza minera. De todas maneras, el paso tiene relevancia y deberá consolidarse en el futuro.
El gobierno del licenciado López Mateos tuvo otros importantes aciertos en la defensa del patrimonio nacional. Por una parte, incorporó al dominio de la nación la "plataforma continental y los zócalos submarinos", y rescató El Chamizal, y por la otra planteó con energía ante el gobierno de los Estados Unidos el caso de la salinidad del Valle de Mexicali ocasionada por la irresponsabilidad de los agricultores norteamericanos. En todos estos actos se puso de manifiesto la posición patriótica del presidente López Mateos, que merece el reconocimiento de todos los mexicanos.
Grandes obras y realizaciones. La Administración Lopezmateísta fue muy fecunda en realizaciones en el aspecto material. Durante el sexenio se emprendieron grandes obras y se dio cima a otras que se encontraban en proceso, obras que incrementaron substancialmente la capacidad productiva del país y contribuyeron a mejorar las condiciones de vida de importantes sectores de la población. Entre dichas obras se destacan las siguientes: la gran presa de Raudales de Malpaso, en el Grijalva, la Miguel Hidalgo en el Río Fuerte, y la Humaya en el río de mismo nombre; el Ferrocarril Chihuahua-Pacífico, obra magistral de los ingenieros mexicanos; los centros habitacionales de Nonoalco Tlatelolco, la Unidad Independencia, San Juan de Aragón y Viveros de la Loma; la Unidad Profesional de Zacatenco, del Instituto Politécnico Nacional, el Museo de Antropología; y avances importantes en la instalación de las unidades eléctricas de El Infiernillo. A estas obras habría que agregar la construcción de grandes plantas petroquímicas, la construcción de carreteras, de escuelas, hospitales y otras de diverso tipo.
El Capitalismo de Estado se amplía. La intervención del gobierno en la actividad económica registró un importante incremento durante el sexenio del presidente López Mateos, tanto en la forma de disposiciones legales y administrativas, como en las de tipo directo a través de grandes inversiones y de nuevas empresas y organismos estatales. Por su importancia, debemos señalar las siguientes:
Las inversiones del Gobierno Federal se elevaron a 67,354 millones de pesos durante el sexenio, o sea casi tres veces las del gobierno anterior, que montaron a 28,056 millones. Con esas grandes inversiones el gobierno aumentó sustancialmente su participación en la inversión nacional total, ya que del 36% que representaba en 1958, elevó su importancia relativa al 49% del total en 1964, es decir, a casi la mitad de la inversión nacional.
Se crearon la Secretaría de la Presidencia, la Secretaría de Patrimonio Nacional, la Comisión Nacional Consultiva de Pesca, el Consejo Nacional del Turismo, la Comisión del Río Balsas y el Instituto Nacional de Protección a la Infancia. Nuevas empresas estatales vinieron a aumentar la importancia del estado-empresario: Cía. de Luz y Fuerza del Centro, Industrial Eléctrica Mexicana, Aseguradora Nacional Agrícola y Ganadera, y varios Bancos Agrarios Regionales.
La magnitud y complejidad del sector estatal, por otra parte, hizo necesaria la creación de un organismo especial para encargarse del control y vigilancia de las empresas y organismos gubernamentales, estableciéndose para ese objeto la Junta de Gobierno de los Organismos y Empresas del Estado, dentro de la Secretaría del Patrimonio.
A manera de balance. El enjuiciamiento de la gestión del Lic. López Mateos constituye una tarea complicada y nada fácil. Por una parte, los hechos positivos fueron numerosos y de gran trascendencia para el país, pero por la otra tuvieron lugar también algunos otros de carácter negativo que debilitaron a las fuerzas revolucionarias, especialmente al sector obrero, y que determinaron un notorio distanciamiento entre el gobierno y el pueblo.
Por el lado positivo debemos agregar a los ya señalados en líneas anteriores, los siguientes: el reparto agrario se intensificó, distribuyéndose más de 16 millones de hectáreas, o sea cinco veces la cifra correspondiente al régimen anterior; se puso en vigor el registro de utilidades contemplado por la Constitución; se multiplicaron los desayunos escolares hasta alcanzar la cifra de 3 millones diarios en 1964, frente a solamente 80 mil en 1959; se hizo un enorme esfuerzo por dotar de libros de texto gratuitos a los alumnos de enseñanza primaria; se puso atención especial en el desarrollo de las zonas fronterizas, especialmente las limítrofes con los Estados Unidos; y se dio mayor seguridad a la explotación agropecuaria mediante la ampliación de los créditos oficiales y las operaciones de seguro agrícola y ganadero.
En el reverso de la medalla se debe señalar la represión violenta de la huelga ferroviaria, con lo que se asestó un duro golpe al movimiento obrero y se creó un medio propicio para que se desenvolvieran tendencias reaccionarias y macarthistas. Igualmente negativa fue la política de endeudamiento exterior, que durante el sexenio significó el uso de 2,400 millones de dólares, o sea alrededor de cuatro veces la cifra correspondiente al régimen anterior. Las inversiones extranjeras directas también aumentaron considerablemente, a pesar de las desinversiones que tuvieron lugar por el rescate de las empresas eléctricas y mineras; el aumento durante el sexenio fue de 513 millones de dólares. Por otra parte, el comercio exterior aumentó considerablemente su saldo deficitario.♦