Las empresas extranjeras esquilman al país hasta el hueso con precios exagerados, altas utilidades, asistencia técnica atada, publicidad de saturación, sueldos fabulosos y gastos de representación con ocultamiento de utilidades

¿No es hora ya de que los mexicanos hagamos algo para evitar que seamos tratados como país de  conquista? Hacienda se anota un hit!

Es alentador que el Gobierno se preocupe `al fin´ por enjuiciar la actuación de las empresas extranjeras en nuestro país, y por adoptar algunas medidas para proteger los intereses nacionales que en una u otra forma están siendo lesionados por esas corporaciones. La magnitud que han alcanzado las empresas internacionales en la industria, el comercio y los servicios técnicos y profesionales en general, y la circunstancia de que en su gran mayoría los negocios extranjeros son filiales de gigantescos monopolios con ramificaciones en todo el mundo occidental cuya motivación esencial es elevar las utilidades al máximo, impone la necesidad de que nuestro Gobierno vigile y controle estrechamente sus operaciones para proteger los intereses de los trabajadores, de los consumidores, de los empresarios nacionales y del fisco.

Una manifestación concreta del interés especial que nuestro Gobierno está teniendo en este trascendental problema, es el estudio que la Secretaria de Hacienda y Crédito Público acaba de realizar sobre los fuertes envíos de divisas que están haciendo las empresas extranjeras a sus matrices, por concepto de utilidades, intereses, asistencia técnica y por diversidad de otro motivos. Los datos esenciales de dicho estudio y las conclusiones que se derivaron de él fueron publicados en la revista “Investigación Fiscal”, órgano de la propia Secretaria de Hacienda, en su número correspondiente a octubre del presente año, y también fueron divulgados por el diario Excélsior en días pasados. Por su gran importancia merecen ser destacados algunos de ellos porque son reveladores de la serie de manipulaciones que realizan las negociaciones internacionales para extraer del país los máximos beneficios que les es posible.

Un botón de muestra.

En el año de 1968 salieron del país por concepto de utilidades, intereses, regalías y otros renglones 3,194 millones de pesos, o sea un equivalente de 255.5 millones de dólares. De esa cantidad correspondió a pagos por asistencia técnica la suma de 840 millones de pesos. El estudio publicado no precisa el monto de los otros conceptos para ese mismo año, aunque proporciona los correspondientes a los envíos realizados por una muestra de 1,900 empresas durante el año de 1966, que fueron los siguientes:

Intereses pagados a bancos del extranjero

$ 1,070 millones

Intereses pagados a otras empresas y personas físicas del exterior

$468 millones

Total

$1,538 millones

Dividendos pagados a empresas y personas físicas del exterior

$522 millones

Regalías

$362 millones

Además de proporcionarnos estas cifras sobre la sangría de divisas motivadas por las remesas de las empresas extranjeras que operan en México y por pagos a favor de otras empresas del exterior el estudio de referencia revela algunos “descubrimientos” que hicieron los investigadores sobre las manipulaciones que realizan para ocultar utilidades y birlárselas a los trabajadores y para evadir impuestos. Veamos algunos de ellos:

 “Muchos causantes englobaron indebidamente” dentro de los pagos por asistencia técnica, los correspondientes a regalías (pagos por uso de patentes y marcas) con el propósito manifiesto de evadir impuestos, ya que los de asistencia técnica tienen una tarifa menor, hasta el 20%, en tanto que los correspondientes a regalías están sujetos a tarifas que se elevan hasta el 42%. Se cita como caso sobresaliente de estas manipulaciones a los laboratorios farmacéuticos.

Se encontraron evidencias de que en algunos ramos se hicieron pagos por asistencia técnica a pesar de que es muy dudoso de que se necesite esa asistencia técnica o aún que dicho apoyo técnico se haya otorgado. Como casos sobresalientes podemos citar el de las embotelladoras de refrescos  que pagaron más de 17 millones de pesos por ese concepto en 1968, y el de los Almacenes (grandes cadenas de tiendas) que cubrieron por la misma razón una suma de 35.5 millones de pesos. Dentro de este mismo renglón encontramos que los laboratorios farmacéuticos pagaron asistencia técnica por valor de 99 millones de pesos en 1968. Y hasta el negocio del alquiler de automóviles hizo remesas por asistencia técnica por valor de 3.4 millones de pesos.

Un “descubrimiento” más consistió en el hecho de que una parte importante de los pagos por asistencia técnica remitió a empresas con sede en países como Panamá, Haití, Curazao y otros de tipo semejante, que se encuentra en un nivel técnico inferior al de nuestro país. A Panamá por ejemplo se pagaron 59.5 millones de pesos, y a Curazao otros 4.6 millones.

No un botón, sino todo un ramo bien surtido.

Los hechos que nos ha revelado la investigación de la Secretaria de Hacienda no debe sorprendernos, porque corresponden ni más ni menos que a la conducta característica de los grandes monopolios multinacionales cuyo propósito esencial es el de extraer beneficios máximos de sus inversiones en todo el mundo. Si en sus propios países recurren a toda clase de manipulaciones, como lo comprueban los frecuentes y a veces sonados casos que se ventilan en los tribunales norteamericanos y de otros países con mayor razón lo hacen en países como el nuestro. Veamos algunos aspectos de la manera de operar de las grandes empresas extranjeras en México, que demuestran hasta la evidencia su tendencia a esquilmar hasta el hueso a los consumidores, y a los obreros, su propósito deliberado de evadir impuestos y su afán de dominar la economía toda de nuestro país.

Aprovechándose de las facilidades otorgadas por nuestro Gobierno las empresas extranjeras fijan precios demasiado elevados a sus productos “elaborados” en nuestro país. Los automóviles cuestan más de un 40% que en los Estados Unidos y Europa; los aparatos de radio y televisión se venden a precios de un 75 a un 100% superiores; los aparatos de hogar (refrigeradores, estufas, lavadoras, etc.); los productos medicinales alcanzan precios estratosféricos; las llantas, lubricantes, refacciones para automóviles y camiones, por el estilo; los tractores y otra maquinaria agrícola tienen precios del doble a los internacionales; y así podríamos alargar la lista hasta el infinito.

Los elevados precios les permiten a las empresas extranjeras obtener utilidades exageradamente altas, ya que dominan el mercado nacional, utilidades que ocultan en una proporción importante gracias a una serie de manipulaciones contables y de otro tipo, para evadir impuestos en la medida que les es posible. Entre dichas manipulaciones vale referirse a las siguientes:

Por medio de empresas intermediarias para sus operaciones internacionales, sobrecargan en no menos de un 10% los costos de los suministros a sus filiales. A través de sus operaciones llamadas “Cuentas entre compañías”, elevan los precios de facturación de sus suministros de partes y materiales a sus filiales, y por otra parte reducen los precios de los productos que las filiales les proporcionan, ya que ellas mismas se compran y se venden. El control que tiene sobre sus filiales (aún en el caso de empresas mixtas) les permite hacer contratos favorables a la matriz, sobre el pago de regalías y asistencia técnica, servicios que en muchos casos no se otorgan en la realidad, o que en cualquier caso tienen el carácter de servicios atados, con una serie de condiciones limitativas para las filiales. El otorgamiento de “generosas prestaciones” y sueldos exagerados a los altos funcionarios de las filiales, las matrices además de asegurar la eficiencia y el celo en el desempeño de las tareas a ellos encomendadas, implican una evasión fiscal porque reducen artificialmente las utilidades. Finalmente, a través de enormes gastos de publicidad no solamente se adueñan de los mercados y desplazan a los empresarios nacionales, sino que reducen artificialmente las utilidades declaradas, lo que significa también evasión fiscal.

Como puede apreciarse la conducta de las empresas extranjeras se rige por el afán de extraer el máximo beneficio posible de sus inversiones. Esa motivación las lleva a utilizar toda clase  de expedientes, algunos francamente fraudulentos, para lograr su propósito. Esperar que se condujeran de otra manera, por propia voluntad, o por ética en los negocios, sería ilusorio, como lo demuestra el estudio de la Secretaria de Hacienda.

En nuestras manos está proteger nuestro patrimonio.

Se hace evidente que debemos tomar las medidas necesarias para proteger la economía nacional contra los abusos y perjuicios que se derivan de la irresponsable, aunque lógica, conducta de las empresas extranjeras. ¿Por qué se acepta, por ejemplo, que una empresa norteamericana gaste 107 millones de pesos en publicidad en un solo año y controle el tiempo de la televisión desplazando a los empresarios nacionales? ¿Por qué se acepta que las embotelladoras de refrescos paguen asistencia técnica que no necesitan? ¿Por qué se tolera que las matrices carguen el uso de patentes y asistencia técnica a sus propias filiales, y les carguen precios a su antojo? ¿Por qué se aceptan los ocultamientos de utilidades en perjuicio de los trabajadores y el fisco?.

El estudio de la Secretaria de Hacienda y las medidas que se propone tomar, según se anunció por el propio secretario licenciado Antonio Ortiz Mena nos alientan a esperar que `al fin´ nos orientaremos por el camino correcto, el que demandan  los intereses del país. Habrá que realizar muchos más estudios para precisar al detalle cada una de las operaciones de los gigantes extranjeros en México, estudios que deben servir no sólo para conocer la realidad y luego archivarlos, sino para informar a la opinión pública y para adoptar las medidas pertinentes.♦

Ceceña, José Luis [1969], " Las empresas Extranjeras esquilman al país hasta el hueso con precios exagerados, altas utilidades, asistencia técnica atada, publicidad de saturación, sueldos fabulosos y gastos de representación con ocultamiento de utilidades", México, Revista Siempre!, 859: 22-23, 10 de diciembre.