Debemos observar detenidamente lo que ocurre allá, para tomar las medidas que nos protejan contra sus seguras agresiones en virtud de que giramos fuertemente bajo la órbita de su economía.
La enorme importancia que tienen los Estados Unidos en la economía mundial en general, y muy especialmente en la de nuestro país, nos impone la necesidad y conveniencia de estar atentos a la marcha de los negocios en ese país, y a las medidas de política económica que adopte para lograr sus metas. En los actuales momentos existen algunos signos intranquilizadores y no pocos hechos que merecen nuestra atención por las repercusiones que pueden tener en el futuro más o menos inmediato de nuestra economía. Entre los que más se destacan tenemos el del debilitamiento de dinamismo de la economía en su conjunto, el creciente desequilibrio de la balanza de pagos y finalmente, el del nuevo presupuesto del Gobierno Norteamericano. Veamos algunos de los aspectos de mayor interés de cada uno de ellos.
Los temores de que la actividad económica disminuyera su ritmo en 1969 se han ido confirmando por los indicadores más importantes de los últimos meses, que muestran un descenso generalizado y aún casos de franco retroceso. La demanda de los consumidores ha ido decayendo y el ingreso personal del público muestra una tendencia también descendente, lo que de continuar puede afectar seriamente la actividad económica en general. El aumento del ingreso personal se mantuvo en 1968 a un nivel promedio de 5 mil millones de dólares, y en los primeros meses de 1969, pero en septiembre pasado sólo aumentó 3,200 millones, para caer todavía más en octubre en que el aumento registrado fue de 2,400 millones de dólares, es decir, menos de la mitad del aumento mensual del año pasado. Las ventas al menudeo, por su parte han sufrido un descenso considerable, llegando al nivel más bajo de los últimos dos años.
La producción industrial ha estado descendiendo en los últimos meses de manera sostenida, afectando renglones tan importantes como la producción de automóviles que alcanzó un índice de 165% en octubre y noviembre de este año, frente a 190% en 1968 (la base del índice es la producción de 1957-59 = 100) otras industrias como la textil, ha disminuido también su actividad.
El importante renglón de la construcción de habitaciones se ha visto seriamente afectada, ya que en el solo mes de octubre tuvo un descenso del 12.5% respecto al mes anterior.
Frente a estos hechos, y aunque parecería paradójico, los precios en general han seguido aumentando a un ritmo que preocupa a las autoridades y sobre todo al pueblo en general. Durante este año la tasa de aumento de los precios ha sido del 5%, es decir, más del doble del que reportan los índices oficiales para México.
El crédito se encuentra sujeto a muchas restricciones y las tasas de interés se han elevado a niveles récord, desproporcionados para un país como Estados Unidos de gran abundancia de capitales. Son muy frecuentes los casos de aplicación de tasas de 12% y aun superiores, amén de la exigencia impuesta por los bancos de que los clientes mantengan “saldos compensadores”, es decir, saldos inactivos, que no puede usar el cliente, lo que eleva la tasa real que éste paga al banco.
El desempleo ha crecido no sólo en términos absolutos, sino también en proporción a la fuerza de trabajo, considerándose que para 1970 la desocupación no será inferior al 5% de los trabajadores disponibles, lo que significaría unos 4 millones de personas sin trabajo.
De acuerdo con estos datos se puede considerar que los Estados Unidos se encuentran en una posición comprometida, porque puede agravarse si es que no se toman las medidas adecuadas para corregirla. Y no sólo ellos sufrirán las consecuencias sino todo el mundo por la enorme importancia que tienen en la economía mundial.
Las dificultades económicas de los Estados Unidos se están reflejando en el fuerte desequilibrio que sigue registrando su Balanza de Pagos. El déficit que en los últimos años han arrojado las cuentas con el exterior, con la excepción de un ligero superávit en 1968, se ha acentuado en el presente año. De acuerdo con la información proporcionada por la revista Bussiness Week (de Dic. 1°, 1969), en el primer trimestre se registró un déficit de más de 1,500 millones de dólares, en el segundo trimestre el déficit se elevó a cerca de 4,000 millones y en el tercero, fue de 2,500 millones de dólares. De no corregirse la tendencia en el cuarto trimestre, es probable que el déficit del año de 1969 exceda a los 8, mil millones de dólares.
El desajuste de la Balanza de Pagos y el descenso en el ritmo de crecimiento general, están produciendo un creciente malestar en los círculos de los negocios y los gubernamentales (además del muy natural en la masa popular), que se está manifestando en una serie de presiones para que se adopten medidas correctivas. Entre las más importantes cabe referirse a las siguientes:
Aflojar los controles sobre el crédito y la inversión, y reducir las tasas de interés; aumentar o imponer restricciones a la importación de productos del exterior, principalmente a los de la industria química, siderúrgica, textil, automotriz, y para algunos productos agropecuarios; ampliar las facultades del presidente Nixon para “contra-atacar” cuando un país imponga restricciones al comercio internacional que se consideren desleales; y hacer esfuerzos por aumentar sustancialmente el comercio con los países socialistas.
Como puede verse, algunas de las medidas que se proponen afectarán de manera considerable a muchos países que ahora tienen fuertes lazos económicos con los Estados Unidos, especialmente los que como México se encuentran tan estrechamente ligados a ese país. Esto significa que las esperanzas de la liberalización del comercio con los Estados Unidos se esfuman, tanto en lo que hace a los productos tradicionales, como en lo que se refiere a la venta de productos manufacturados o semifacturados.
Debe destacarse entre las medidas que se proponen la de la liberalización del comercio de los Estados Unidos con los países socialistas porque nos revela que es absurdo que de manera artificial hasta ahora no se haya buscado aumentar al intercambio con países que forman casi la mitad del globo y que se encuentran en franco proceso de desarrollo, por lo que serían buenos clientes. Las grandes ferias que muchos de ellos han presentado en este año así lo demuestran: la de Leipzing en Alemania Democrática, la de Cantón en la República Popular China, la de Budapest, en Hungría y las de Polonia. Ojalá y nuestros países aprovechan esta coyuntura y hagan esfuerzos serios para aumentar el intercambio económico y tecnológico con estos países. La necesidad de aumentar el intercambio con los países socialistas se hace todavía mayor ahora que según podemos esperar, el mercado norteamericano no estará en condiciones de resolver nuestros problemas de exportación, ni de importación en términos favorables y de equidad.
El presupuesto de los Estados Unidos.
Las grandes proporciones que alcanza el gasto del Gobierno de los Estados Unidos otorga una especial relevancia a la próxima presentación ante el Congreso del Presupuesto que servirá de base a las actividades gubernamentales en el año fiscal de 1970-71. Los datos sobresalientes de dicho presupuesto, según las estimaciones que hace la revista U. S. News and World Report (Dic. 1°, 1969), sobre informaciones que han trascendido, son las siguientes:
El gasto total será de 201, mil millones de dólares, que excederá en más de 8 mil millones al del año en curso. Esta es la primera vez que el gasto público rebasa los 200 mil millones de dólares.
Los ingresos totales se estiman en 203 mil millones de dólares, frente a 198,800 millones en el presente año fiscal. Esto arroja un superávit financiero estimado en 2 mil millones de dólares, frente al superávit de 5, 900 millones en que se estima el del presupuesto en vigor.
El superávit indicado es más aparente que real, porque el Gobierno de los Estados Unidos recurre de manera que se ha hecho ya tradicional a fuertes deudas para hacer frente a una parte importante de sus gastos. Desgraciadamente no disponemos de los datos precisos sobre el año en curso, ni sobre las estimaciones para la siguiente, pero se puede tener una idea de este renglón por el monto del pago de intereses sobre dicha deuda, que en el año fiscal 1969-70 se estima en 18 mil millones de dólares, y para 1970-71 en 19 milmillones de dólares.
En las estimaciones de gasto llama la atención que no se reducen los destinados a defensa, a pesar de la anunciada retirada de los Estados Unidos de Vietnam, que como se sabe, ha significado gastos superiores a los 25, 000 millones de dólares. ¿Qué los Estados Unidos propondrán continuar indefinidamente en Vietnam?.
Otros renglones que se destacan en el nuevo Presupuesto son los de seguridad social, servicios médicos, beneficios a los veteranos de guerra y algunos de los llamados de “bienestar”.
Tales son, según vemos, los hechos de mayor relieve que muestra nuestro poderoso vecino del norte. Ante ellos, debemos tomar las medidas que nos protejan de las repercusiones negativas y aprovechar las coyunturas favorables que otros nos proporcionan. Ignorarlos no sería prudente, aunque tampoco podríamos hacerlo, porque de una u otra forma recibiremos su impacto. Pero en nuestras manos está atenuar los malos y aprovechar los que puedan favorecernos.♦