¿Cómo llegaron a la cima esos super ricos de E.U.? ¿por el trabajo? ¿por el ahorro? o fue por el crimen? ¿Cómo logran que estén en continuo aumento sus fortunas? ¿Cuál es el milagro? ¿Siguen su huella los ricos McPatos que tenemos en México?
La principal meta social en un país dominado por la empresa privada cuyo móvil esencial es el lucro, es acumular riquezas y tener poder para seguir enriqueciéndose en el grado máximo posible, en un proceso que parece ser interminable. “Hacerse millonario, multimillonario, mil-millonario” deviene el objetivo central de la conducta humana en un proceso de enajenación total en que los demás valores individuales y sociales quedan supeditados al afán de “hacer dinero”, no como un medio de disfrutar de un creciente nivel de vida, sino como un fin en sí mismo, de acumular, acumular y acumular.
El ejemplo sobresaliente de una sociedad de este tipo nos lo da los Estados Unidos, el país capitalista más rico y desarrollado del mundo. Ya a principios del presente siglo los nuevos millonarios norteamericanos comenzaron a ocupar las primeras planas de la prensa mundial, por sus grandes riquezas, por la magnitud y de las empresas que emprendían y por las excentricidades de su conducta personal. Una nota que llamaba más la atención y que era comentada con profusión, era el hecho de que la mayoría de los nuevos millonarios se habían levantado de la nada y habían logrado colocarse entre los hombres más ricos y poderosos del mundo. Los Morgan, los Vanderbilt, los Rockefeller, los Astor, los Du Pont, se colocaron en primera fila entre los potentados del mundo.
El fabuloso desarrollo económico de los Estados Unidos en las décadas posteriores del presente siglo propició el aumento de las fortunas acumuladas por lo que podría llamarse “la primera gran generación de multimillonarios norteamericanos” y dio base también al surgimiento de nuevas figuras que vinieron a sumarse a las esferas de la plutocracia norteamericana que fue aumentando su riqueza y su poder en el conjunto de la economía y la vida política y social de ese país.
La opinión pública norteamericana siempre manifestó un gran interés por conocer todo lo relacionado con los negocios y la vida de los grandes magnates. Para unos, los multimillonarios venían a ser algo así como los pro-hombres de la sociedad, porque habían logrado alcanzar los más altos niveles económicos y sociales constituyéndose en esa forma en el ejemplo a seguir. Para otros, la vida de disipación de muchos de los potentados, sus excentricidades, y los escándalos sociales en que se veían envueltos, desprestigiaban a la sociedad norteamericana ante los ojos del mundo, además de significar derroches de recursos del todo injustificados. Y para otros más, las grandes fortunas acumuladas por un pequeño grupo de multimillonarios eran producto en muy buena medida de procedimientos fraudulentos, de competencia desleal y hasta de actos criminales que debían ser denunciados y castigados, como medida profiláctica, considerando además, que esas fortunas eran signo de que la plutocracia había alcanzado un poder económico y político que constituía una amenaza contra la democracia norteamericana.
Como manifestaciones de estas distintas actitudes de la opinión pública se han realizado innumerables estudios sobre la concentración de la riqueza, sobre la formación de las grandes fortunas, y sobre las consecuencias que esos fenómenos tienen en la distribución de los ingresos, y en la relación de fuerzas económicas y políticas en el país. Estas manifestaciones se intensificaron sobre todo a raíz de la gran depresión de 1929-1932, multiplicándose los estudios de profesionistas y escritores sobre el particular, y llevándose a cabo acciones gubernamentales tendientes a determinar el grado de concentración de la riqueza, los procedimientos seguidos por los magnates para incrementar su poder y encontrar los medios más adecuados para evitarlos.
En la época de la posguerra la opinión pública norteamericana ha seguido interesada en estos problemas, aunque la euforia económica que se prolongó por varios lustros, atenuó un tanto el interés sobre los mismos. En los últimos años, sin embargo, como resultado de las serias dificultades que está registrando la economía norteamericana, está dando base de nuevo a la aparición de estudios documentados y serios sobre el problema de la concentración de la riqueza, de la formación de grandes fortunas y sobre las consecuencias que ello está teniendo en la marcha insegura y zigzagueante de la economía de los Estados Unidos.
Uno de los estudios mas meritorios y extensos que acaban de aparecer sobre estos importantes problemas es el de Ferdinand Lundberg, bajo el sugestivo título de “The Rich and the Super Rich” (Los ricos y los super ricos). El señor Lundberg es un connotado profesor, economista y periodista, que ha venido trabajando en estos temas desde hace décadas, siendo autor de una serie de libros de gran éxito publicitario, tales como “Imperial Hearst” que fue llevado a la pantalla con el nombre de “El Ciudadano Kane”, y “America's Sixty Families” (Las 60 familias de América), que tuvo una gran influencia en la administración del Presidente Roosevelt.
En su libro "Los ricos y los super ricos" el señor Lundberg además de analizar cuidadosamente otros estudios recientes sobre el tema, hace aportaciones muy valiosas para el conocimiento de la formación de las más grandes fortunas en los Estados Unidos, sobre los procedimientos que han llevado a la consolidación de las fortunas tradicionales, así como al surgimiento de algunas nuevas grandes fortunas. Por razones de espacio no obstante la gran riqueza de materiales y de observaciones que el autor hace sobre los aspectos más relevantes del tema, sólo destacaremos algunos que consideramos del mayor interés.
80,000 millonarios norteamericanos
En el año de 1962 existían en los Estados Unidos algo más de 80,000 millonarios, según los datos del Sistema de la Reserva Federal de los Estados Unidos. Esto significaba que menos del 0.5% de la población adulta poseía riquezas de un millón de dólares o más. El 10% de la población de mayores ingresos recibía del 27 al 31% del ingreso nacional.
Millones de pobres y de parias
En el otro extremo de la escala de riqueza y de ingresos, el autor señala, con base en datos de otros investigadores, como el doctor Gabriel Kolko, de Harvard, que el 10% de la población de menores ingresos recibía solamente el 1% del ingreso nacional. El 44% de las familias vivía en condiciones inferiores a lo que el gobierno consideraba el nivel de mantenimiento, y que el 27.5% vivía por abajo del nivel de emergencia.
Las mayores fortunas
En la escala superior de las grandes fortunas personales se sitúan los siguientes personajes:
Paul Getty, con una fortuna estimada entre los 700 y 100 millones de dólares. Las propiedades del señor Getty consisten principalmente de riquezas petroleras, cadenas de hoteles y otras. El señor Getty es propietario del suntuoso hotel Pierre Marqués de Acapulco.
H. L. Hunt, con una fortuna calculada entre los 400 y los 700 millones de dólares. La fortuna del señor Hunt es relativamente reciente y se ha nutrido principalmente con propiedades petroleras del estado de Texas, aunque también posee cadenas de radiodifusoras y otros negocios.
John D. Rockefeller (sus herederos), con una fortuna personal estimada entre 400 y 700 millones de dólares. Esta es una de las viejas fortunas, derivada principalmente del petróleo, de negocios bancarios e industriales.
Paul Mellon, banquero, petrolero e industrial, con una riqueza personal de 400 a 700 millones de dólares.
Señora Mellon Bruce, rentista, con una fortuna personal de estimada entre los 400 y los 700 millones de dólares.
Daniel K. Ludwing, magnate del transporte que posee una gran empresa exportadora de sal en México, cuya fortuna se estima en unos 200 a 400 millones de dólares. Esta es un una fortuna reciente.
Estos ejemplos de grandes fortunas no proporcionan sin embargo sino una visión superficial de la concentración de la riqueza en los Estados Unidos. En la realidad, la riqueza se encuentra muchísimo más concentrada en grupos financieros, que tienen como núcleos grupos familiares poderosos, que dominan la industria, las finanzas y los servicios en general, tales como los grupos Rockefeller, los Mellon, los Du Pont, los Morgan, los Ford, etc.
Multimillonarios, al lado de millones de pobres
Por las informaciones que hemos presentado, y que se encuentra pueden ser ampliadas enormemente en los estudios mencionados, puede verse con claridad que la formación de millonarios no puede considerarse como un ideal, si como sucede necesariamente en las condiciones presentes, ello significa pobreza para millones de personas, como es la realidad que viven nuestros vecinos del Norte.♦