Más de cien mil millones de pesos los respaldan en la banca, sociedades financieras y compañías industriales y comerciales, el dominio del dinero se concentra en forma alarmante en 20 banqueros. Ellos controlan los 2 bancos más importantes, el de Comercio y el Nacional de México, que manejan el 70% de los recursos de la banca privada; el 45% de los recursos de las Sociedades Financieras; el 45% de los recursos de las Sociedades Financieras; el 20% de los activos de las Compañías de Seguros; y además, varios Bancos Hipotecarios, grandes industrias, establecimientos comerciales, hoteles, presas mineras, etc. El poder económico de este pequeño grupo de potentados es una amenaza al desarrollo económico con Justicia Social; el desarrollo que propugnan es de tipo Porfirista. La Revolución Mexicana no avanzará si el Poder Económico continúa siendo de tentado por esos pequeños grupos Oligárquicos. |
En un ambiente de general optimismo se está llevando a cabo en la bella ciudad de Guadalajara, la Convención Bancaria a la que concurre lo más granado de los hombres de negocios del país y representantes de algunas de las más importantes instituciones privadas y públicas del extranjero, especialmente de los Estados Unidos.
Como ya es costumbre, el acto fue inaugurado por el señor secretario de Hacienda con un discurso en el que hizo el balance del desarrollo económico alcanzado, puntualizando las líneas generales de la política gubernamental que lo ha hecho posible y llamando la atención sobre algunos de los problemas que habrá que encarar en el futuro inmediato. El señor secretario de Hacienda aprovechó la oportunidad para expresar su reconocimiento por la colaboración recibida de parte de los banqueros, manifestándoles que “deben sentirse satisfechos (porque) han servido con la atención puesta en los intereses de México”.
En ningún otro momento del periodo posrevolucionario la coincidencia ha sido tan completa entre el ideario de los altos funcionarios que manejan las finanzas del país y el de los más importantes hombres de negocios que controlan la banca y otras actividades económicas importantes de la nación.
Existe identidad en la concepción de la política económica de desarrollo; en la confianza de que la “economía mixta” es el camino más conveniente para alcanzar los objetivos nacionales de desarrollo acelerado con justicia social; en la división de funciones entre el Sector Público y el Privado, en la que aquél debe concentrarse en las actividades de infraestructura y a la atención de servicios sociales generales reservando al Sector Privado las demás ramas económicas; y también hay coincidencia en la apreciación de los resultados alcanzados, hasta ahora, que banqueros y funcionarios públicos consideran completamente satisfactorios. Y hasta en el planteamiento de ciertas preocupaciones se han eliminado las discrepancias, como es el caso del señalamiento de que es necesario dar una mayor atención al sector agrario y de que debe buscarse una mejor distribución de los ingresos.
¿A qué se debe la identificación que se ha ido operado entre el gobierno y el grupo de los más importantes hombres de negocios del país? ¿Es acaso que los banqueros se han vuelto revolucionarios y han dejado de actuar de manera egoísta y en lugar de buscar el incremento de sus utilidades y su riqueza los mueve ahora el noble deseo de servir de mejor manera al país y compartir equitativamente con los sectores populares el fruto del esfuerzo común? ¿O es que el gobierno ha virado a la derecha bajo la presión de la fuerza económica del Sector Privado?.
Si nos atenemos a las reiteradas declaraciones de los más distinguidos representantes del Sector Privado tendríamos que aceptar que nuestros grandes hombres de negocios han cambiado su conducta tradicional bajo el impacto de la Revolución Mexicana y de las demandas populares por una vida mejor. Pero como las palabras, palabras son, no debemos confiar en ellas a no ser que estén apoyadas por hechos, por realidades. Debemos, en consecuencia, investigar qué es lo que nos dice la realidad sobre la conducta de los grandes hombres de negocios para poder emitir un juicio debidamente fundamentado sobre sus motivaciones y su papel en el desarrollo económico del país.
Los bancos de depósito
Los más importantes hombres de negocios del país tienen su principal centro de operaciones en los grandes bancos de depósito, desde donde proyectan su influencia a otras ramas de la actividad económica. La conducta que han observado tanto en los bancos de depósito como en los otros negocios en los que participan, ha sido de tipo francamente monopolista, según lo revelan los datos disponibles sobre el particular. Veamos la situación que priva en algunas actividades importantes, comenzando por los bancos de depósito.
La banca de depósito se encuentra fuertemente concentrada en un pequeño grupo de grandes banqueros. Los seis bancos más importantes manejan alrededor del 90% de los recursos totales de la banca privada, siendo ellos los siguientes: Banco de Comercio, Banco Nacional de México, Banco de Londres y México, Banco Comercial Mexicano, Banco Internacional y Banco Mexicano.
El grado de concentración es todavía mayor que la revelada por los datos anteriores, ya que los dos bancos mayores manejan el 70% de los recursos totales de la banca de depósito. Estos dos bancos son el Banco de Comercio y el Banco Nacional de México. El crecimiento de estas dos instituciones ha sido sencillamente espectacular. En 1941 el Banco Nacional de México, que era el más importante del país, manejaba solamente 296.4 millones de pesos; para 1968 los recursos disponibles se elevaron a 11,544.7 millones de pesos. Por su parte, el Banco del Comercio, segundo en importancia en 1941, manejaba 110 millones de pesos, cantidad que se elevó a 11,954.3 millones en 1968, con lo que se colocó en el primer lugar, al superar al Banco Nacional de México.
El fuerte crecimiento de los dos bancos mayores fue resultado del desarrollo económico nacional y de un proceso de expansión consistente en la absorción de otros bancos menores y de la multiplicación de sus sucursales en todo el país. El proceso expansionista de estas dos instituciones se dirigió también hacia otras actividades económicas, incluyendo sociedades financieras, compañías de seguros, industrias, compañías mineras, hoteles, establecimientos comerciales, etc.
Sociedades financieras
La sociedad financiera es el tipo de institución crediticia que ha registrado el desarrollo más intenso desde la Segunda Guerra Mundial. En 1940 manejaban apenas 68 millones de pesos, elevándose sus activos a 45,870 millones de pesos en 1968. Como en el caso de los Bancos de Depósito, el crecimiento de las Sociedades Financieras estuvo acompañado de un fuerte proceso de concentración dentro del ramo y del control de las mismas por parte de los Bancos de Depósito.
Las cinco Sociedades Financieras más importantes manejan recursos de 30,380 millones de pesos, que representan el 66% de los recursos totales de este tipo de empresas. Estas cinco sociedades son: Financiera Bancomer, con 9,994 millones de pesos activos, Financiera Banamex, con 8,286, Cía. General de Aceptaciones, con 5,232, Sociedad Mexicana de Crédito Industrial, con 4,667 y Financiera Comermex, con activos de 2,201 millones de pesos.
Las cinco sociedades financieras indicadas son filiales de los bancos de depósito mayores, con excepción de la Cía. General de Aceptaciones que, aunque no tiene el carácter de filial, mantiene ligas financieras muy estrechas con el Banco de Londres y México.
La concentración de las sociedades financieras y sus ligas de dependencia con los grandes bancos de depósito va más allá de lo que revelan estas cifras: la casi totalidad de ellas se encuentra vinculada a alguno (a veces a varios) de los grandes bancos. El Banco Nacional de México, por ejemplo, además de controlar a Financiera Banamex (antes Crédito Bursátil) controla cuando menos otras cinco, entre las que destaca la Financiadora de Ventas cuyos recursos se elevan a 1,463 millones de pesos. En conjunto, el Banco Nacional de México controla más del 21% de los recursos totales de las financieras.
Compañías de Seguros
En el ramo de seguros se presenta una situación semejante: alto grado de concentración y fuerte dependencia respecto a los grandes bancos de depósito. Las cinco compañías más importantes manejan casi el 50% de los recursos totales del ramo, encontrándose controladas por los cinco grandes bancos de depósito. Las cinco grandes de los seguros son: Monterrey, América Banamex, La Comercial, La Nacional y Seguros de México Bancomer (de la Latinoamericana no obtuvimos datos).
Industrias y otros ramos
Los seis bancos de depósito más importantes tienen bajo su control también una amplia gama de otros negocios de tipo industrial, minero, servicio, etc. El Banamex, por ejemplo, controla o tiene fuertes participaciones en empresas como Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, Celanese Mexicana, Fábricas Automex, Fertilizantes Fosfatados Mexicanos, Cervecería Modelo, Nacional Financiera, Industria Eléctrica de México, para citar sólo algunas de las más importantes.
Monopolistas… y nada más
Los datos que hemos presentado no dejan lugar a dudas respecto a la conducta monopolista de los grandes banqueros. No solamente tienen en sus manos una proporción muy elevada de los ahorros del público, sino que, y gracias al manejo de esos recursos para sus propios fines, han logrado dominar la mayor parte de las grandes empresas de otras ramas importantes.
¿Sería sensato y revolucionario dejar en manos de los grandes banqueros la suerte de nuestro desarrollo? Definitivamente que no. Hacerlo significaría que el poder económico se concentraría todavía más en ese pequeño grupo, que el ingreso y la riqueza se distribuiría de manera más y más desigual e injusta, y que el poder político pasaría a sus manos de manera total.
La conclusión obligada es que el camino de la Revolución Mexicana debe ser más bien el de modificar substancialmente el juego de fuerzas económicas y políticas del país para lo cual no queda más recurso que el de limitar el poder económico de la oligarquía, no obstante que sus voceros hablen de ayudar al campesino, de redistribuir el ingreso (el de otros, no el de ellos) y de que “vivir para hacer utilidades no tiene sentido”. Lo que no tendría sentido es seguir otorgándoles privilegios para que aumenten su poder en contra del pueblo. Entre las medidas a tratar están las siguientes:
Fortalecer la banca nacional con mayores recursos, ampliando su actividad a la rama de banca de depósitos.
Otorgar concesiones para nuevos bancos de depósitos, especialmente para pequeños y medianos empresarios y para obreros, campesinos y cooperativistas.
Ampliar las actividades del gobierno, especialmente en la industria, además de la banca en general.¨