Canadá se rebela contra los EE. UU. e invita a México a una alianza comercial

La opinión pública de nuestro país fue sacudida en días pasados por las declaraciones del Ministro de Industria del Canadá, señor Jean Luc-Pepin, en las que, además de revelar el alto grado de dependencia de su país respecto a los Estados Unidos y los perjuicios que de ello se derivan, hizo una vehemente invitación a México para la formación de una Alianza Comercial para la defensa común frente al dominio norteamericano.

Canadá, tercero en el mundo por su alto nivel de ingresos, 3,000 dólares por habitante, es, sin embargo, un país fuertemente dependiente:

  • El 70% de sus importaciones proceden de EE.UU.
  • El 64% de sus exportaciones van a los EE.UU.
  • 18,069 millones de dólares de inversiones norteamericanas directas dominan su industria, petróleo, minería y metalurgia y otras actividades; es el país que recibe más inversiones de EE.UU., superando a toda Europa, en donde EE.UU., tienen invertidos 17,882 millones de dólares.
  • Contribuye con 800 millones de dólares anuales de utilidades a favor de los Estados Unidos.

El dominio norteamericano le impone ataduras que están frenando el desarrollo del Canadá

  • De 1956 a 1966 la tasa de aumento de la economía del Canadá fue solamente del 4.2% y el Producto por Habitante aumentó solamente el 19% en esa década.

Los intereses vitales del Canadá la están obligando a romper las ataduras del dominio norteamericano.

  • Su ejemplo debe alentarnos para seguir una política de defensa comerciando con todo el mundo, intensificando nuestras relaciones financieras con otros países y tomando medidas de control contra el dominio norteamericano.

Las declaraciones del alto funcionario tienen una importancia incuestionable porque dan testimonio de que el dominio del capital norteamericano no solamente se ejerce sobre países atrasados como los de la América Latina, sino que constituye también un problema serio para naciones que han alcanzado un alto grado de industrialización, como es el caso del Canadá. No menos importante es el impacto que el ejemplo de ese gran país tendrá seguramente en la tendencia que se está generalizando en la América Latina, de resistencia a la dominación norteamericana.

Importancia económica de Canadá

Canadá es uno de los países más extensos del mundo y de los más ricos en recursos naturales: tiene una superficie de 9,976,200 kilómetros cuadrados, superior a la de Estados Unidos, con grandes riquezas minerales, petróleo, bosques, energía hidráulica y otros recursos.

La destacada posición de Canadá en la producción de algunos renglones puede apreciarse por los siguientes datos:

  • primer lugar en el mundo en la producción de níquel y asbestos;
  • segundo lugar mundial en la producción de zinc, minerales de uranio, aluminio y bismuto;
  • tercer lugar en la producción de oro, plata, cadmio, y titanio;
  • cuarto lugar en la producción de mineral de hierro, cobalto, magnesio, molibdeno y barita.
  • noveno lugar en la producción mundial de petróleo.
  • lugar destacado en la producción industrial, la que en 1966 alcanzó de 21,560 millones de dólares (en moneda de EE.UU.), que representaron el 39% de su producción total de ese año.
  • comercio exterior por valor de 20,610 millones de dólares, que lo colocó en el sexto lugar en el mundo, después de EE.UU., Inglaterra, Alemania Occidental, Francia y Japón.
  • tercer lugar en el mundo por el nivel de la producción por habitante, que fue de 3,000 dólares en 1968, superada solamente por los Estados Unidos, 4,360 dólares, y por Suecia, 3,230 dólares por persona.

Como puede verse, Canadá es un país de alto nivel económico y figura entre los grandes países industrializados del mundo.

Canadá rico filón del capital norteamericano

El crecimiento de Canadá es uno de los ejemplos más claros de crecimiento dependiente: su comercio exterior se concentra en un solo país, los Estados Unidos; sus empresas mineras, manufactureras, petroleras y de otras ramas son propiedad de capitalistas norteamericanos en una alta proporción, y paga un tributo bastante elevado a los monopolios norteamericanos por concepto de utilidades, intereses, regalías y otros conceptos. Veamos algunos datos relevantes:

Las importaciones en 1967 alcanzaron un valor total de 10,057 millones dólares, de las cuales provinieron de los Estados Unidos 7,070 millones dólares, es decir, el 70.3%;

el valor de las exportaciones en ese mismo año ascendió a 10,560 millones de dólares, habiéndose dirigido al mercado norteamericano el 64.4%, con un valor de 6,800 millones dólares.

Esto significa que más de dos terceras partes del comercio exterior de Canadá se realiza con los Estados Unidos. Canadá constituye el mercado más importante de los Estados Unidos en el mundo: casi iguala a Europa en su conjunto y es cerca del doble del comercio total con la América Latina.

Canadá constituye también el principal mercado para la colocación de capitales privados norteamericanos. De un total de 59,267 millones dólares que los monopolios de EE.UU., tenían invertidos en el mundo en el año de 1967, 18,069 millones, o sea el 30% del total, estaban operando en Canadá. Estas cifras superan a las correspondientes a las colocaciones en Europa, 17,882 millones en conjunto, y a las invertidas en América Latina, 10,213 millones dólares. El grueso de la inversiones en Canadá se destinan a la Industria correspondiendo a esta actividad más del 40% del total, 8,083 millones dólares; el petróleo y la minería también absorben cantidades importantes, 3,819 y 2,337 millones respectivamente. Se estima que los capitales norteamericanos controlan más del 60% de la industria de Canadá. En este sentido cabe indicar que las tres empresas de mayor tamaño tienen fuertes participaciones de capital de EE.UU.: Alcan Aluminio, International Nickel y Distillers-Seagrams.

Las cuantiosas inversiones norteamericanas en Canadá producen rendimientos bastante elevados, que en 1967 determinaron una salida de 790 millones de dólares por concepto de utilidades.

Paralelamente a las inversiones norteamericanas directas Canadá ha utilizado capitales de este país en distintas formas, que han ido elevando su deuda exterior en proporciones considerables. Para dar una idea de la cuantía de los compromisos internacionales de país indicaremos que en 1957 (no tuvimos a la mano datos más recientes) la deuda alcanzó la cifra de 24,100 millones dólares, deuda que sólo por el pago de intereses significó un pago anual de no menos de 1,200 millones dólares.

La dependencia económica frena el desarrollo

Las consecuencias de la fuerte dependencia de la economía del Canadá se están manifestando en una serie de formas, entre las que cabe señalar las siguientes: lento crecimiento de la economía, rigidez en el comercio exterior, fuertes salidas de divisas, desequilibrios estructurales de la economía, y obstáculos para un desarrollo económico independiente y equilibrado. En la década de 1956 a 1966 la tasa de crecimiento del valor de la producción total fue de 4.2% en promedio, y el de la producción por habitante apenas alcanzó la cifra del 1.9% de crecimiento promedio anual. Como se ve, el crecimiento es lento tomando en cuenta lo grandes recursos naturales con que cuenta ese país y el nivel técnico que ha alcanzado; si la población hubiera crecido a un ritmo semejante a la de México, los aumentos en la producción por habitante hubieran sido casi nulos, la economía hubiera estado prácticamente estancada.

La alianza México-Canadá, bienvenida

Consecuentes con lo reiterados señalamientos que hemos hecho a través de nuestros artículos y por otro medios, consideramos que debe tomarse muy en serio la proposición del señor Ministro de Industria del Canadá porque representa uno de los caminos más promisorios para la defensa de los intereses vitales  de nuestro país y de los que se encuentran en una situación semejante de dependencia respecto a los Estados Unidos. Debemos unir esfuerzos para lograr un trato equitativo en las relaciones comerciales y financieras; ayudarnos para hacer efectivas las disposiciones legales y administrativas que nos permitan controlar a los capitales extranjeros que operan en nuestros países; unirnos para hacerle frente a las medidas de agresión económica (y política) de los monopolios extranjeros; debemos apoyarnos mutuamente para aplicar una política independiente de establecer e intensificar relaciones económicas con todos los países del mundo, sobre bases justas y de beneficio recíproco. De la firmeza con que procedamos de manera independiente en nuestros asuntos internos y en política económica internacional y de la unidad que podamos lograr con otros países con el mismo fin, dependerá nuestro futuro.♦

Ceceña, José Luis [1970], "Canadá se rebela contra los EE. UU. e invita a México a una alianza comercial", México, Revista Siempre!, 876: 20-21, 8 de abril.