Y ganan por KO los grupos financieros

Sexenio 1965-1970: una etapa más de desarrollo capitalista

Habiendo presentado, en la ocasión anterior, muy a grandes rasgos, los importantes avances que logró la economía mexicana durante los últimos 6 años, tanto en lo que hace al aumento de la producción como al incremento de la capacidad productiva que permitirá producir más en el futuro, nos corresponde ahora ocuparnos de investigar algunos aspectos importantes sobre si ese crecimiento fue más o menos equilibrado, si no se han producido desajustes serios en la economía, y sobre todo, si con los avances que se han logrado se ha fortalecido la independencia económica del país y si las mayorías populares han sido los principales beneficiarios de los resultados obtenidos.

Uno de los hechos que se destacan con mayor relieve en los momentos actuales es el desajuste tan pronunciado en la economía internacional de nuestro país. El comercio exterior aumentó su déficit en forma considerable, la deuda exterior se elevó en proporciones ostensibles y el ingreso de inversiones extranjeras directas continúo su proceso ascendente a gran ritmo. Sobre el particular, los datos oficiales nos proporcionan el siguiente panorama:

Comercio exterior. Las compras totales de México en el exterior ascendieron en 1969 a 2,078 millones de dólares, y las ventas totales sumaron 1,378 millones de dólares, lo que significó un déficit de 700 millones de dólares. Las cifras comparativas del año 1964, último del gobierno del licenciado Adolfo López Mateos, fueron de 1,493 millones de dólares de compras y de 1,023.5 millones de dólares de ventas, registrándose un déficit de 469.5 millones de dólares. Estos datos indican que el desajuste del comercio exterior ha crecido en 230.5 millones de dólares, o sea, en casi un 50% más con respecto a 1964.

El agravamiento del desajuste de nuestra economía internacional se hace más patente cuando se considera la totalidad de la compra y venta de mercancías y de servicios (Balanza en Cuenta Corriente) ya que mientras que a pesar de los incrementos logrados en turismo y en transacciones fronterizas se produjo todavía un déficit de 568 millones de dólares en 1969. Si para cubrir ese déficit no pidiéramos prestado o no utilizáramos inversiones privadas del exterior, tendríamos que echar mano de las reservas de oro y divisas las que casi se hubieran agotado, ya en esa fecha ascendían a 654 millones de dólares lo que habría dejado un remanente de sólo 86 millones de dólares. Con ello el peso mexicano se habría desplomado.

Otro aspecto importante respecto al comercio exterior consiste en la diversificación de mercados. En este sentido durante el sexenio que termina se lograron algunos avances: en 1969 el 60% de nuestras ventas al exterior se dirigieron a los Estados Unidos y el 63% de nuestras compras se realizaron en ese mismo país; en 1964 las cifras fueron del 65% para las ventas y el 68% para las compras. Esto es saludable porque es conveniente no depender tanto de un solo mercado. Sin embargo, los avances que se han logrado en este sentido son muy reducidos, ya que la situación en 1969 es casi igual a la que prevalecía hace 35 años, pues en 1935 el 67.6% de nuestras exportaciones iban a los Estados Unidos y el 65% de nuestras compras procedían de ese país. Es muy poco, por lo tanto, lo que se ha logrado en más de tres décadas por diversificar los mercados. Tenemos aquí una de las tareas importantes a realizar, para reducir la sujeción comercial en que nos encontramos respecto a los Estados Unidos.

La deuda exterior. De acuerdo con los datos proporcionados por el VI Informe Presidencial del licenciado Gustavo Díaz Ordaz la deuda exterior de México ascendió en diciembre de 1969 a 36,435 millones de pesos, o sea a 2,915 millones de dólares. Esta cifra revela un aumento respecto a 1964 de 1,106 millones de dólares en los 5 años transcurridos del actual gobierno. A esta cifra habrá que agregar la correspondiente al año actual lo que la suma total probablemente aumente a unos 3,300 millones de dólares para finales del presente año, lo que significará un aumento del 91% respecto a la deuda exterior del país en 1964. Claramente ha aumentado el endeudamiento a un ritmo elevado, del 15% anual en promedio.

Al elevarse la deuda exterior y aunque se han logrado algunas mejorías en los plazos de amortización, los pagos por concepto de principal e intereses han aumentado considerablemente. Así, mientras que en 1964 las amortizaciones ascendieron a 311 millones de dólares, en 1969 se duplicó con exceso teniéndose que pagar 650 millones de dólares. Igual ha sucedido con el pago de intereses.

Inversiones extranjeras directas. De manera parecida, aunque con intensidad algo menor se han elevado las inversiones de capitalistas extranjeros en nuestro país durante el actual sexenio. En 1964 el monto total de los capitales extranjeros privados ascendían a 1,826 millones de dólares (valor en libros; el real era mucho mayor), en tanto que en 1969 se elevaron a 2,700 millones de dólares, es decir, registraron un incremento de 874 millones de dólares. Si se agregan las que corresponderán al presente año, la cifra probablemente se eleve a alrededor de 2,900 millones de dólares en total, lo que significará un aumento en el sexenio de algo más de 1,000 millones de dólares.

El aumento del monto de las inversiones extranjeras directas y la gran redituabilidad que obtienen, ha ido incrementando las utilidades y los envíos que realizan al exterior. En 1964 los envíos al exterior sumaban 81 millones de dólares, mientras que para 1969 esas remesas alcanzaron la cifra de 250 millones de dólares, es decir, más del triple que en 1964.

La Reserva de oro y divisas. Un factor básico que debemos considerar al analizar las condiciones en que han evolucionado nuestras transacciones económicas con el exterior es el monto de la Reserva de oro y divisas del país. El VI informe proporciona el dato de que dicha Reserva ascendía en agosto de este año a 715 millones de dólares (excluimos los “derechos especiales de giro” porque representan más bien un crédito y no una reserva real), lo que indica que se ha registrado un aumento, respecto a 1964, de 211.6 millones de dólares, cifra que es apreciable. Esto no obstante, si comparamos la Reserva actual con  los compromisos internacionales del país, encontramos que el aumento ha sido notoriamente insuficiente, porque el déficit comercial y en cuenta corriente ha aumentado y han aumentado fuertemente el monto de la deuda exterior y del capital extranjero privado, así como el monto de los pagos que el país tiene que realizar por concepto de amortizaciones e intereses, y por envíos de utilidades, regalías, etc. el aumento logrado es menor que los aumentos de los pagos al exterior, tan solo considerando las amortizaciones de la deuda exterior. 

Los razonamientos anteriores, que apoyamos en cifras oficiales, nos llevan a la conclusión obligada de que la economía nacional padece un serio desequilibrio en las transacciones con el exterior, y que no ha disminuido la dependencia comercial, y financiera (créditos e inversiones directas) respecto al exterior especialmente respecto a los Estados Unidos.

Continuará...

Ceceña, José Luis [1970], "Y ganan por KO los grupos financieros", México, Revista Siempre!, 900: 22-23, 23 de septiembre.