La Revolución Mexicana: Fecunda semilla de... millonarios

Ahora ¿duda usted de que México sea jauja?

La Banca Privada, como ejemplo:

Recursos manejados (millones de pesos)

 
195819,584

El Gobierno Mexicano va perdiendo "la batalla": Los recursos que maneja la Banca Nacional crecen, pero a ritmo más lento.

Los resultados de operación van arrojando pérdidas que pueden considerarse cuantiosas; en 1964 tuvieron una utilidad de 80 millones de pesos, pero en 1968 arrojaron una pérdida de 1,169 millones de pesos.

Estas pérdidas se deben principalmente a que la Banca Nacional atiende una clientela en su mayoría insolvente: campesinos, pequeños industriales y artesanos, cooperativas, etc.  —La clientela solvente se la deja a la banca privada—.

1968101,276
Más de 5 veces los de 1958, y aumentan en más de 40% cada año

Utilidades obtenidas (millones de pesos)

1958250
1968777
El Banco de Comercio (con su sistema) el primero en la América Latina: maneja 32,559 millones de pesos, obtiene utilidades netas de 233 millones de pesos, y cuenta con 568 establecimientos bancarios

Al juzgar la orientación económico-social del actual gobierno debemos tomar en cuenta de manera muy especial, los siguientes elementos: 1) cómo se distribuyeron los frutos del trabajo nacional; 2) cómo se modificaron las relaciones de fuerza entre los grupos populares y los del Gran Capital; 3) qué cambios se operaron en la magnitud y orientación de la intervención del Estado en la economía, y  4) qué avances o retrocesos se operaron en la consolidación de la independencia económica nacional. En esta ocasión trataremos de precisar, muy a grandes rasgos, lo que ha acontecido en los últimos años en relación a los tres primeros puntos, dejando en cuarto para una próxima oportunidad.

En fechas recientes se han realizado una serie de estudios sobre la distribución de los ingresos en nuestro país tanto por organismos del gobierno como por instituciones de tipo internacional, estudios que han mostrado con toda claridad la fuerte concentración de los ingresos en reducidos grupos sociales, y los bajos niveles de ingreso de grandes sectores populares, especialmente en el medio rural. Esta pronunciada desigualdad en la distribución de los ingresos no puede atribuirse,  desde luego, a la actual Administración, ya que es un fenómeno que se ha venido produciendo de manera paralela al desarrollo capitalista del país; lo que si se puede afirmar respecto al actual gobierno es que no se hicieron modificaciones importantes a la política económica seguida por anteriores Administraciones, que pudieran haber reorientado el proceso de redistribución de los ingresos a favor de los grupos populares. Esto no significa que desconozcamos el hecho de que el Gobierno de diversas maneras actúa para que los sectores populares reciban mayores ingresos (y también servicios); lo que se quiere decir es que esa acción es débil y no logra modificar de manera apreciable la tendencia hacia la concentración a favor de los pequeños grupos del Gran Capital.

Ahora bien, la gran desigualdad en la distribución de los ingresos es un reflejo de la fuerte concentración de la riqueza y del poder económico en los pequeños grupos de grandes capitalistas, porque dentro del marco en que nos desenvolvemos, el que controla los medios de producción controla también una parte importante de los ingresos. Y es precisamente aquí en donde reside el meollo del problema: del desarrollo capitalista que hemos tenido ha contribuido a la creciente concentración de la riqueza y del poder económico en sectores privilegiados, lo que a su vez, a determinado una alarmante desigualdad en la distribución de los ingresos.

Con el deseo de dar una idea concreta del fenómeno que nos ocupa, nos referiremos a lo que ha sucedido en uno de los ramos más importantes de la economía mexicana actual, el de la Banca, que es el núcleo en donde se concentra el poder económico de nuestro país.

 Los recursos manejados por el conjunto del sistema bancario (considerando la Banca Privada y la Banca Nacional), han aumentado de manera espectacular en los últimos años. De 92,429 millones de pesos a que montaban en 1964, se elevaron a 163,807 millones de pesos en 1968. Esto significa un crecimiento acelerado del orden del 15% anual en promedio. La Banca Privada fue la que creció con mayor impulso, ya que los recursos manejados se elevaron de 53,895 millones de pesos en 1964, a 101,276 millones en 1968, lo que representa una tasa de aumento anual del 22%, en promedio.

Por su parte, la Banca Nacional también elevó los recursos a su disposición, aunque a menor ritmo que la Banca Privada. En 1964 los recursos manejados por la Banca Nacional ascendían a 34,425 millones de pesos, en tanto que en 1968 crecieron hasta alcanzar la cifra de 56,896 (sin contar al Banca de México). Esto significa un ritmo de crecimiento anual en promedio, del 16%, que aunque es considerable, es visiblemente inferior al registrado por la Banca Privada.

Estos datos revelan que la actividad bancaria está dominada principalmente por el sector privado (el Gran Capital), con una tendencia muy clara hacia el aumento de ese dominio. En esta importante rama económica el Estado va retrocediendo ante el empuje del sector privado.

Todavía más revelador es el análisis de los resultados que logra el sistema bancario en sus operaciones. En el año de 1964 las utilidades totales del sistema bancario alcanzaron la suma de 742 millones de pesos. De ese total, correspondieron a la Banca Privada 526 millones de pesos, manejando alrededor de 54,000 millones de pesos, en tanto que a la Banca Nacional sólo correspondieron 80 millones de pesos de utilidad, manejando 34,425 millones de pesos de recursos. Esta situación de fuerte ventaja de la Banca Privada respecto a la Banca Nacional se hizo todavía más patente en 1968, ya que las utilidades obtenidas por aquella subieron a 777 millones de pesos, en tanto que la Banca Nacional no sólo no obtuvo utilidades, sino que registró pérdidas cuantiosas, de 1,169 millones de pesos. (Datos tomados del Informe del Banco de México, 1968, cuadro 17).

Una interpretación superficial de estos hechos podría llevar a la conclusión precipitada e incorrecta de que con ellos se demuestra la incapacidad e inconveniencia de que el Estado participara directamente en la actividad bancaria. Concurren varios factores que deben tomarse en cuenta para juzgar con objetividad las diferencias en los resultados de la operación de la Banca Privada y de la Nacional. En primer lugar, los banqueros privados trabajan precisamente para obtener utilidades, las máximas posibles, por lo que escogen su clientela, la más solvente, y las líneas más seguras y productivas para operar. Por otra parte, el Estado mismo, a través de sus medidas de regulación y de sus instituciones bancarias, apoya y fortalece de diversas maneras a la Banca Privada.

Las operaciones de la Banca Nacional se rigen por otros criterios. Sin excluir el de obtener utilidades, el propósito fundamental consiste en fomentar la producción agrícola, industrial, pesquera, etc., auxiliando en general a personas de escasos recursos, operaciones que con frecuencia no sólo no producen utilidades sino pérdidas. Desde luego que debe reconocerse que también existen deficiencias y malos manejos en la Banca Nacional y que son causa, son factores que concurren a los malos resultados, pero la principal razón de las fuertes pérdidas consiste en el tipo de clientela que atiende y los criterios que aplica en sus operaciones. Podría decirse, no sin razón, que las fuertes pérdidas que registra la Banca Nacional en buena medida hacen posible las altas utilidades que tiene la Banca Privada, ya que en proporción importante las operaciones de la Banca Nacional equivalen a un subsidio del Estado a la economía en su conjunto, subsidios que repercuten a través de los mecanismos económicos en mejores condiciones de operación y redituabilidad de la Banca Privada.

Un botón de muestra

Puede ser interesante para la mejor comprensión del proceso de concentración del poder económico en el ramo bancario en los últimos años, que demos algunos datos sobre el crecimiento que ha tenido uno de los grupos bancarios más importantes del país, el del Banco de Comercio. Los datos se encuentran en el Informe Anual 1969 del propio Banco de Comercio, SA.

El Banco de Comercio es el núcleo de un amplio sistema compuesto por 32 Bancos de Depósito y Ahorro, la Financiera Bancomer, la Hipotecaria Bancomer, Seguros de México Bancomer y muchas empresas en las ramas minera, industrial, servicios, etc.

La magnitud de las operaciones del Sistema de Bancos de Comercio puede apreciarse por las siguientes cifras, las que se refieren solamente a los 32 bancos, a la Financiera Bancomer y a la Hipotecaria Bancomer. Los recursos totales manejados por estas empresas ascendieron en el año de 1969, a la elevada cifra de 32,559 millones de pesos; los depósitos del público alcanzaron la suma de 11,735 millones de pesos; el financiamiento total otorgado se elevó a 28,067 millones de pesos, y las utilidades obtenidas alcanzaron la respetable suma de 233 millones de pesos. Los establecimientos que integran el sistema se elevan a 586, de los cuales 79 corresponden a la Ciudad de México y 489 al resto de la República.

Lo que ha sucedido con el Sistema Bancos de Comercio se ha repetido en cada uno de los grandes Grupos Financieros del país, que han aumentado visiblemente su riqueza, sus ingresos y su poder económico. Son estos grupos los principales beneficiarios del desarrollo capitalista del país, porque las grandes mayorías de campesinos y de mexicanos sin trabajo o parcialmente ocupados, siguen viviendo en la inseguridad económica y con niveles de vida muy bajos. Los grupos del Gran Capital, en cambio aumentan su poder día a día.♦

Ceceña, José Luis [1970], "La Revolución Mexicana: Fecunda semilla de... millonarios", México, Revista Siempre!, 901: 20-21, 30 de septiembre.