Hong Kong, octubre, 1970.
“Progreso y Armonía de la Humanidad”
El enorme éxito que tuvo la EXPO '70, que se efectuó en Osaka, la segunda ciudad del Japón, del 14 de marzo al 13 de septiembre del presente año, vino a patentizar los enormes adelantos económicos que ha logrado ese país en las últimas dos décadas. Bajo el lema del “Progreso y Armonía de la Humanidad” la exposición logró batir todos los registros alcanzados por los anteriores eventos de esta naturaleza: participaron en ella 77 países del mundo y fue visitada por 65 millones de personas, cifra ésta superior en 15 millones a la alcanzada por la de Montreal, Canadá. En un solo día, el 5 de septiembre, el número de visitantes se elevó a la casi increíble cifra de 885,832 personas.
El enorme interés despertado por la EXPO '70 se debió, según autorizadas opiniones japonesas, al gran prestigio y admiración que todo el orbe siente por los señalados progresos industriales y al gran interés turístico que existe por conocer el Japón, y a la respuesta entusiasta de los participantes nacionales y extranjeros, tanto gubernamentales como del sector privado. Según los registros llevados por los responsables de la feria los pabellones que atrajeron más visitantes fueron, en su orden, el de la Unión Soviética, el de Estados Unidos y el del Grupo Mitsubishi, considerado como el conglomerado privado más importante del Japón.
El pabellón de la Unión Soviética se estima que costó la fantástica suma de 20 millones de dólares, habiendo sido visitado por alrededor de 30 millones de personas. El de Estados Unidos se distinguió sobre todo por la exhibición de “piedras lunares” y varias cabinas espaciales, que despertaron gran interés, aunque la construcción del pabellón presentó algunos inconvenientes para la circulación de los visitantes, por lo que el número de éstos no pudo ser mayor. Por su parte, el Grupo Mitsubishi tuvo gran acierto en destacar los importantes adelantos tecnológicos que ha logrado y en un diseño bastante modernista que fue muy sugestivo y atrajo muchos visitantes.
“El milagro japonés”
La derrota sufrida por Japón en la segunda guerra mundial lo dejó en condiciones tan desastrosas que se consideró que tendría que transcurrir un largo periodo de años para recuperar un lugar destacado entre las naciones industrializadas del mundo.
En 1945 la producción industrial había descendido verticalmente de los niveles en los años inmediatos de la preguerra, llegando a representar tan sólo el 27.6% de la cifra promedio de los años de 1934-1936; su flota mercante y de guerra había desaparecido en sus nueve décimas partes; sus ciudades, ferrocarriles, plantas industriales y otras instalaciones productivas habían sufrido daños increíbles; su comercio exterior prácticamente era inexistente, y con la derrota perdió todas sus posesiones en ultramar. Además, como nación vencida recayeron sobre ella fuertes cargas por concepto de reparaciones de guerra. Este era el saldo de las ambiciones expansionistas del capitalismo monopolista japonés. Bastaron seis años, sin embargo, para que Japón lograra recuperar el nivel de la producción de la inmediata preguerra, llegando a excederlo a finales de 1951. A partir de esa fecha, aunque con algunas fluctuaciones, el dinamismo de la economía japonesa se aceleró a tal grado que en los últimos años ha alcanzado la tasa de crecimiento más alta del mundo: 10% en 1966, 13.1% en 1967, 14.3% en 1968 y 12.5% en 1969.
El elevado ritmo de crecimiento que ha logrado la economía japonesa le ha permitido ya sobrepasar en valor de la producción total a la Alemania Occidental, colocándose en tercer lugar entre las naciones más desarrolladas, siendo superado solamente por los Estados Unidos y la URSS. En el año de 1965 el valor de la producción total del Japón alcanzó la cifra de 142,000 millones de dólares, con lo que excedió en 17,000 millones de dólares la correspondiente a la Alemania Federal. Esto quiere decir que el “milagro japonés” ha dejado atrás al “milagro alemán”, por lo menos, en estos momentos.
Como resultado del fuerte crecimiento de la producción japonesa, el comercio exterior (que en medida importante ha hecho posible ese alto crecimiento) ha registrado aumentos de gran cuantía: en 1969 el valor total del comercio exterior ascendió a 31,121 millones de dólares, correspondiendo a las exportaciones 16,651 millones y a las importaciones, 14,469 millones de dólares. Los productos japoneses se venden por todo el mundo, incluyendo a los países socialistas, y un gran número de naciones se han convertido en importantes proveedores del mercado japonés.
Los avances logrados por Japón en el ramo industrial son espectaculares. Bastan algunos datos sobre algunos productos importantes para apreciarlos.
Acero.- La producción de lingotes de acero en 1969 rebasó los 82 millones de toneladas, que comparada con la de 1968 significa un aumento del 22.8%. En el año de 1955 Japón produjo solamente algo más de 22 millones de toneladas de acero, lo que significa que en ese corto lapso la producción casi se ha cuadruplicado. Este éxito tiene mayor relevancia si consideramos que la producción de acero está basada en alrededor de un 95% en minerales de hierro provenientes del exterior. Actualmente Japón ocupa el tercer lugar en el mundo por la producción de acero, siendo superado sólo por los Estados Unidos y por la URSS. De la producción de acero el Japón exportó en 1969 algo más de 16 millones de toneladas, incluyendo entre sus clientes más importantes a los Estados Unidos, que absorbió 5.2 millones de toneladas, a los países europeos, que adquirieron 2.1 millones a los de Asia, 5.4 millones y a la América Latina que compró 1.4 millones de toneladas de acero japonés. Cabe señalar que en la producción de acero Japón cuenta con la segunda empresa más grande del mundo, la Nippon Steel Co. que produjo 29 millones de toneladas en 1929, siendo superada solamente y por escaso margen, por la gigantesca United Steel Corp. de los Estados Unidos, empresa ésta que produjo 31.5 millones de toneladas de acero en el mismo año de 1969.
Barcos.- Japón ocupa, con muy amplio margen el primer lugar en la producción de barcos en el mundo, correspondiéndole en 1969 el 48% del tonelaje construido en ese año, en el mundo. Buena parte de los enormes barcos tanque petroleros han salido de los astilleros japoneses. Actualmente el país cuenta con 127 astilleros de los cuales 9 tienen una capacidad para construir barcos de más de 200,000 toneladas de peso muerto.
Cemento.- Otra línea destacada de la industria japonesa es la de fabricación de cemento. En 1969 la producción alcanzó la cifra de 52.3 millones de toneladas, de las cuales destinó a la exportación alrededor de 2 millones, consumiéndose dentro del país más de 50 millones de toneladas.
Automóviles.- La producción de automóviles se ha desarrollado a tal grado en el Japón que actualmente se ha convertido en el segundo productor en el mundo. En 1969 produjo 4,674,000 unidades, que comparado con el año anterior significa un aumento de más de medio millón de vehículos (las cifras incluyen tanto automóviles, como camiones de distinto tipo). De las 12 empresas del ramo, dos superan el millón de unidades, siendo ellas la Toyota Motor y la Nissan Motor (Datsun). Las exportaciones de vehículos japoneses alcanzan crecidas cifras, y tan sólo a los Estados Unidos, su mercado más importante, se exportaron 1,061,617 coches.
A las ramas mencionadas habría que agregar muchas otras, tanto de tipo pesado (maquinaria, petroquímica, equipo eléctrico pesado, etc.), como de la industria ligera (aparatos de TV, radios, cámaras, artículos de hogar, máquinas de coser, instrumentos musicales, etc.).
Ahora bien, ¿qué factores han contribuido a producir el llamado “milagro japonés”? ¿Qué perspectivas tiene de continuar? ¿A qué problemas se enfrenta? ¿Cómo se han distribuido los frutos de ese fabuloso crecimiento? y finalmente ¿hacia dónde va Japón? De esto nos ocuparemos próximamente.♦