Para E.U. lo mejor de 1970 fue que terminó

Y sus dificultades económicas?

La producción industrial ha descendido por 16 meses consecutivos;

las utilidades industriales han bajado al nivel más bajo desde 1961;

el desempleo alcanza ahora a más de cuatro millones y medio de trabajadores:

las huelgas han significado la pérdida de 60 millones de días-hombre de trabajo;

los precios siguen aumentado a razón del 5% anual;

las quiebras alcanzan la cifra de 10,000 empresas;

las tasas de interés se elevaron al nivel más alto del último siglo;

el déficit presupuestal se estima en 12,000 millones de dólares.

Ahora, predicciones para 1971

La producción nacional aumentará en 3%;

la inflación continuará, con un  ritmo algo menor que en 70;

el desempleo subirá a unos 5 millones de trabajadores;

el déficit presupuestal será de alrededor de 10,000 millones de dólares;

México recibió el impacto de la depresión norteamericana en 1970, la que contribuyó a la reducción del ritmo de crecimiento. En 1971, según las predicciones, continuarán las dificultades de la economía de Estados Unidos, lo que hace esperar que la influencia negativa sobre México continuará también, sobre todo si las medidas proteccionistas y discriminatorias se intensifican. Por ello, México debe tratar de protegerse con una política de fomento de la economía nacional y de vigorosa ampliación y diversificación de sus mercados.

Un destacado magnate de la industria norteamericana queriendo caracterizar al año de 1970 afirmó que "lo mejor de 1970 es que ya terminó". Efectivamente esa opinión expresa con certeza las malas condiciones de los negocios en los Estados Unidos durante el año que termina. El proceso de reducción del dinamismo de la economía norteamericana que se hizo perceptible en 1969, se acentuó notoriamente en 1970. La magnitud del empeoramiento económico puede apreciarse por los siguientes datos que tomamos de las revistas Fortune, Time y U.S. News and World Report de fechas recientes:

— El valor de la producción total se estima en 1970 en 723,800 millones de dólares, cifra que es unos 47,000 millones de dólares inferior a la que se habría logrado si el aparato productivo hubiera trabajado a toda su capacidad actual. Para apreciar mejor la magnitud de esta pérdida diremos que equivale a la producción total de México en los últimos dos años.

La producción industrial en los últimos 16 meses ha ido descendiendo, caída que es la más prolongada desde la Segunda Guerra Mundial. La industria está operando como promedio al 77.5 por ciento de su capacidad, lo que indica que deja de utilizarse el 22.5 por ciento de la capacidad industrial del país. Las utilidades en la industria han alcanzado su nivel más bajo desde 1961.

— El desempleo de trabajadores ha ido aumentando hasta alcanzar algo más de cuatro millones y medio de acuerdo con las cifras más recientes. Los trabajadores más afectados han sido los negros, mexicanos y otros grupos de raza no blanca; la desocupación de estos grupos alcanza más del 9 por ciento, en tanto que la de los blancos se cifra en un 5.5 por ciento de la fuerza de trabajo.

— Los precios han seguido su proceso ascendente hasta sobrepasar el 5 por ciento anual, que para la economía norteamericana significa un grado de inflación considerable, tanto que la política gubernamental durante los últimos meses ha tenido como preocupación central combatirla por medios monetarios y fiscales.

— Los movimientos de huelga se han multiplicado, principalmente debido a la inflación que reduce los salarios reales de los trabajadores. Los casos más importantes tuvieron lugar en la industria de automóviles, y en los ferrocarriles. Los obreros de la General Motors estuvieron en huelga por espacio de dos largos meses, y los trabajadores ferroviarios paralizaron casi totalmente el servicio por algún tiempo. Se estima que las huelgas ocasionaron una pérdida de 60 millones de días-hombre de trabajo durante el año de 1970.

— Las quiebras de negocios, debidas a incosteabilidad, se elevaron hasta más de 10,000 durante el año, cifra que supera a las que se han registrado en muchos años.

— La Bolsa de Valores de Nueva York sufrió considerables trastornos reduciéndose notoriamente tanto el volumen como los rendimientos de las acciones y bonos cotizados. Muchas grandes firmas especializadas en operaciones de bolsa sufrieron pérdidas de gran cuantía, que se estiman en cerca de 100 millones de dólares en el año de 1970. Algunas firmas importantes han tenido que fusionarse a otras mayores para no ir a la quiebra: la Goodbody and Co. fue absorbida por la Merril Lynch en octubre de este año.

— El Presupuesto del Gobierno Federal que ha sobrepasado la cifra de 200,000 millones de dólares en el presente año fiscal, se estima que va a arrojar un déficit de 10 000 millones de dólares.

La crisis se exporta

La posición preponderante de los Estados Unidos en la economía mundial ya que es el más importante exportador e importador y el principal centro financiero del mundo, tiene como resultado que las dificultades que registra se transmitan a través de diversos canales a los demás países, especialmente a los que se encuentran estrechamente ligados a él. Los auges de su economía tienden a estimular la actividad económica mundial, e igualmente sucede y con mayor intensidad, con las depresiones o crisis que experimenta. Esto último es lo que está sucediendo en los actuales momentos.

La transmisión de la crisis norteamericana se realiza por diversidad de canales. Las malas condiciones de los negocios determinan una reducción de las compras de los Estados Unidos en el exterior, lo que afecta a los proveedores de ese mercado; la situación se vuelve peor aún porque los empresarios norteamericanos, para mantener la redituabilidad de sus negocios, ejercen presión sobre su gobierno para que establezca o amplíe las protecciones arancelarias y de controles directos (cuotas, etc.), sobre los productos extranjeros. El proyecto de Ley Mills para restringir las importaciones de productos textiles y otros renglones, es un ejemplo claro.

También por el lado de las exportaciones norteamericanas se provocan dificultades a otros países. Los productores norteamericanos tratan de vender más al exterior para compensar el debilitamiento de la demanda en los Estados Unidos, lo que hacen con el apoyo de una serie de medidas gubernamentales, que les permiten volcar al exterior mercancías en condiciones de "dumping", es decir, a precios visiblemente inferiores a los que rigen en el mercado de los Estados Unidos. Con frecuencia pueden vender más al exterior aún a precios más elevados gracias a los apoyos financieros del gobierno norteamericano que otorga créditos atados para estimular la venta de productos en el exterior.

Los canales financieros también contribuyen a exportar la crisis. Las elevadas tasas de interés que han regido en los últimos meses han significado el encarecimiento del crédito para los países que piden prestado a los Estados Unidos, además del aumento de las dificultades para obtenerlo. Esto repercute seriamente en las economías de otros países, especialmente de los más ligados a los Estados Unidos, porque reduce su disponibilidad de capitales en los momentos en que más necesidad tienen de ellos por las dificultades de su comercio exterior.

Finalmente, por el lado del turismo y otros renglones de servicios las dificultades económicas de los Estados Unidos tienen un impacto negativo en el exterior, por la reducción de los gastos que los viajeros norteamericanos realizan en otros países.

México ha sufrido los efectos de la depresión norteamericana de los últimos meses. Las exportaciones han ido afrontando dificultades crecientes, aún las tradicionales; y la elevación de precios ha hecho más costosas nuestras compras en ese país; con lo que el déficit comercial ha aumentado notablemente con los consiguientes perjuicios para la economía nacional. Por otra parte, la escasez de capitales y las elevadas tasas de interés, han aumentado el costo de los financiamientos exteriores.

El impacto de la depresión norteamericana en nuestro país puede apreciarse por la reducción del ritmo de crecimiento de la economía nacional en 1970, que según las informaciones que se han publicado en la prensa es probable que apenas alcance el 6 por ciento frente al 7.2 por ciento en 1969 y al 8.1 por ciento en 1968. Claro que la depresión norteamericana no constituye la única causa del descenso, pero es seguro que fue un factor de los más importantes.

Las perspectivas para 1971

Las diversas predicciones que se han hecho sobre la situación de la economía norteamericana durante el año de 1971 no son muy alentadoras. Aunque en general se considera que lo peor ya pasó las opiniones coinciden en que 1971 no será un año bueno, porque continuarán los problemas más importantes que experimentó la economía de los Estados Unidos en 1970. Veamos algunas cifras estimativas:

La producción total aumentará en sólo un 3 por ciento, respecto a 1970. La inflación continuará, aunque con un ritmo algo menor, del 4 al 4.5 por ciento. El desempleo afectará a unos 5 millones de trabajadores. El déficit presupuestal será de alrededor de 10 000 millones de dólares, es decir, unos 2 000 millones menos que en 1970.

Ante este panorama poco alentador, México tiene que tomar las medidas necesarias para protegerse al máximo posible del impacto de las dificultades económicas que seguirán experimentando los Estados Unidos. Afortunadamente parece ser que el actual gobierno ha entendido el problema y está iniciando una política dirigida a hacernos menos dependientes de los Estados Unidos en materia de economía internacional, y de fortalecer la economía nacional y el mercado interno para darle mayor solidez a nuestro desarrollo. Sólo falta que se intensifique y amplíe esa política y se ponga en práctica con firmeza, porque los obstáculos externos y los internos son muy grandes y habrá que salvarlos con decisión. De ello depende nuestro futuro.♦

Ceceña, José Luis [1971], "Para E.U. lo mejor de 1970 fue que terminó", México, Revista Siempre!, 916: 22-23, 13 de enero.