Inglaterra invade por la puerta grande el Mercomún

Representa una victoria para Estados Unidos, pero para México y para el Tercer Mundo, este nuevo bloque de los seis significa mayores problemas para nuestro mercado exterior.

No cabe duda que el mundo actual se encuentra en un proceso de cambios tan rápidos e intensos que es difícil seguir su curso y sobre todo captar su contenido y consecuencias en escala mundial y su impacto en la situación interna de las naciones. Los avances tecnológicos aplicados a la producción y a los servicios (telecomunicaciones, transporte y otros) está estrechando los lazos internacionales a tal grado que lo que sucede en un país o en una región extiende su influencia a todos los demás, en mayor o menor grado.

De manera que parecía paradójica, sin embargo, el proceso de internacionalización de la economía y de las relaciones humanas se desenvuelve en una forma contradictoria, en zigzag, con avances y retrocesos, debido a la lucha de intereses no coincidentes y aún de franca lucha, al menos en la etapa actual del desarrollo de la Sociedad Humana.

Un caso típico de esta forma contradictoria del proceso de internacionalización lo tenemos en la formación de algunos bloques económicos (complementados a veces con medidas militares y políticas) como el de la Comunidad Económica Europea, más comúnmente llamada Mercado Común Europeo o simplemente Mercomún.

Organizado en 1958 con el Tratado de Roma, “Los Seis” –Francia, Alemania Federal, Italia, Holanda, Bélgica y Luxemburgo- obtuvieron avances económicos considerables, aunque no igualmente distribuidos, mediante la constitución de un sistema de estrecha cooperación económica protegido por una barrera o muralla arancelaria y de controles, frente a la competencia del exterior.

El Mercomún, si bien contribuyó grandemente a la expansión económica de los países signatarios al disponer de un “mercado cautivo” de grandes dimensiones, significó también la formación de una gran unidad económica de difícil acceso para la producción de los demás países (con excepción de algunas ex colonias que obtuvieron un tratamiento preferencial) en especial para los de menor desarrollo.

Los países de más alto desarrollo pudieron saltar la muralla principalmente con inversiones directas en los negocios del Mercomún, y en alguna medida también con operaciones comerciales en donde su alta productividad se las ha permitido. Pero los países de menor desarrollo como los de la América Latina han encontrado dificultades crecientes para comerciar con ese Bloque.

El éxito alcanzado por el Mercomún ha creado para los países que lo forman la necesidad de mayores mercados para colocar la creciente producción de sus grandes empresas. Los avances tecnológicos logrados, la constitución de corporaciones cada vez mayores, las mayores xxx que se requieren, necesitan vitalmente de salidas de mayor envergadura para los bienes producidos. Ya el “mercado cautivo” de los seis países resulta insuficiente para absorber la producción que sus plantas pueden manufacturar. Esto, porque la riqueza se ha concentrado en alto grado y porque la distribución desigual del ingreso no ha permitido que la capacidad de compra masiva crezca paralelamente a la potencialidad productiva. El comercio exterior presenta una salida y ha ayudado al Mercomún a complementar su mercado pero las posibilidades de que lo siga haciendo se van reduciendo dentro del marco actual.

Gran Bretaña, nuevo socio

El escenario se encontraba propicio para la incorporación al Mercomún de nuevos socios que vinieran a dar un nuevo impulso al desarrollo de Bloque con la contribución de otro “mercado cautivo”. De esta manera, el Mercomún se ha visto dispuesto a abrir la puerta a la Gran Bretaña el país europeo de mayor importancia económica fuera del grupo de “Los Seis”.

Por su parte, la Gran Bretaña encuentra en el Mercomún una salida, la más importante en estos momentos, a las serias y crecientes dificultades económicas que la han tenido en una situación comprometida. El desmoronamiento de su gran Imperio, la formación del Mercomún y otros bloques y las crecientes dificultades del comercio internacional, han tenido un fuerte impacto negativo en la economía británica. La inflación, el desempleo, la inestabilidad de la libra esterlina, la quiebra de muchas empresas, aún de las más grandes y de largo prestigio como la Rolls Royce, con manifestaciones concretas de la crisis que padece. De aquí la insistencia que manifestó el Gobierno Británico en los últimos años por ser aceptado en el Mercomún.

La incorporación de la Gran Bretaña al Mercomún de producirse, todavía tiene que ser aprobada por el Parlamento en donde existen fuertes corrientes opositoras, tendrá sin duda una serie de repercusiones en el Mercomún, en la propia Inglaterra y también en el exterior. Se pueden prever, entre las más importantes, las siguientes:

— la ampliación del “mercado cautivo” que ahora incluirá a siete países, significará a corto plazo un fortalecimiento de la demanda para la producción del bloque ampliado;

— la competencia entre las empresas productoras se intensificará y conducirá a la formación de corporaciones aún mayores, en cada país y de tipo multinacional, por un lado, y acentuará las dificultades de las empresas medianas y menores;

— la riqueza se concentrará aún más en el ámbito del bloque de “Los Siete” y la distribución del ingreso se hará más desigual;

— el costo de la vida en la Gran Bretaña tenderá a elevarse como resultado de la política proteccionista y de altos precios del Mercomún;

— la influencia del capital norteamericano tenderá a elevarse porque a los 10,200 millones que ahora hay invertidos en “Los Seis”, se agregarán los 7,200 millones de dólares que las empresas norteamericanas tienen colocados en la Gran Bretaña, lo que hará un total, por ahora de cerca de 18,000 millones de dólares;

— la Gran Bretaña entrará a la muralla y será un mercado que se cierra para los actuales proveedores de ese país; en el caso de que la Gran Bretaña logre un tratamiento preferencial para algunos miembros de la Comunidad Británica de Naciones, el impacto será mayor;

— el juego de fuerzas dentro del Mercomún ampliado tenderá a modificarse con la presencia de la Gran Bretaña, tendiéndose a cierto equilibrio entre Alemania Federal, Francia y Gran Bretaña, con la consiguiente reducción en la preponderancia de los alemanes;

— aumentará el peso del bloque del Mercomún como fuerza económica, política y militar frente a los países socialistas y también frente a los Estados Unidos, aunque esto último es un punto controvertible por la fuerte penetración de los capitales norteamericanos y por su influencia militar a través de la NATO dentro del seno mismo del Mercomún ampliado.

Mayores dificultades comerciales

Para México y los países del “Tercer Mundo” la incorporación de la Gran Bretaña al Mercomún presenta una perspectiva negativa a corto y mediano plazo, porque es un mercado más que se amuralla y se hace inaccesible para la venta de productos. Es fácil prever un aumento en las dificultades que experimentarán nuestros países para colocar su producción en el mercado mundial cuando en forma creciente ese mercado se encierra dentro de altas barreras arancelarias y de controles comerciales.

Este nuevo hecho en la economía internacional nos debe obligar a meditar seriamente sobre la política que nuestros países deben seguir para asegurar su desarrollo continuado dentro de condiciones de creciente independencia. La unión de esfuerzos, la proyección del desarrollo hacia dentro fortaleciendo los mercados internos, un comercio exterior audaz y libre de ataduras, son algunos de los caminos por donde debemos encauzarnos.♦

Ceceña, José Luis [1971], "Inglaterra invade por la puerta grande el Mercomún", México, Revista Siempre!, 941: 24-25, 7 de julio.