Los nuevos rumbos de la política económica exterior de Estados Unidos

Su posición ha ido declinando y ahora debe compartir el liderazgo del mundo con otras naciones de Asia y Europa que están en mejores condiciones por su sólida economía

El proyectado viaje del Presidente Nixon a la República Popular China y la Unión Soviética, el ingreso de Pekín a las Naciones Unidas y los recientes reajustes del dólar respecto al oro y a las divisas de muchos países importantes, son todos ellos hechos que revelan los cambios que están teniendo lugar en el juego de fuerzas económicas, políticas y militares en escala mundial.

En el conjunto de esos cambios, el que se destaca con mayor claridad quizás es el descenso relativo de los Estados Unidos como primera potencia mundial y como factor hegemónico en el llamado “mundo occidental”. El bloque socialista se ha ampliado y fortalecido, los países coloniales se han ido independizando y han resurgido con gran vigor algunas naciones industrializadas como Japón y los países de la Europa Occidental.

Ante la nueva realidad, los Estados Unidos se aprestan a reajustar su política económica exterior para adaptarla a los cambios en el juego de fuerzas internacionales buscando nuevas fórmulas e instrumentos que les permiten derivar los mayores beneficios de la situación imperante, en la que aunque siguen siendo los más fuertes tienen que tomar muy en cuenta a otras naciones que se han fortalecido.

La orientación general de la nueva política económica exterior de los Estados Unidos ha sido delineada en un estudio reciente del Consejero Económico del Presidente Nixon, Peter G. Peterson, del que merecen ser destacados los siguientes aspectos (véase el New York Times, del 30 de diciembre de 1971):

Debilitamiento relativo de los Estados Unidos. El señor Peterson reconoce que la posición dominante de los Estados Unidos en el escenario mundial se ha ido debilitando en los últimos años. Considera que es un hecho que los Estados. Unidos, que en un periodo de la posguerra era el país dominante, tanto por su tamaño como por su capacidad competitiva y que por ello fue el factor determinante en la economía internacional, en las instituciones, prácticas y reglas que gobernaron el comercio y el sistema de pagos, ha ido perdiendo su preponderancia como resultado de cambios estructurales que han tenido lugar en los Estados Unidos y en otras naciones del mundo. En apoyo de su argumento presenta algunos datos, como los siguientes:

— los Estados Unidos han sido superados en el ritmo de la producción industrial en la década de 1960 a 1970, por países como Japón más del doble, Italia y Alemania Federal; en la tasa de inversiones, factor básico de crecimiento económico, por Japón, Alemania Federal, Francia, Holanda, Canadá, Bélgica, Italia y por Gran Bretaña; en el ritmo de crecimiento de la exportación de manufacturas, por Japón, Italia, Canadá, Holanda, Benelux, Alemania Federal y Francia.

— en el periodo de 1949-50, los Estados Unidos produjeron el 76% de los vehículos de motor en el mundo, mientras que para 1969-70 redujeron su importancia a solamente el 31% del total mundial.

— los Estados Unidos han tenido fuertes déficit en su balanza de pagos, en tanto que otros países importantes han tenido superávit, particularmente Japón, Canadá, Francia, Alemania Federal. Las reservas de oro de los Estados Unidos han descendido a menos de la mitad, en tanto que las de otros países industrializados han aumentado considerablemente. Además, los Estados Unidos se han tornado fuertemente deficitarios no solamente en una serie de materias primas, sino también en productos manufacturados como grabadoras, cámaras fotográficas, televisores y radios, máquinas de coser, calzado, textiles y ropa hecha.

—la divisa norteamericana, el dólar, ha estado en serias dificultades debido al déficit de balanza de pagos, lentitud en el aumento de la productividad, inflación, salidas masivas de capitales, reducción en la capacidad competitiva internacional y otros factores; en tanto que las divisas de otros países se han mantenido firmes y en gran demanda.

— los salarios en los Estados Unidos han tenido un aumento relativo mucho más significativo que en la mayor parte de los otros países industrializados, particularmente respecto a Italia, Japón y Francia.

— finalmente, Peterson señala que los Estados Unidos han soportado una carga mucho mayor por concepto de gastos militares, que los que han gravitado sobre Japón, Italia, Alemania Federal, Francia y la Gran Bretaña.

El estudio del señor Peterson señala que es inadecuado el actual marco dentro del cual se desenvuelven las operaciones comerciales y financieras en el mundo y considera que deben ser modificadas substancialmente a efecto de que el comercio mundial, los movimientos de capitales y el sistema monetario internacional funcionen de manera más eficiente como condición para que la economía mundial se fortalezca. En este sentido considera que el comercio mundial y el sistema monetario deberán ajustarse sobre la base de compartir el liderazgo, compartir la responsabilidad y compartir las cargas. Esto equivale al reconocimiento de que los Estados Unidos ya no tienen la preponderancia de años anteriores y de que es necesario “compartir” el dominio de la economía mundial con las otras naciones que se han fortalecido, es decir, se trata de un reparto económico del mundo occidental.

En las recomendaciones concretas del señor Peterson se observa un gran énfasis en las relaciones de los Estados Unidos con los países del Mercado Común Europeo (que se ampliará en 1973 con el ingreso de la Gran Bretaña), y con países importantes como el Japón. Los aspectos más importantes se refieren a negociaciones de tarifas (la Ronda Nixon) con el objeto de reducirlas; a la supresión de medidas discriminatorias no arancelarias; a negociaciones respecto a los productos agropecuarios, en los que el Mercado Común es fuertemente proteccionista; al sistema de preferencias comerciales a terceros países; a una acción conjunta en materia de movimientos de capitales y de adopción de un sistema de protección en favor de las inversiones internacionales frente a expropiaciones.

También se ocupa el estudio de las relaciones económicas de los Estados Unidos con los países comunistas (socialistas), las que deberán incrementarse y perfeccionarse en sus procedimientos y en su financiamiento.

Finalmente, hay una referencia en el estudio a los “países de menor desarrollo" respecto a los cuales establece que es esencial que se adopten políticas coherentes de comercio y de inversiones. En este sentido es importante señalar que el señor Peterson reconoce el hecho de que “para desarrollarse, los países de menor desarrollo necesitan exportar más, pero ello implica que el mundo industrializado debe abrir sus mercados en una forma equitativa y realista”.

Aunque el trabajo del señor Peterson no constituye un documento oficial sobre la política económica exterior del gobierno norteamericano, tiene una gran importancia por el análisis que hace de la posición actual de los Estados Unidos en el escenario mundial y porque señala la reorientación de la acción gubernamental en el futuro, sea que el Presidente Nixon logre reelegirse o no, ya que parece ajustarse a la realidad actual y del próximo futuro y reflejar el pensamiento oficial y del mundo de los negocios de los Estados Unidos. Por esa razón, debemos estudiarlo con interés y seguir el curso de los hechos, porque en una u otra forma puede tener repercusiones en nuestro país.♦

Ceceña, José Luis [1972], "Los nuevos rumbos de la política económica exterior de Estados Unidos", México, Revista Siempre!, 969: 22-23, 19 de enero.