Irak, la gota de agua

Al expropiar su petróleo sigue la ruta de México y pone al Medio Oriente en el camino de la libertad

La necesidad vital de mantener el ritmo de desarrollo económico a nivel necesario para superar las condiciones de atraso en que se encuentra el Irak, obligó al gobierno de ese país a expropiar las propiedades de la empresa extranjera que ha detentado la riqueza petrolera de esa nación, la Irak Petroleum Co. (IPC). La medida expropiatoria se produjo ante la renuncia de la IPC para aceptar las demandas del gobierno del Irak de que no redujera su producción como lo estaba haciendo en el curso del presente año, sino que la aumentara al nivel máximo posible por requerirlo así las necesidades del desarrollo económico del país.

Estamos en presencia, una vez más, del conflicto que se plantea entre los intereses particulares de una gran empresa extranjera y los del país (o países) en que opera. En el caso del Irak el conflicto significaba nada menos que si se dejaba que los intereses de la IPC tuvieran preeminencia sobre los del Irak, la economía nacional en su conjunto quedaría supeditada a las decisiones de esa corporación con serio quebranto para el pueblo iraquí y para la independencia nacional, ya que las exportaciones petroleras (dominadas por la IPC) representan el 90% del valor de las exportaciones totales del Irak.

De acuerdo con los datos proporcionados por la prensa (véase El Sol de México, del 2 de junio), el perjuicio directo que ha causado al gobierno de Irak la reducción de la producción de la IPC, sólo en los meses de marzo y abril del presente año, ha sido de 85.6 millones de dólares; esto sin contar las repercusiones en otros renglones, como derrama de salarios, ocupación, etc.

Las empresas petroleras extranjeras

Irak figura como el octavo país productor de petróleo en el mundo, con una producción en el año de 1968 de 550 millones de barriles, casi cuatro veces la correspondiente a México en ese año. La totalidad de la producción, sin embargo, está controlada por tres empresas petroleras: la Irak Petroleum Co. (IPC), a la que le corresponde el 75% de la producción total, la Basrah Petroleum Co. (BPC) que produce el 23%, y la Mosul Petroleum Co. (MPC), con el 2% del total.

Las tres compañías pertenecen a los mismos accionistas, siendo ellos los siguientes:

Standard Oil (New Jersey) y Mobil Oil, ambas norteamericanas, que poseen conjuntamente el 23.75% del capital; la British Petroleum Co. (antes Anglo Iranian Co.), empresa británica controlada en un 51% por el gobierno inglés, propietaria de otro 23.75%; la Royal Dutch-Shell, empresa anglo-holandesa, poseedora también del 23.75%; la Compagnie Française des Pétroles, compañía francesa, propietaria de otro 23.75%; y finalmente la Fundación Gulbenkian, que controla el 5% restante.

Como se ve, la decisión del gobierno del Irak afecta intereses norteamericanos, ingleses, holandeses y franceses, aunque respecto a estos últimos el gobierno ha declarado que está dispuesto a realizar negociaciones sobre su situación final.

Las represalias

Las compañías afectadas, con excepción de la francesa, han reaccionado ante la expropiación con una campaña de bloqueo al petróleo del Irak para impedir que encuentre compradores, al menos en el “mundo occidental”. La Irak Petroleum Co., según información de Excélsior (junio 4) ha hecho la advertencia de que demandará legalmente a las empresas que adquieran petróleo de los yacimientos que poseía (y que sigue considerando suyos) en el Irak.

Por otra parte, Estados Unidos, según la misma información de Excélsior, está tratando de formar un frente común de usuarios (consumidores) de petróleo para defender a las compañías occidentales frente a las amenazas de expropiación, que se están extendiendo por todas partes.

Los apoyos para Irak

Frente a las represalias que se están ejerciendo contra el Irak por la medida de nacionalización del petróleo, ese país está recibiendo el apoyo de otros países, principalmente de algunos de los productores y exportadores de petróleo agrupados en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Siria no solamente declaró su apoyo al Irak sino que procedió a nacionalizar el oleoducto que era propiedad de la IPC y que cruzaba el territorio sirio; Venezuela ha declarado que apoyará a Irak, de acuerdo con lo que resuelva el OPEP en su próxima reunión; Egipto también ha mostrado su apoyo al Irak.

Francia también es probable que acepte la medida tomada por Irak a juzgar por la actitud hasta ahora asumida en la cual seguramente influye de manera determinante la posibilidad de que sus intereses no sean afectados. Es muy probable también que la Unión Soviética y otros países socialistas otorguen su apoyo al Irak y que lo ayuden a vender su petróleo y le proporcionen ayuda técnica y financiera para que logre tener éxito en el manejo de la industria nacionalizada. Finalmente, es seguro que el acto expropiatorio ejecutado por Irak cuente con el respaldo de los pueblos del mundo, porque se trata de una medida que se basa en un genuino interés nacional y que se lleva a cabo por un gobierno soberano.

La reunión de la OPEP

El próximo 9 de junio se iniciará en Beirut una importante reunión de la OPEP, de la cual forman parte los países petroleros árabes, además de Venezuela, Indonesia y Nigeria. La importancia de la reunión deriva de la posición preponderante de esos países en la producción mundial de petróleo y de los grandes conflictos que están presentes en las relaciones de esos países y las compañías extranjeras que controlan la producción y que dominan también los mercados mundiales.

Aunque existen diferencias en la posición de los países que forman la OPEP acerca de la política que se debe seguir en algunos aspectos de sus relaciones con las grandes empresas extranjeras, la corriente dominante consiste en obtener por una parte, una proporción mayor del valor de la producción, y por la otra de tener participación creciente en el capital de las empresas que operan en sus territorios, llegando en algunos casos a plantearse la nacionalización de los intereses petroleros.

La nacionalización del petróleo llevada a cabo por Irak, y del oleoducto por parte de Siria, aunada a las medidas similares adoptadas hace poco por Libia y Argelia, seguramente que van a dar base a una discusión a fondo en el seno de la OPEP y puede esperarse que esa corriente resulte fortalecida en dicha reunión, porque es evidente que hasta ahora los países petroleros del “Tercer Mundo” han estado siendo explotados por las grandes empresas petroleras internacionales.

Un ejemplo bastará para apreciar el grado en que las empresas extranjeras explotan a los países petroleros. Con una inversión de 1,466 millones de dólares, las compañías norteamericanas obtuvieron utilidades en el Medio Oriente por valor de 1,161 millones de dólares, en el año de 1970. Esto significa utilidades del 79% sobre el capital invertido; en menos de año y medio recuperan la totalidad de la inversión.

No puede caber duda de que en poco tiempo los países petroleros del “Tercer Mundo” lograrán ser dueños de esa importante riqueza y utilizarla para beneficio de sus pueblos. El proceso nacionalizador se va extendiendo de uno a otro país. Las necesidades petroleras van creciendo notablemente y los países industriales, incluido Estados Unidos que ahora es el primer productor mundial, van dependiendo más y más de la producción del “Tercer Mundo”. En este sentido se estima que para 1980 el consumo mundial de petróleo llegará a 25 mil millones de barriles, lo que requerirá un aumento substancial de la producción pues actualmente es de alrededor de 15 mil millones de barriles.

Las mayores necesidades de petróleo, por una parte, y la cada vez más clara toma de conciencia de que la riqueza petrolera debe servir para asegurar el progreso de los países que la poseen, conducirán inevitablemente a un progresivo proceso de nacionalizaciones. El reciente caso del Irak es sólo un paso de ese proceso que tiene carácter irreversible.♦

Ceceña, José Luis [1972], "Irak, la gota de agua", México, Revista Siempre!, 991: 28-29, 21 de junio.