
Los grandes grupos financieros norteamericanos, impulsados por su afán de lograr utilidades máximas y poder económico y político, han ido penetrando profundamente en las economías de los países subdesarrollados —los que alcanzaron su independencia política desde el siglo pasado y los recientemente liberados del coloniaje político—, en los que han logrado dominar las más importantes actividades económicas, especialmente la producción industrial, la minería, el petróleo, las finanzas y el comercio, tanto exterior como interior. A esta penetración no han escapado ni las naciones capitalistas de mayor desarrollo económico, pues en el periodo de la postguerra [Segunda Guerra Mundial], de manera progresiva los grandes grupos financieros norteamericanos, a través de sus corporaciones multinacionales o transnacionales, han ido alcanzando posiciones dominantes en sectores económicos estratégicos de esos países, entre los cuales figuran destacadamente Canadá, la Gran Bretaña, la República Federal Alemana y Francia.
En el imperio del dólar, José Luis Ceceña, el economista mexicano pionero en esta materia se impuso, la tarea de demostrar que en la base de la expansión económica norteamericana se encuentra una estructura monopolista de grandes proporciones, caracterizada por la formación de grandes grupos financieros que dominan enjambres de empresas gigantescas en los más variados campos de la actividad económica.
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