La minería hay que rescatarla, mexicanizándola ya

 

Tres grandes compañías, la Smelting, la Metal Climax y la Anaconda, son las que dominan en México y la Revolución ha sido incapaz de someterlas y dominarlas.

México adquirió fama mundial por su gran riqueza minera, de metales preciosos. Hasta finales del siglo pasado la minería constituyó la actividad económica más importante del país, y fue el principal sostén del comercio exterior mexicano, llegando a representar más del 60% del valor total de nuestras exportaciones.

Cuando comenzó el eclipse de los metales preciosos en la producción minera mundial y en la de México, los metales industriales vinieron a dar nueva vida a la actividad minera. La construcción de ferrocarriles, la industrialización, el desarrollo de la producción de energía eléctrica, etc., demandaron enormes cantidades de minerales de hierro, carbón, petróleo, cobre, plomo, zinc, y de una serie de otros minerales metálicos y no metálicos. México surgió como un importante productor de una amplia variedad de productos minerales industriales, contribuyendo al desarrollo industrial del mundo con crecidas cantidades de muchos de ellos.

Como resultado del escaso desarrollo del país a finales del siglo pasado (que había sido frenado por trescientos años de coloniaje y la cauda de consecuencias negativas de ellos se heredaron) la riqueza minera fue fácilmente controlada por las grandes empresas de los países más desarrollados. Generosas concesiones del gobierno del General Díaz permitieron a un pequeño grupo de grandes empresas de Estados Unidos, Inglaterra y Francia apoderarse de la vasta riqueza minera nacional. Una a una las empresas existentes, españolas y mexicanas, fueron cayendo bajo el control de las grandes empresas internacionales, convirtiendo a nuestro país de nuevo en “tierra de conquista”, y en proveedor de materias primas.

Las tres grandes

Hasta fecha muy reciente, tres grandes empresas norteamericanas han dominado la actividad minera del país: la American Smelting and Refining Company, la American Metal Climax Co., y la Anaconda Cooper Company. Al lado de ellas figura una veintena de otras empresas extranjeras, pero las tres grandes han tenido una posición de ostensible dominio. La Revolución Mexicana si bien afectó a una rama vital, el petróleo, que fue rescatado del dominio extranjero por más de 40 años, dejó inalterada la hegemonía de las tres grandes en la actividad minera propiamente dicha. Hasta fecha muy reciente el capital mexicano en la minera era de escasa significación, sobre todo en la de los metales industriales importantes.

Los siguientes datos son reveladores de la preponderancia de las empresas extranjeras en cinco de los productos de mayor importancia de la minería mexicana.

  Plomo Cobre Zinc Plata Oro
Empresas extranjeras 90.0 98.0 97.0 60.0 47.0
Empresas de Estados Unidos 89.8 90.1 97.0 60.0 46.0
Empresas mexicanas 10.0 2,0 3.0 40.0 53.0
Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

 La importancia de las tres grandes en la actividad minera se manifiesta tanto en la producción de minerales como (y muy especialmente en la fundición y refinación. En la década de los años sesentas la situación que ese pequeño grupo tenía era la siguiente:

  American Smelting American Metal Anaconda Las tres grandes
Zinc        
Producción minerales 47 29 --- 76
Capacidad fundición        
Capacidad refinación 100 --- --- 100
         
Plomo        
Producción minerales 42 22 --- 64
Capacidad fundición 67 33 --- 100
Capacidad refinación 67 33 --- 100
         
Cobre        
Producción minerales 16 6 51 73
Capacidad fundición 39 11 69 86
Capacidad refinación ---   25 25
         
Plata        
Producción minerales 25 15 1 41
         
Oro        
Producción minerales 7 12 1 20

A la impresionante lista que hemos presentado y que muestra la hegemonía de las tres grandes en los renglones presentados, habría que añadirse la destacada importancia que tienen en otros renglones de no menor significación. Así, la American Smelting ha sido la principal productora de coque, producto esencial para la industria siderúrgica, y productora importante de ácido sulfúrico, materia prima básica de grandes aplicaciones en la industria. Por su parte, la Anaconda, principal productora de cobre en el país, es a la vez importante consumidora de ese metal en sus plantas de manufactura que posee en México.

Inconvenientes del control extranjero

El control de nuestra minería por monopolios extranjeros tiene una serie de inconvenientes, que conviene precisar, porque son de tal naturaleza graves, que lesionan vitalmente a nuestro país. Además de los inherentes a la concentración de poder económico por su organización monopolista, agregan un sinnúmero de factores negativos que han contribuido a frenar el desarrollo económico del país y a hacer más dependiente y vulnerable nuestra economía. Señalemos algunos aspectos, de los más importantes, que muestran con claridad su acción negativa.

En primer lugar, debemos destacar la circunstancia de que las tres grandes son monopolios internacionales, con matrices en los Estados Unidos y con una extensa red de propiedades en muchos países del mundo. De esta suerte, las propiedades en México forman parte de todo un sistema integrado, que se maneja desde la matriz (en los Estados Unidos) y de acuerdo con los intereses de esos monopolios. Las decisiones sobre la actividad minera en México queda así supeditada a la conveniencia de esos monopolios y no por los intereses de México. Y con frecuencia, esos intereses entran en conflicto. Por esta razón las plantas de refinación se han establecido generalmente en los Estados Unidos y no en México, en donde se producen los minerales. Prueba de ello es que la American Smelting ha construido sus plantas de refinación en Texas, a unos cuantos kilómetros de la frontera de México. Es evidente que esta conducta impide la industrialización de nuestro país y reduce las posibilidades de dar ocupación a trabajadores y técnicos mexicanos.

Otro inconveniente del dominio extranjero consiste en que se somete a una explotación irracional los depósitos mineros por el desmedido afán de lucro y por la eventualidad de que México trate de rescatar esa riqueza. A la explotación exhaustiva se agrega la escasa inversión que los monopolios extranjeros hacen para garantizar condiciones de trabajo sanas y seguras para los mineros mexicanos. Es proverbial que la minería deja al país escasos ingresos, hoyos y silicosos.

Un tercer inconveniente se deriva de la política de los monopolios extranjeros de utilizar técnicos y trabajadores calificados de sus países de origen, cerrando la puerta a los mexicanos y anulando la posibilidad de preparar técnicos y de ampliar las oportunidades de trabajo de mayor remuneración para nuestros nacionales. Esto, aparte de que cuando se llegan a emplear mexicanos, se establece una injusta desigualdad en las remuneraciones, respecto a las otorgadas a los extranjeros. La American Smelting, en 1964 ocupó cuando menos a 48 norteamericanos en sus minas y plantas, encontrándose entre ellos varios ingenieros de minas y hasta un capataz.

Finalmente, las grandes empresas mineras han disfrutado de ciertos derechos de extra-territorialidad, disponiendo de guardias armados en sus propiedades mineras; los mexicanos necesitan permisos (¿salvoconductos?) para poder visitarlas.

Mexicanizar la minería: anhelo nacional

Los grandes inconvenientes del control extranjero de la actividad minera y los abusos cometidos por los monopolios norteamericanos con sus obreros y con los pequeños mineros mexicanos, acumulados por décadas, han despertado en la conciencia nacional la determinación de rescatar esa importante riqueza de manos extranjeras, para ser manejada por mexicanos y para el beneficio general del país. ¿Qué se ha logrado hasta ahora y qué debe hacerse para dar cima a esta meta nacional? Nos ocuparemos de ello en nuestro próximo artículo.♦

Ceceña, José Luis [1966], "La minería hay que rescatarla, mexicanizándola ya", México, Revista Siempre!, 655: 20-21, 12 de enero.