Los 4 problemas que amenazan su progreso.
Después de Panamá, Nicaragua es el país Centroamericano que más ha sufrido el impacto de la codicia de los grandes monopolios norteamericanos y de los gobiernos que los han apoyado. La historia de este país hermano está llena de intervenciones, con frecuencia de tipo armado, que lo han mantenido bajo el dominio directo o la influencia opresora de intereses extranjeros.
El infortunio del pueblo nicaragüense ha estado ligado a la “necesidad” del Coloso del Norte de tener una ruta de comunicación fácil y corta a través del Istmo.
En sus orígenes el asunto del Canal, a través de Nicaragua, estuvo asociado a nuestra pérdida de California como resultado de la Intervención Norteamericana “una de las guerras más injustas” que hayan tenido lugar en la historia del Continente. La “bonanza” de California, de 1848, más ficticia que real, sirvió a los Estados Unidos para colonizar las tierras recién arrebatadas a México. Con ese señuelo se propició un movimiento de población de grandes proporciones hacia esos territorios, para lo cual se hizo necesario facilitar el tránsito de personas de la parte Este de Estados Unidos, hacia el Oeste. Y la ruta más conveniente era sin duda, cruzando el Istmo Centroamericano, a través de Panamá o de Nicaragua.
En esa época surge la figura del “Comodoro” Cornelio Vanderbilt, el más próspero negociante en transporte marítimo de los Estados Unidos. Este organizó la Accessory Transit Company dedicada al transporte del Atlántico hacia el Pacífico, a través de Nicaragua, aprovechando el Río San Juan y el Lago Nicaragua. El Comodoro logró obtener la concesión para construir un canal en el territorio nicaragüense.
Dos éxitos del Comodoro provocaron la rivalidad de los ingleses los que paladinamente se posesionaron de una parte de la costa oriental, apoyándose en los indígenas “mosquito”, estableciendo un protectorado con sede en Greytown. Más aún, los ingleses lograron la firma del Tratado Clayton-Bulwer en 1950, mediante el cual se convenía que ninguno de los dos países, Inglaterra y Estados Unidos podrían construir el Canal en Nicaragua.
Durante el medio siglo que siguió, Nicaragua fue teatro de una serie de actos intervencionalistas de intereses norteamericanos y de hechos ocasionados por la rivalidad anglo-americana. El de mayor relieve fue la invasión del filibustero Walker, quien logró apoderarse del país, en 1955 y 1956 con la ayuda directa del Comodoro Vanderbilt y con el reconocimiento del gobierno de los Estados Unidos. En este hecho el infortunio de Nicaragua también estuvo ligado al de México. Walker fue precisamente quien quiso apoderarse de Baja California y Sonora, apoyado por los esclavistas de los Estados Unidos.
Es interesante señalar que Walker sintiéndose fuerte al proclamarse presidente de Nicaragua con la unción norteamericana, luchó con el Comodoro Vanderbilt por el control de la Accessory, Transit Company y del derecho para construir el canal.
El siglo XX se inauguró para Nicaragua con la eliminación de la influencia inglesa a favor de los Estados Unidos, país éste que logró la firma del Tratado Hay-Pauncefote en 1901. Este Tratado derogó el anterior y mediante él, Estados Unidos quedó en libertad para construir el ansiado canal, aunque bajo la condición de que estuviera abierto a todos los países del mundo y en igualdad de condiciones.
Una patria por 3 millones de dólares
Los Estados Unidos, no obstante su lucha por asegurar para sí los derechos de construcción del canal a través de Nicaragua, simultáneamente desarrollaban una gran actividad para asegurar también los derechos para “abrir en canal” a Panamá, en donde ofrecían fuerte resistencia los intereses franceses y Colombia (país del cual formaba parte Panamá). Como es sabido, los Estados Unidos lograron separar a Panamá de Colombia y con ello el objetivo de asegurar un tratado para construir el Canal de Panamá.
El éxito obtenido en Panamá sin embargo, no hizo desistir a los Estados Unidos de construir el otro Canal.
En 1912 los “marines” desembocaron en Nicaragua, tomando control de su territorio, de sus finanzas y de su Guardia Nacional. De aquí no se retirarían sino hasta 1925.
Con apoyo de las bayonetas de los “marines”, que ocupaban Nicaragua, los Estados Unidos lograron la firma del Tratado Bryan-Chamorro, en 1916, mediante el cual, obtenían por un período de 99 años, el arrendamiento de las Islas del Maíz, en la costa del Atlántico; el derecho de establecer una base naval en el Golfo de Fonseca y el derecho de establecer una base naval en el Golfo de Fonseca y el derecho de construir un canal. Y como si las patrias fueran objeto de transacción mercantil, los Estados Unidos pagaron 3 millones de dólares.
El Tratado Bryan-Chamorro se firmó a pesar de la oposición del pueblo nicaragüense y de Honduras y Costa Rica. Todavía hoy se encuentra vigente, como amenaza sobre la integridad e independencia de Nicaragua. Y también está viva la idea de construir el Canal, si el pueblo panameño hace insostenible el dominio de los Estados Unidos sobre el Canal de Panamá.
La vuelta de los “marines” a Nicaragua en 1926, a solicitud del presidente Adolfo Díaz, que se enfrentaba a los movimientos populares contra el dominio yanqui, dio lugar a la formación de guerrillas encabezadas por el héroe popular Augusto Sandino. En 1928 se llegó a un arreglo, los “marines fueron evacuados y el país quedó en poder del Jefe de la Guardia Nacional, Anastasio Somoza. Desde entonces Nicaragua ha estado dominada por la familia Somoza (primero el padre y después sus hijos) en estrecha alianza con los Estados Unidos.
Ante la historia dolorosa de Nicaragua, se comprende el fuerte sentimiento anti-yanqui del pueblo nicaragüense y también la gran solidaridad y simpatía hacia México, hermano mayor, compañero de infortunio y seguramente, aliado en la lucha contra dominación extranjera.
Nicaragua actual
Nicaragua es el país de mayor superficie de Centroamérica. Su población, esencialmente mestiza, es de 1.8 millones de habitantes. La mayor parte de la población es rural, pues sólo vive en centros urbanos el 34% del total.
La economía nicaragüense es preponderantemente agropecuaria. Estas actividades aportan el 31% del valor total de la producción y proporcionan el grueso de las divisas. La actividad industrial, no obstante los progresos logrados en las últimas dos décadas, solamente aporta el 16% del valor total de la producción.
Como las demás naciones que forman el Istmo Centroamericano, Nicaragua tiene una economía proyectada hacia el exterior. Por esa razón la situación de la actividad económica depende fuertemente de los mercados internacionales. Su comercio exterior en 1963 alcanzó la cifra de 201 millones de dólares, correspondiendo a las exportaciones 105 millones y a las importaciones 96 millones de dólares.
El comercio exterior está poco diversificado. El algodón, cultivo importante y el segundo renglón de las exportaciones. En 1963 las exportaciones algodoneras incluyendo semillas alcanzaron las cifra de 45 millones de dólares, es decir el 42% del valor total de las ventas al exterior.
El comercio exterior está poco diversificado. El algodón, cultivo importante y el segundo renglón de las exportaciones. En 1963 las exportaciones algodoneras incluyendo semillas alcanzaron la cifra de 45 millones de dólares, es decir, el 42% del valor total de las ventas al exterior.
El café es otro cultivo importante y el segundo renglón de las exportaciones. En 1963 las ventas de café al exterior alcanzaron la suma de 18 millones de dólares, es decir el 17% del valor total exportado. De esta suerte, algodón y café representaron el 59% del valor total de las exportaciones, es decir más de la mitad. Esto da idea de la gran dependencia del país respecto a sólo dos productos, el algodón y el café.
Otros productos de exportación de alguna importancia son: el oro, que en 1963 alcanzó la cifra de 7 millones de dólares, el azúcar, 6 millones y la carne, 8 millones de dólares. Estos tres productos aportan 21 millones de dólares, que representan el 20% del valor total de las exportaciones. De esta suerte, cinco productos aportan el 79% del valor total de lo exportado.
A la escasa diversificación de las exportaciones se agrega como factor desfavorable, la dependencia de pocos mercados. Los Estados Unidos absorben el 37% de las exportaciones nicaragüenses, Alemania el 27% y Japón el 22%. Entre los tres, adquieren el 70% de las ventas al exterior. Los países del mercado común centroamericano apenas absorben el 5% de las ventas totales.
Por el lado de las importaciones Nicaragua presenta el siguiente cuadro: un tercio corresponde a bienes de consumo y un poco más del 7% a combustibles; es decir, el 40% del total está representado por estos dos renglones. Se observa un aumento considerable, sin embargo, en las importaciones de medios de producción, lo cual es un buen índice. El principal proveedor, con amplio margen, es Estados Unidos, quien proporciona el 49% es decir, casi la mitad, de todas las compras de Nicaragua. Siguen en importancia los países del Mercado común Europeo.
El tipo de comercio exterior de Nicaragua conduce a una gran inestabilidad y a al situación característica de los países de poco desarrollo: vender barato y comprar caro. Esto contribuye al desequilibrio persistente de la balanza de pagos que padece este país y que es un factor que tiende a frenar su progreso.
A pesar de los problemas que afronta Nicaragua ha registrado en la posguerra un considerable crecimiento. También ha logrado ciertos cambios favorables en la composición de su producción y de su comercio exterior. La industria ha hecho progresos y las actividades agropecuarias han aumentado y se han diversificado aquéllas destinadas a la exportación.
En 1964, Nicaragua logró un aumento en el valor de la producción total de un 6% superior al registrado por Honduras, Costa Rica y Panamá. En el aspecto industrial sólo es superada en la región por El Salvador que es el más industrializado del Istmo.
Problemas que amenazan el progreso.
Los avances logrados por Nicaragua en las últimas dos décadas se encuentran seriamente amenazados por una serie de factores que están constituyéndose en obstáculos difíciles de superar en las condiciones presentes. Entre ellos conviene destacar los siguientes:
- Fuerte dependencia de la exportación de pocos productos agropecuarios, que están sujetos a violentas fluctuaciones y ahora amenazados por la caída en sus precios. Esto es particularmente cierto en el caso del algodón, el producto más importante de sus exportaciones y que tiene un porvenir muy incierto por la amenaza del dumping norteamericano. También el café, segundo producto de exportación, tiene un horizonte poco alentador.
- Una gran desigualdad en la distribución de la riqueza y del ingreso. Mientras que un pequeño grupo de familias acaudaladas (Somoza, Montealegre, Pellas, Sacasa, Argüello, Pereira, Hollmann, entre los principales) controla la tierra, la ganadería, las finanzas y la industria, el grueso de la población recibe ingresos muy reducidos. La escasa capacidad de compra del pueblo es un freno al desarrollo de la industria y causa la inestabilidad política.
- La falta de ejercicio democrático y de capilaridad social resultado del dominio económico y político de la oligarquía, apoyada por el poderío de los Estados Unidos. Esta situación ha generado una gran intranquilidad política, que aunque no se manifieste en todo su vigor, por la represión y el control que se ejerce sobre los medios de expresión pública, es un hecho que trasciende y es percibido hasta por el visitante menos observador.
- La vigencia del Tratado Bryan-Chamorro que puede terminar que en cualquier momento los Estados Unidos decidan construir el Canal a través de Nicaragua, con lo que tomarán un control más directo (por razones de seguridad y de intereses) de una importante zona del país y desquiciarán la economía y vida toda de Nicaragua, tal cual ha sucedido en Panamá.
Orientación de las relaciones de México con Nicaragua
El curso que deben tomar las relaciones de México con Nicaragua de acuerdo con el panorama que hemos presentado y que creemos que corresponde a la realidad, al menos en sus líneas esenciales, deberá consistir más que nada en lograr un mayor acercamiento sobre la base de las aspiraciones de progreso a independencia de ese país.
Convenios culturales realistas y operantes; solidaridad en la lucha por mejores precios y condiciones de venta del algodón, café y otros productos de exportación; propiciamiento de acciones conjuntas en los casos en que esté en peligro del principio de auto-determinación y de no intervención y solidaridad plena con el pueblo nicaragüense ante el peligro de que los Estados Unidos intenten “partir en Canal” al país.
Como puede verse, no consideramos que el fortalecimiento de la amistad con Nicaragua deba tomar la forma de inversiones conjuntas de capital mexicano y nicaragüense. No consideramos que se logre un objetivo útil para los pueblos de México y de Nicaragua que la amistad de nuestros pueblos sirva para entrelazar los intereses de la oligarquía esencialmente antidemocrática y pro-yanqui de Nicaragua, con los de la Oligarquía de México asociada a monopolios norteamericanos y también reaccionaria. La amistad entre México y Nicaragua debe tener objetivos más elevados.♦