Un pequeño gran país que halló su camino. Costa Rica

 

Ninguna nación del sur ofrece mejor aparato democrático; un pueblo antimilitarista con un futuro económico de privilegio.

¿Cómo es y cómo vive este pueblo amigo, tan cercano a nosotros en afecto? ¿Cómo lucha por alcanzar niveles superiores de vida? ¿Cómo tiene organizada su vida económica y cómo maneja sus asuntos políticos? ¿Qué relaciones existen actualmente con México y cómo pueden ampliarse y fortalecerse? A grandes pinceladas trataremos de presentar al pueblo de México algunos aspectos que consideramos importantes respecto a este “pequeño-gran pueblo”.

Una de las cosas que más llaman la atención a quienes se asoman a la República de Costa Rica, es su ausencia de militarismo y su estabilidad política. No solamente no existe ejército, sino que la policía (muy reducida en número) no es una fuerza dominada por algún “hombre fuerte” que ponga y quite gobiernos.

Se hace la broma a los “ticos” de que no hacen revoluciones por no deteriorar su “Teatro Nacional”, orgullo del país. En verdad, Costa Rica es el país centroamericano que menores conflictos armados ha registrado. En el presente siglo, sólo ha tenido lugar un “golpe de estado”, en 1917, y una guerra civil, la de 1948, encabezada por José Figueres. Aparte de la lucha armada contra Panamá, por cuestiones de fronteras, que tuvo lugar en 1921.

La estabilidad política de Costa Rica obedece a cierto grado de democracia que prevalece en ese país. Se trata de una democracia limitada, que respeta el voto popular y asegura las libertades y los derechos civiles y políticos, siempre y que no sean de tipo comunista o filo-comunista. Es un poco una democracia, válida solamente para los dos partidos tradicionales, y excluida para corrientes que no sean conservadoras, o que siendo liberales, no rebasen los marcos de un liberalismo reformista.

Dentro de los límites señalados, nadie duda en Costa Rica que el candidato triunfante, que pertenece al Partido Conservador, se hará cargo del gobierno, ahora manejado por el Partido Nacional de Liberación. Es decir, no existe el temor de un “golpe de Estado”, que frustre el triunfo electoral de José Joaquín Trejos, del Partido Conservador, porque se tiene una tradición bien arraigada de respetar al voto. A pesar de sus limitaciones, la democracia costarricense no deja de ser un fuerte contraste en Centroamérica y en casi toda América Latina.

Otro rasgo que llama mucho la atención de la Costa Rica actual, es la tendencia a una intensa intervención estatal en la actividad económica. Esta tendencia se ha desenvuelto sobre todo a partir de la Revolución de 1948, del Partido Nacional de Liberación de José Figueres Ferrer, que logró conquistar el poder y evitar el fraude electoral. El intervencionismo estatal no se limita a funciones de regulación de la actividad económica, sino que abarca el manejo directo del gobierno de negocios de gran importancia. Entre los aspectos sobresalientes de este intervensionismo, cabe referirnos al manejo de los bancos, y de la electricidad.

A raíz de la Revolución de 1948, se estableció el Banco Central de Costa Rica, como banco gubernamental y emisor único de billetes y se nacionalizaron todos los bancos de depósito. Se creó un sistema bancario comercial nacional, que podría servir de base a un desarrollo económico independiente.

Es probable que haya sido ésta la medida económica de mayores proyecciones adoptada en la Costa Rica moderna. Se eliminó la intervención directa de los grandes bancos norteamericanos e ingleses, que tienen prácticamente en sus manos las finanzas de Centro América; se segó una fuente de control económico y de concentración monopolista; se orientó el crédito hacia el desarrollo económico general, aplicando tasas de interés diferenciales en favor de la industria y actividades productivas, frente a las especulativas y comerciales de acaparamiento de cosechas; se establecieron facilidades para la clientela como unidades móviles, sucursales en infinidad de lugares, etc.

La nacionalización de los bancos de depósito en Costa Rica presenta otro aspecto de gran interés: el público no ha sufrido ningún quebranto al confiar sus depósito a bancos manejados por el gobierno. Por el contrario, lo ha hecho con entusiasmo y confianza, porque piensa que podrán ser utilizados mejor para el bienestar general y, porque habiendo estabilidad y ejercicio democrático, el gobierno ofrece mucho mayores garantías y seguridades que los banqueros privados.

La intervención en el manejo de la electricidad y de telecomunicaciones eléctricas, constituye también un importante avance en el desarrollo independiente de Costa Rica. En una forma parecida a la adoptada por México en la época del general Cárdenas, se creó el Instituto Costarricense de Electricidad, con el objetivo de ir participando directamente en el ramo de generación y distribución de energía eléctrica, y también en el ramo de teléfonos. Costa Rica tenía un problema similar al de México, ya que tanto la electricidad como el servicio telefónico eran negocios manejados por empresas extranjeras.

Actualmente el Instituto Costarricense de Electricidad es el principal productor de electricidad del país, y en breve plazo manejará el sistema de teléfonos, que ha sido recientemente nacionalizado.

El gobierno de Costa Rica posee también el Ferrocarril Eléctrico del Pacífico, que une a San José, la Capital, con Puntarenas, principal puerto costarricense del Pacífico.

Problemas que afronta Costa Rica

El desarrollo económico de Costa Rica se ha mantenido a bajo nivel en los últimos años; apenas ha superado el crecimiento de la población. La explicación de este relativo estancamiento debe buscarse en una serie de factores adversos. A la pequeñez del territorio (50,900 km2) se agregan otros elementos, como los siguientes:

El carácter agropecuario de su economía, proyectada esencialmente hacia el exterior, con escasa variedad de productos de exportación y pocos mercados, mantiene a Costa Rica en condiciones poco firmes, por la inseguridad de los mercados mundiales y porque el intercambio le es desfavorable.

En forma persistente la Balanza de Pagos de Costa Rica es desfavorable. De 1957 a 1964 registró un déficit global de 184 millones de dólares, lo que significa el valor de las exportaciones totales de dos años. Este déficit ha tenido que cubrirse esencialmente con créditos e inversiones extranjeras directas. Y de 1958 a 1963 Costa Rica ha sufrido pérdidas cuantiosas en su intercambio con el exterior, porque los precios de los productos que exporta han bajado y los precios de los productos manufacturados que compra han subido. La relación de precios en 1963 arroja una diferencia del 17% respecto a 1958. Esto quiere decir que para alcanzar una determinada tasa de desarrollo, Costa Rica  tendrá cada año que exportar más, para adquirir el mismo valor de maquinaria y materias primas. Y esto, es difícil de lograr.

Otro factor negativo para el desarrollo de Costa Rica ha sido el dominio ejercido por empresas extranjeras en algunas actividades económicas importantes. El caso sobresaliente es el de la United Fruit Company, compañía norteamericana que controla la producción y exportación de más de 75% del banano; que tiene explotaciones copreras y posee plantaciones de cacao y de abacá; propietaria de tres redes ferroviarias, de las cinco que existen en el país; que controla el muelle de Puerto Limón, en el Atlántico y que domina los servicios de transporte marítimo de Costa Rica.

La falta de combustibles es otro factor limitativo del desarrollo económico del país, que se complica porque buena parte de la electricidad es termoeléctrica y porque la venta de los productos petroleros se realiza totalmente por grandes empresas extranjeras.

A todos estos factores se vino a añadir la erupción del Irazú, volcán ubicado en las proximidades de la Ciudad de Cartago, y que causó enormes daños a la agricultura y a la ganadería. Como si ello fuera poco, en 1965 se produjo una fuente sequía en la rica región de Guanacaste, que ha afectado la producción agropecuaria (aunque propició la de algodón).

Frente a todos estos problemas, Costa Rica está buscando caminos para superarlos y continuar su desarrollo. La industrialización, la diversificación de la exportación y la intensificación de sus relaciones económicas con los países centroamericanos y México, y por el camino, equivocado en nuestro juicio de la Alianza para el Progreso.

Como puede verse, existen bases amplias para una colaboración económica con Costa Rica. De hecho ya está en marcha en proporciones no despreciables, obligada por la fuerza de las circunstancias. Si espontáneamente se han logrado muchos avances, es de esperarse que con la visita presidencial y los acuerdos que se lleven a efecto, la colaboración podrá incrementarse y fincarse sobre bases de reciprocidad efectiva.

Entre las industrias que se han creado con capital Mexicano-Costarricense, se destaca Celulosa y Derivados (de Monterrey) y Atoyac Textil. Actualmente se encuentran en estudio y con buenas posibilidades, una serie de otros proyectos en ramas como la del papel, productos químicos varios y de conservación de alimentos.

En el aspecto comercial, las posibilidades también son halagadoras, y con relativa facilidad podrán incrementarse a corto plazo. Los niveles a que ahora se encuentran son realmente increíbles, ya que vendemos a Costa Rica menos de 2 millones de dólares al año y le compramos la ridícula suma de 31 mil dólares anuales. Arreglos comerciales, facilidades de crédito, contactos directos entre los interesados, estudios serios y trato adecuado de nuestros hombres de empresa y gobierno, podrán fortalecer estos lazos.

Y sobre todo ello, deberemos fortalecer la amistad, la ayuda técnica y los lazos culturales, que serán lo más permanente y benéfico para nuestros dos pueblos.

Ceceña, José Luis [1966], "Un pequeño gran país que halló su camino. Costa Rica", México, Revista Siempre!, 662: 22-23, 2 de marzo.