La crisis monetaria mundial está llevando a la desintegración de la economía internacional y a medidas defensivas y de agresión económica que pueden anular los esfuerzos de colaboración económica. La devaluación del franco francés en agosto pasado, seguida a corto plazo por la revolución no oficial del marco germano-occidental, y por el acuerdo adoptado en la reciente reunión del Fondo Monetario Internacional sobre los “Derechos Especiales de Giro”, (DGE) no son hechos casuales e independientes entre sí, sino que son los episodios más recientes de la crisis monetaria que aqueja al mundo y que tiende a agravarse.